Ignacio María Vionnet pidió perdón varias veces ante el Tribunal Oral Federal N° 8 que lo condenó el miércoles 31 de octubre a seis años de prisión por narcotráfico con el fiscal Miguel Ángel Osorio como acusador.
Se mostró avergonzado, dijo estar arrepentido e hizo hincapié en su formación educativa para intentar aliviar el peso: "Nacho" fue estudiante del prestigioso colegio Champagnat, aunque lo echaron antes de terminar. Tampoco culminó sus estudios universitarios en ciencias agrarias.
Vionnet, hoy de 59 años, las vivió todas. Su familia era de dinero, patricios que perdieron su estatus económico aunque mantuvieron para sus hijos y nietos una crianza acorde a lo que creían. Había conexiones políticas en casa. "Nacho" solía volar en el helicóptero de Francisco Manrique, cuando el político conservador corría como candidato a presidente con la Alianza Popular Federalista, abrazado a su papá.
Ya de adulto, una muerte en la familia lo sumió en una depresión. "Nacho" terminó en situación de calle. Luego vivió en un hotel de pasajeros de Constitución sobre la calle Estados Unidos que fue allanado por la Policía Federal en noviembre de 2016 bajo las directivas del juez Marcelo Martínez De Giorgi, le encontraron una balanza y una posible sustancia de corte. Se allanaron en total 13 domicilios entre la Ciudad, incluido uno en la Villa 1-11-14, y Merlo, con 300 gramos de cocaína incautados y 25 celulares.
El departamento de "Nacho" no era el problema sino el taxi que manejaba, un Chevrolet Corsa con el que al principio levantó pasajeros y más tarde, tras unirse a una banda dedicada al narcomenudeo, clientes.
El T.O.F. N° 8, conformado por los jueces Fernando Machado Pelloni, Nicolás Toseli y Gabriela López Iñíguez, aplicó penas de entre 4 y 8 años de cárcel para él y otros ocho acusados de diversas nacionalidades condenados por integrar su banda, oriundos de Perú, Argentina, Bolivia y República Dominicana. Hay un acusado más de nacionalidad peruana que no pudo ser juzgado porque huyó del país y permanece prófugo.
Según pudo averiguar Infobae de fuentes vinculadas a la causa, Daniel Jesús Cavero Menacho, peruano, alias "Dani", el supuesto líder de grupo, había formado un "equipo de ventas" junto a otras tres personas, entre las cuales se encontraba Vionnet. El negocio se centraba en un servicio de delivery las 24 horas organizado en tres turnos. Cuando uno terminaba el horario, le pasaba la posta al cómplice, con un único teléfono celular donde se recibían los pedidos.
Los seguimientos y las escuchas a cargo de la división Precursores Químicos de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal aportaron detalles de la mecánica operativa. La entrega de la droga se hacía en el interior de los vehículos donde el pasajero subía, en ocasiones taxis como el de "Nacho", pero también particulares, generalmente por la Capital Federal.
Una vez que sonaba el teléfono, acordaban un lugar de encuentro con el cliente, daban un paseo de no más de tres cuadras, hacían la transa y el pasajero se bajaba satisfecho.
De las escuchas surgió también el dato de una traición de Vionnet a "Dani" Menacho, su supuesto mentor en el negocio de la venta de drogas. En los últimos meses antes de ser detenido, "Nacho" se proveyó de la mercadería a través de un nuevo contacto, "Charly", el ciudadano peruano que continúa prófugo. Ese hombre se transformó en sospechoso gracias a una conversación telefónica en la que Menacho le reclama al argentino por haber cambiado de proveedor y quedarse con sus clientes: "Yo te inicié en esto. Vos no tenías nada", le recriminó, y a partir de ello recibió varios aprietes telefónicos.
La lista de condenados se completa con Enrique Mazzini Menacho, hermano de "Dani", y Deibi Ipanaque García, ambos nacidos en Perú; Fabio Sergio Guardia, argentino, y Néstor Colque Llanos, boliviano, todos con penas de seis años. Manuel Antonio Araujo Vázquez, dominicano, recibió 5 años y medio; y Tony Reyes Salvador, boliviano, y la única mujer, Luz Concepción Luján García, oriunda de Perú, tuvieron las penas más bajas con 4 años.
El caso de la mujer, a la que le encargaban el fraccionamiento de la droga, habla de otra traición dentro de las organizaciones narco. El proveedor alternativo de "Nacho" que logró escapar le tendió una trampa: dos días antes de los allanamientos, quizás con información sobre lo que se venía, decidió irse. "Te quedás a cargo de todo, yo tengo que viajar", le dijo, y la dejó de señuelo. La mujer fue encontrada armando bolsitas de cocaína en su casa.
Por último, fuentes judiciales señalaron a Infobae la estrategia utilizada durante el juicio por parte de la defensa de los acusados, que finalmente no prosperó: pidieron la inconstitucionalidad del artículo 5ªC de la ley de drogas 23.737 que establece las penas sobre la comercialización, distribución, almacenamiento, etcétera, amparándose en un polémico fallo de un tribunal provincial de Córdoba de 2016 en una causa que tenía a varios policías acusados de venta de drogas.
Como argumento, los defensores sostenían que las penas eran muy altas para un delito de "narcomenudeo", es decir, de venta de drogas a pequeñas escalas. Si bien en este caso no prosperó, en Comodoro Py sostienen que "aquella semilla plantada en la Justicia de Córdoba está empezando a dar sus frutos". Es decir, los abogados empiezan a hacer uso de la jurisprudencia en favor de los narcos.
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