Vittorio Piva, un ciudadano italiano de 47 años, había sido visto por última vez en su departamento del barrio porteño de Villa Crespo el pasado 12 de octubre. Ese día, su mujer denunció ante la policía que estaba desaparecido sin sospechar que a partir de allí todo iba a estar marcado por el misterio, una posible venganza narco y un hallazgo macabro. Tras seis días de búsqueda y casi de casualidad, el hombre fue encontrado muerto a más de 80 kilómetros de su casa con cuatro disparos en la espalda y su cuerpo completamente calcinado.
El cadáver fue hallado por un trabajador el jueves de la semana pasada en horas de la mañana en la localidad bonaerense de Zárate, a la altura del kilómetro 10 de la ruta 193, en medio de una estancia conocida como "El Tatu". La víctima estaba boca arriba y tras el análisis de las huellas dactilares que no fueron quemadas, lograron establecer la identidad de la víctima.
Fuentes de la investigación confirmaron a Infobae que se trata de un empresario dedicado supuestamente a la venta de soja, aunque creen que lo usaba como pantalla para comercializar cocaína. De hecho, el italiano ya había estado involucrado este año en otra causa por narcotráfico, a cargo del juez Daniel Rafecas, aunque en esta oportunidad había sido sobreseído por falta de pruebas.
Uno de los datos que hacen creer que su muerte se trató de una venganza con tintes mafiosos es la cantidad de viajes que Piva sumaba en los últimos tres años. Sus destinos predilectos eran Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay, algunos de ellos incluso visitados en vuelos privados, confirmaron las fuentes consultadas por este medio.
Entre otros datos, trascendió que la muerte del empresario se habría producido con una data de 24 a 36 horas antes de producirse el hallazgo del cadáver y que fue prendido fuego en el campo donde lo encontraron. En el caso intervino la Comisaría 1 de Zárate y la UFI 7 del Departamento Judicial de la misma localidad. Por ahora se caratuló como "averiguación de causales de muerte".