Desde el panadero del barrio Jesús de Nazareth de la ciudad de Resistencia hasta representantes de las altas esferas del Poder Judicial de la provincia de Chaco: nadie puede entender todavía cómo Omar Alberto Verón permanece prófugo desde hace más de cuatro años.
El hombre de 53 años, apodado "El Japo", fue acusado en agosto de 2014 por la brutal violación de un niño de su barrio de apenas 7 años que continúa internado hasta hoy en el Hospital Garrahan por las lesiones que le provocó al abusarlo y desde entonces no fue detenido. Interpol pide su captura en todo el mundo, el Ministerio de Seguridad ofreció una importante recompensa de 500 mil pesos por datos que ayuden a su captura, decretada a nivel nacional en octubre de 2017 y a nivel global en abril de este año.
Insólitamente, Verón recibe hasta hoy un plan social, el plan del Programa Hogar del ANSES para solventar los costos de una garrafa de gas: lo sigue cobrando hasta hoy, los pagos se tramitan en una sucursal del Banco Francés según la base de datos del organismo. El próximo pago estará disponible en cuatro días
Pese a todo esto, al "Japo" nadie lo atrapa.
Hacen falta dinero y amigos para huir, para mantenerse prófugo durante tantos años, pero a lo largo de la mayor parte de su vida, Verón fue una persona de muy bajos recursos. Durante décadas vivió en una muy humilde casa del barrio "Nazareno" (así lo llaman sus vecinos), de la capital chaqueña. Por eso, tanto para investigadores como para integrantes del Poder Judicial de la provincia resulta imposible explicar que una persona de tal entorno pueda permanecer cuatro años sin ser encontrada. Aun cuando testigos de diferentes partes del barrio afirmaron que nunca se fue de la zona y hasta que trabajó durante meses como remisero.
El caso por el que se lo busca ocurrió en agosto de 2014. Un niño llamado M. O., que entonces tenía siete años, vivía en la casa lindera a su hogar y era amigo de uno de sus hijos, reveló a su padre que Verón lo había violado.
La denuncia fue radicada por el médico que lo atendió en los días posteriores al hecho, Eduardo Ale. y desde ese preciso momento, "El Japo" desapareció de su casa.
La vida del niño M. se convirtió en un verdadero infierno: el abuso sexual que sufrió fue tan violento que literalmente le destrozó los intestinos. Durante cuatro años, el chico se paseó por diferentes hospitales del país y hoy todavía lucha por su vida.
M. se encuentra internado en el Hospital Garrahan desde hace tres años, tuvo que someterse a cinco operaciones de suma complejidad y debe alimentarse por sonda: se encuentra colostomizado para poder eliminar sus heces. Cuando pueda reponerse de la última cirugía, realizada unas semanas atrás, pasará a integrar la lista de espera de trasplantes para recibir nuevos intestinos.
El niño tuvo que declarar años después del hecho en una cámara Gesell improvisada dentro del Hospital Garrahan, debido a su imposibilidad de ser trasladado a Resistencia.
Mientras la vida de M. y su familia quedó completamente destrozada, varios vecinos del barrio aseguraron haber visto al "Japo" por la zona a lo largo de los cuatro años. Sin embargo, nunca fue detenido.
"Es una vergüenza lo que ocurrió con este hombre y todos los que estamos involucrados tenemos que hacer una autocrítica respecto a esto. Yo lo hablé personalmente con el jefe de policía de la provincia, Ariel Acuña, a quien le dije que era imposible que alguien de tan mínimos recursos pueda mantenerse prófugo durante tanto tiempo. O hay colaboración o hay mucha desidia", le explicó a Infobae el procurador general de Chaco, Jorge Canteros.
La causa está en manos de la Fiscalía Nº 9 de la capital provincial a cargo de la doctora Daniela Meiriño y desde hace semanas ya se encuentran los 50 efectivos de la división de Investigaciones Complejas en la búsqueda.
"Nosotros lo veíamos como a un vecino más. Nuestra relación era de saludarnos y poco más. No teníamos demasiada relación. Mi hijo se había hecho amigo de uno de sus hijos, que era seis años mayor. Y después supimos lo que le hizo a mi chiquito. Es un monstruo y todavía no puedo entender cómo nadie lo atrapó. Si no tiene nada", afirma Mirta Ávalos, la madre de la víctima de la violación.
Según pudo averiguar Infobae, el "Japo" Verón tuvo un antecedente penal antes de supuestamente atacar al menor. Fue denunciado por su ex concubina el 27 de enero de 2014, siete meses antes de la supuesta violación, por violencia de género.
Sin embargo, el perito que la analizó no pudo comprobar las lesiones de la agresión y una fiscal lo sobreseyó el 27 de marzo de 2015.
Los investigadores no pudieron realizar todavía un perfil psicológico sobre el prófugo, pero de acuerdo a los sondeos realizados a vecinos del barrio Nazareno, se trata de una persona que protagonizaba peleas constantes tanto con su ex pareja como con vecinos. Lo califican como alguien "sumamente agresivo".
Por otra parte, en las últimas horas se seguía una pista sobre el supuesto paradero de Verón en una provincia limítrofe a Chaco. Los investigadores habrían recibido incluso una denuncia informal por abuso sexual a un integrante de la familia "que lo acobijó" allí.
Y después está el plan social que cobra.
Según le confirmaron fuentes cercanas a la investigación a Infobae, Verón todavía percibe entre 250 y 280 pesos cada mes correspondientes al denominado Programa Hogar. Sin ir más lejos, con chequear el propio sitio web del Anses se puede corroborar que tiene disponible una cuota del plan a cobrar entre el 9 de octubre y el 12 de noviembre.
La imputación por abuso sexual con acceso carnal a un menor de edad supondría para Verón una pena de entre 6 y 15 años de prisión. Asimismo, una vez que se logre hallarlo, la causa será elevada de inmediato a juicio.
Debido al paso ya de cuatro años y a la falta de avances, el propio Ministerio de Seguridad lanzó el último martes la oferta de una recompensa de $500.000 para aquella persona que pueda aportar información sobre el paradero del "Japo".
"Tengo fe de que a partir de esta oferta de recompensa van a aparecer nuevos datos que permanecieron ocultos hasta ahora y que se va a poder encontrar a este sujeto", le afirmó a Infobae el procurador Canteros.
Mientras tanto, todavía hay una familia y un niño que hoy ya tiene 11 años que aún no pudieron encontrar justicia a raíz de una búsqueda constantemente frustrada de un abusador.
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