Cuadernos: en Comodoro Py debaten si es posible usar las declaraciones de los arrepentidos en otras causas

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Carlos Wagner, el primer empresario que se arrepintió en la causa de los cuadernos de las coimas K.
Carlos Wagner, el primer empresario que se arrepintió en la causa de los cuadernos de las coimas K.

Esta semana, casi en simultáneo con la citación de Cristina Kirchner para declarar en indagatoria por "la ruta de dinero K" ante el juez Sebastián Casanello, pasó por ese mismo juzgado, en sigilo, el empresario Carlos Wagner. Estaba también citado el mismo día como imputado en otra causa, la que investiga presuntos sobornos en la construcción en dos plantas de Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa). Se trata de uno de los tres expedientes que involucran a Odebrecht en Argentina. Pero la ex mandataria y quien ocupó la presidencia de la Cámara Argentina de la Construcción durante casi todo su gobierno – puesto en ese cargo por su marido Néstor Kirchner-, no se cruzaron.

El titular de la constructora Esuco fue el primer empresario arrepentido en la causa de los cuadernos que admitió el pago coimas para quedarse con los contratos de obra pública durante el kirchnerismo. Su declaración provocó un terremoto en el expediente al dar por tierra con la estrategia defensiva inicial de los empresarios citados por Claudio Bonadio, de que los pagos eran aportes para la campaña.

Los arrepentimientos en cadena que siguieron los pasos de Wagner involucraron a los principales funcionarios vinculados a la obra pública vial y energética, el transporte y los negocios con Venezuela de los gobiernos del matrimonio Kirchner, y a sus secretarios de mayor confianza. Los ex presidentes quedaron señalados como los máximos responsables del sistema de recaudación ilegal implementado.

En esta primera indagatoria después de haberse arrepentido, la gran pregunta era cuál sería la actitud de Wagner en esta otra causa. En el expediente de Aysa ya está procesado como partícipe de la defraudación al Estado por el direccionamiento en la adjudicación para construir la planta de tratamiento de residuos de la empresa estatal en Berazategui. Ganó la licitación en una UTE con la firma brasileña Camargo Correa.

El juez Sebastián Casanello le pidió la declaración de Wagner como arrepentido a Claudio Bonadio.
El juez Sebastián Casanello le pidió la declaración de Wagner como arrepentido a Claudio Bonadio.

Casanello ya dio por probado en esta investigación que "hubo, a través de cartelización, un reparto irregular de la obra pública", una mecánica que Wagner admitió y describió en detalle en la causa iniciada a partir de los cuadernos del chofer Oscar Centeno. Esta semana, este magistrado lo interrogó por las sospechas de que, además, hubo sobornos en esas adjudicaciones.

Pero Wagner no solo no se arrepintió sino que, en cambio, rechazó las acusaciones y se abstuvo de declarar "por ahora". Como descargo presentó un escrito -al que accedió Infobae– en el que negó haber recibido transferencias de Odebrecht o de sociedades offshore controladas por la firma brasileña "en concepto de pagos indebidos", o haber actuado "como intermediario de algún funcionario o empresario involucrado" en la causa.

A lo largo de 16 páginas también refutó las declaraciones de los arrepentidos brasileños en el Lava Jato, Luis Antonio Mameri y Marcio Faria, y cuestionó su validez legal, ya que fueron aportadas como fotocopias por el periodista de La Nación Hugo Alconada Mon. Sin embargo, según pudo saber Infobae, esos testimonios serían incorporados al expediente oficialmente en poco tiempo, a partir del acuerdo de colaboración firmado con el Ministerio Público Fiscal de Brasil.

Alcance de la autoincriminación

Pero no solo eso. Como Casanello ya le pidió a Bonadio la declaración de Wagner como arrepentido en la causa de los cuadernos, su defensa advirtió que esa confesión solo puede ser usada en este expediente, en la que el lunes fue procesado por asociación ilícita y dádivas.

"Incurriría en una violación del principio de autoincriminación forzosa del artículo 18 de la Constitución Nacional si decidiera incorporar esas manifestaciones que surgieron con motivo de un acuerdo para una finalidad específica: obtener una reducción de la pena a cambio de aportar información bajo un compromiso de decir la verdad. Esto impide que esta información puede extenderse a otros procesos con un objeto procesal distinto e introducirse de modo oblicuo", se lee en la presentación.

El juez federal Claudio Bonadio procesó esta semana a 42 ex funcionarios y empresarios.
El juez federal Claudio Bonadio procesó esta semana a 42 ex funcionarios y empresarios.

Y para justificar lo admitido como arrepentido, cita textual lo que Wagner dijo ante el fiscal Carlos Stornelli en la causa de los cuadernos: "El sistema que yo detallé sobre los retornos era para las obras viales, mi responsabilidad era para las obras viales únicamente". Apuntó así a una distinguir entre la cartelización con sobreprecios y retornos implementado en los contratos de Vialidad, y el resto de las obras públicas.

También Roggio

El escrito de Wagner hace referencia a la presentación hecha hace dos semanas por otro empresario: Aldo Benito Roggio. El ahora ex presidente del Grupo Benito Roggio e Hijos también se convirtió en arrepentido en la causa de los cuadernos y, a su vez fue procesado en mayo último por Casanello en la causa de la Aysa como partícipe de la defraudación al Estado. Su firma participó en la UTE que se adjudicó la planta potabilizadora de agua de Paraná de las Palmas, Tigre, junto con Odebrecht, Cartellone y Supercemento.

Roggio admitió en un primer momento pagos indebidos en la causa de los cuadernos, aunque sostuvo que fueron "en una situación de coacción", porque no le cumplían con los pagos por los certificados de obras. Sin embargo, aseguró que las licitaciones en las que participó, las ganó competitivamente, aunque no mencionó una obra en particular. Al igual que Wagner fue procesado por Bonadio, con un embargo de $4.000 millones.

El fiscal Carlos Stornelli ingresando a los tribunales de Comodoro Py (Foto: Adrián Escandar)
El fiscal Carlos Stornelli ingresando a los tribunales de Comodoro Py (Foto: Adrián Escandar)

En la causa de Aysa, Roggio declaró por segunda vez el 6 de agosto por el presunto pago de sobornos, a días de que estallara el escándalo por las anotaciones de Centeno, pero antes de convertirse en arrepentido.

Ese día, como Wagner, negó la acusación y sostuvo que la obra de Tigre "se ganó en una licitación transparente y competitiva", y que el procedimiento licitatorio fue correcto. Según pudo reconstruir Infobae de fuente judiciales, Roggio se despegó del presunto pagos de coimas y señaló a Odebrecht como la encargada de tratar con los funcionarios argentinos. Sin embargo, los arrepentidos brasileños señalaron que el pago de las coimas se prorrateaba, de acuerdo al porcentaje de participación. Asimismo, de la documentación del proceso licitatorio, surge que uno de los requisitos era que fuera un socio argentino y ese rol lo habría desempeñado justamente Roggio. También, que las decisiones eran compartidas entre todos los integrantes de la UTE.

Tras el pedido de Casanello de su confesión como arrepentido a su colega Bonadio, Roggio hizo una presentación -citada por Wagner- en la que sostiene que no se pueden usar las declaraciones bajo régimen del arrepentido brindadas en una causa, en otro proceso judicial. El argumento utilizado fue que, al arrepentirse, el imputado cede el derecho de no autoincriminarse en una causa puntual, solo en relación a los hechos que se le imputan en ese expediente en esa causa.

Opiniones diversas

Lo cierto es que la ley del arrepentido (27.304) no prohíbe expresamente el uso de sus dichos en otra causa. Y lo que suceda con las confesiones de Wagner y Roggio ante Stornelli y Bonadio en la investigación por los presuntos sobornos en las obras de las plantas de Aysa sentará un precedente.

Las opiniones recogidas por Infobae no son unánimes. "No se puede usar la declaración de un arrepentido para juzgar los hechos que admite, ya que esos hechos están siendo juzgados en otra causa, en este caso por Bonadio", analiza un juez federal de Comodoro Py. "Pero eso no implica no utilizarla. Porque esa confesión te puede dar datos que involucran a otras personas como responsables de las maniobras, y que sirven para la investigación", agrega.

Mariano Cúneo Libarona, abogado de varios empresarios procesados en la causa de los cuadernos.
Mariano Cúneo Libarona, abogado de varios empresarios procesados en la causa de los cuadernos.

También hace una distinción respecto de la declaración en indagatoria, "circunstancia en la que no tiene consecuencias penales mentir, como sí las tiene para los que optan por arrepentirse y deben decir la verdad, aun cuando se autoincriminen".

Otro fiscal federal con despacho en el quinto piso de los Tribunales de Retiro es más escéptico respecto a la posibilidad de usar la información del que confiesa: "El arrepentimiento es individual, tiene que ser un acto de libre voluntad y en el marco de una causa. Si el Estado extrae una plusvalia no consentida de ese acto individual es una expropiación de la voluntad del imputado".

Por su parte, el abogado Mariano Cúneo Libarona – quien en la causa de los cuadernos defiende a los empresarios procesados Alejandro Ivanissevich, Hugo Eurnekian y Sergio Taselli- analiza que la ley no impide compartir las confesiones en distintos procesos. "Jurídicamente no veo ningún problema en que se pueda usar la declaración como arrepentido en una causa, en otro expediente. Resulta coherente porque se supone que dijo la verdad, aunque en definitiva los jueces del tribunal oral deberán evaluar sus dichos. No hay 'autoincriminación forzosa' en el arrepentido, ya que solo existe si lo forzaron a declarar en ese sentido contra su voluntad", sostiene.

Otra fuente judicial consultada analiza que, ante la posibilidad de que los dichos como arrepentido de un imputado pueden repercutir en otros proceso, hay imputados que optaron por la cautela. "Angelo Calcaterra se cuidó en su declaración como arrepentido ante Bonadio. Sabía que lo que dijera podía perjudicarlo a futuro en la causa del soterramiento del Sarmiento", desliza.

El abogado Mariano Fragueiro Frías – que no interviene en este expediente- coincide en que no hay una limitación en la ley del arrepentido para usar la confesión. "No sirve como una declaración indagatoria, ya que fue hecha ante otro juez, pero sí como elemento indiciario para valorar dónde el imputado dice la verdad. Por otro lado, es imposible para un juez pasar absolutamente por alto la declaración como arrepentido de un imputado, a la hora de emitir un fallo, por más que haya sido en otra causa. Porque, incluso, se podría llegar a sentencias contradictorias". Para este respetado penalista, "la clave está en el artículo 41 tel de la ley del arrepentido cuando, al referirse a los datos o información aportada, establece que debe contribuir a esclarecer investigaciones conexas. Es uno de los requisitos de procedencia que la propia ley contempla, es decir que el arrepentimiento sirva para resolver otro proceso, no solo en el que está haciendo el acuerdo".

Por el contrario, otro reconocido letrado que defiende a otro de los procesados de los cuadernos que no se arrepintió – pero que por intervenir en esta causa prefiere guardar en reserva su nombre-, cree que no es posible el uso de la declaración de un arrepentido en otro proceso. "Esa confesión se hace a partir de un acuerdo específico con un fiscal. En todo caso, debería haber otro acuerdo para otra causa", sostiene. Aunque advierte que "sí se pueden usar elementos o material probatorio derivado de esa confesión en otro expediente".

La figura del arrepentido bajo la lupa

Sin embargo, este penalista es muy crítico del uso de la figura del arrepentido en nuestro país, a la que considera "un retroceso en lo jurídico" y "cercana a la extorsión". Argumenta que "la obligación de conseguir la prueba es del Estado, que es quien debe demostrar que una persona es culpable, no por su confesión".

Por otro lado, advierte que "no se puede usar una figura exportada de un sistema jurídico como el norteamericano que funciona de otra manera, donde la acción penal la llevan adelante los fiscales, con un alto nivel de eficiencia de la Policía Judicial, lo que repercute de manera directa en los índices de condena. Allá el 97% de los casos llegan a sentencia a partir de una negociación con el fiscal, y solo el 3% van a un juicio por jurados".

Por último destaca que el arrepentido "si bien debe decir la verdad, puede mentir, y en un sistema deficiente como el nuestro, es muy difícil demostrar que mintió".

Hasta ahora, Bonadio no le envió las declaraciones como arrepentidos de Wagner y Roggio a Casanello. Puede no hacerlo. Pero si lo hace, este debate jurídico concentrará todas las miradas.

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