En los días de mucha humedad, la bala que el pistolero Leonardo Mercado lleva alojada en el brazo izquierdo se mueve como si siguiera su destino de herida. Y es ahí cuando ese dolor se replica en todo su cuerpo, como un terremoto personal que le recuerda las batallas perdidas. Ahí es donde todo huele a derrota. Las otras seis balas que dice tener incrustadas (en las piernas, en una mano, en el hombro) le duelen menos. Pero la que más recuerda es la que le rozó la cabeza hace dos años.
El 28 de octubre de 2016, Mercado –uno de los cabecillas de la temible Banda del Millón– se tiroteó con el Grupo Halcón en General Rodríguez. Mercado fue herido de dos balazos.
"Nos tiraron a matar, nos querían acribillar pese a que la orden política era capturarnos con vida. Hubo más de 40 tiros ese día. Fue una cacería", dice Mercado a Infobae desde la cárcel de Junín, donde fue trasladado hace una semana desde Mercedes.
Tiene 40 años y es uno de los dos líderes de la temible banda. El otro es su primo Matías Milatich, quien también fue herido en ese tiroteo y está preso. Los dos asaltantes iban en auto cuando se encontraron con los policías.
A la Banda del Millón le atribuyen siete robos y un homicidio. También se sospecha que mataron a dos policías. Se hizo famosa cuando sus miembros aparecieron en un video armados y disfrazados de monstruos y gorilas: allí amenazan a la Policía y denuncian que les liberan la zona para cometer robos.
El robo más mediático de la banda ocurrió el 19 de septiembre de 2016, cuando le arrebataron un maletín de millón y medio de pesos a un empresario –dueño de una industria avícola- en la puerta del Banco Provincia de General Rodríguez. Allí hirieron a una persona y huyeron a los tiros. Ese día, al igual que en el video, la banda estaba con pasamontañas y máscaras de payaso y monstruos esperando en un Chevrolet Corsa negro.
"Nos empapelaron con hechos que no cometimos, como el asesinato de una jubilada en Moreno y el secuestro del hombre al que le amputaron un dedo. No somos asesinos, ni secuestradores ni violadores ni cortadedos, somos ladrones", dice Mercado.
—¿La Banda del Millón es la última de su especie?
—¿A qué llamás última de su especie?
—Una banda de delincuentes armados hasta los dientes que se vuelve temible hasta para la Policía…
—No sé si fuimos la última banda, pero sin dudas fue la que tuvo las pelotas para tirotearse con todos y la única que no levantó las manos. Luchamos hasta el final.
—¿Se arrepiente de eso?
—Nunca, y eso que mi vida estuvo a punto de ser arrancada. Nos fueron a acribillar, pese a que la orden política era que nos capturaran con vida. Ese día, hace ya dos años, preferí morir de pie antes que levantar las manos y arrodillarme. Fuimos la única banda que hizo temblar al Grupo Halcón. La Banda del Millón sigue viva.
—¿Eso es un amenazante anuncio de retorno?
—¡No! Ni en pedo. Digo que estamos vivos de milagro, porque nos quisieron eliminar. Además seguro que en el juicio, que va a ser el año que viene, nos van a dar por la cabeza.
—¿Cómo son sus días en la cárcel?
—Hace poco me trasladaron intempestivamente de Mercedes a Junín, perdí todas mis cosas. Hice mucho por mejorar el penal, hasta pintamos las paredes y organizamos las visitas y todo en un clima de convivencia. Ahora estoy sin nada, durmiendo en un colchón en el piso y en un lugar donde hay espacio para cuatro pero somos ocho. No entiendo por qué me sacaron.
—¿Dónde está el millón de pesos que robó la banda?
—Buena pregunta. Yo no tengo un sope. Quizá lo tiene la cana o algún integrante de la banda que más que compañero es traidor. Pero no lo sé, yo soy pobre, a mi esposa le cuesta mucho venir a verme. Tiene que vender bijouterie en una plaza. Lo importante es que no delinque.
—¿Usted a qué edad comenzó en el delito?
—Tenía doce años. Mi padre estaba preso y como quería ayudarlo salí a robar. Kioscos, mercados, negocios. Crecí y empecé con los camiones. Fui pirata. Llevo 28 años delinquiendo. Maldelinquiendo, como quien dice.
—¿Se va a retirar?
—El ladrón nunca se retira, te retiran, que es distinto.
—¿Piensa volver a hacer algún otro video?
—No, eso es pasado. Fuimos pioneros en eso. Entre todos los videos nuestros que pusieron en YouTube hay más de 700 mil visualizaciones. Además se hicieron parodias de todo tipo. Lo importante de los videos es que decíamos la verdad: que la cana nos entregaba robos a cambio de guita.
—¿Qué hubiera pasado si no los detenían?
—No sé. Andábamos en la calle como prófugos. Teníamos la certeza de que íbamos a ser boleta. Pero nos salvamos. Un policía me quiso ejecutar pero la bala me rozó la cabeza.
Aquella tarde, Mercado y su primo Milatich fueron sorprendidos en el kilómetro 52 del acceso Oeste, partido de General Rodríguez, donde se enfrentaron a tiros con los policías mientras intentaban escapar en un Volkswagen Golf.
El video desde la clandestinidad
El 24 de septiembre de 2016 ocurrió un hecho inédito en la historia criminal argentina: cuatro delincuentes enmascarados, vestidos con uniformes y armados con pistolas y fusiles, difundieron desde la clandestinidad un video casero en el que amenazan a policías, fiscales y periodistas.
Era la Banda del Millón: un grupo criminal acusado de robar, cinco días antes de que se grabaran con un celular en un garaje, el Banco Provincia de General Rodríguez. Allí hirieron a dos personas y huyeron con el botín en un auto.
En lo que parece una puesta en escena rudimentaria pero cargada de muerte, sus cómplices gatillan las armas, lo rodean, uno de ellos hace chocar dos gruesos fajos de billetes. Mercado aparece al lado del otro cabecilla. Es fornido, lleva una cadena de oro, un Rolex y un arma en cada mano, como en el Far West. Tiene puesta una monstruosa máscara de gorila.
Los otros miembros de la banda siguen detenidos. Se trata de Rolando Agustín Sandoval, alias "El Mono, Miguel Ángel González, Lucas Piris y Walter Daniel Mansilla ("El Gordo Dani").
"Somos delincuentes. No somos asesinos ni violadores. Robamos bancos, robamos lo que sea. Todo lo que nos libera la Policía. Y encima nos quieren muertos. Estamos dispuesto a todo", dice el pistolero que habla en nombre de sus compañeros. Se presenta como Matías Milatich, lleva un pasamontaña, chaleco de la Policía Federal y mueve su 9 milímetros para intimidar.
Mercado dice que sin la Policía, la banda no hubiera llegado tan lejos. "Ellos son más ladrones que nosotros, que hacíamos entraderas disfrazados de policías. Además robamos bancos y blindados. Éramos una banda polirrubro. Pero no somos sicarios. Hasta nos acusaron de sacarle los dientes de oro a una ucraniana. Igual somos rufianes: si nos tiran, tiramos. Es la ley del ladrón de oficio. Por eso muchos de nosotros tenemos destino de tumba o de cárcel".
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