A veces no hay nada que pueda torcer el destino de los acontecimientos. Lo saben los tres hombres que durante el domingo viajaban por un campo bonaerense a bordo de una camioneta blanca con 378 kilos de cocaína encima y creyeron que habían zafado de la Policía tras esquivar los controles. Pero un problema inesperado los traicionó y propició el descubrimiento de la droga.
Ya internados en la oscuridad de la pampa húmeda un ruido en el motor de la Fiat Toro sobre la que viajaban los tres detenidos complicó el último tramo del plan de tráfico de la droga. La camioneta se frenó, no arrancó más y alguien alertó a la Policía, que ya los venía buscando. Los tres hombres salieron corriendo y, como si se tratara de una película de Olmedo y Porcel, fueron perseguidos por agentes bonaerenses a bordo de un tractor, quienes finalmente los atraparon.
Así se destapó la historia de "Bandera blanca", el descubrimiento de 356 paquetes de cocaína -378,080 kilos- en esta camioneta metida en un campo de la localidad de Las Flores, a 200 kilómetros de Capital, por el Comando de Patrullas Rural de la Bonaerense.
Los agentes de este comando habían sido alertados en junio por investigadores de la Justicia de la Provincia sobre la posibilidad de que avionetas narco estuvieran lanzando cocaína desde el cielo o incluso aterrizando en pistas improvisadas en la vastedad del campo. El 15 de ese mes hubo una reunión entre el fiscal general de Azul, Marcelo Sobrino, y el jefe de estas patrullas, el comisario Jorge Ferrari.
Así se montó un operativo de vigilancia, según dicen "permanente", en los caminos rurales del distrito de Azul, que comprende alrededor de un millón de hectáreas. Finalmente, durante el domingo la Policía rural tuvo su primera escena de acción cerca del establecimiento La Castorina, de Las Flores.
Un hombre del campo alertó a la patrulla y cuando esta llegó, dos hombres argentinos (uno con domicilio en Capital Federal y el otro en Salta) y uno boliviano estaban escapando. Por eso los agentes se subieron a un tractor y lograron atraparlos no muy lejos de la camioneta, cargada con cocaína presumiblemente traída de Bolivia y escondida en un galpón.
La Policía también incautó $10.000 y 1.000 dólares en efectivo. Los paquetes de esta droga estaban marcados con dos sellos, típicos de los clanes narco; uno con un reloj pulsera y el otro con las letras "HD", lo que normalmente indica su procedencia o su destino.
La camioneta además tenía una bandera blanca, que no era para pedir una tregua en la guerra narco. Se sospecha que se usó para marcarle a la avioneta dónde lanzar los paquetes.
El fiscal de Estupefacientes de Azul David Carballo, posiblemente junto a la Justicia Federal, investigarán ahora la procedencia de la cocaína y si existe una red dedicada a llevar esta droga a esa zona de la provincia, algo que evidentemente sospechaban al menos desde junio.
"Teníamos datos de posibles avionetas que aterricen para dejar droga o la tiren desde el aire. El departamento judicial de Azul tiene un millón de hectáreas y 11 distritos, por eso empezamos a controlar y a dar instrucciones a las patrullas rurales", comentó a Infobae el fiscal general Marcelo Sobrino.
Las patrulla rurales ya habían hecho semanas atrás procedimientos en las ciudades de Juárez y Tandil y venían siguiendo el dato de que algo similar podía ocurrir en Las Flores.
Los investigadores contaron a este medio que la camioneta salió de la zona de Pila y que allí se les escapó a los policías de esa jurisdicción, quienes no sabían que transportaba cocaína, pero advirtieron a sus pares de Las Flores porque los habían evitado.
"Y la patrulla rural terminó encontrando la camioneta dentro de un campo, le había entrado agua en el filtro de gasoil y no podía seguir andando", comentó uno de los investigadores, con una sonrisa de alivio.
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