Cocaína y prostitutas: el combo para los clientes de "la madrina del Oeste" que tenía un laboratorio narco en su casa

Claudia B. fue arrestada por la policía bonaerense acusada de regentear un prostíbulo en Ramos Mejía

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Claudia B., de Lomas del
Claudia B., de Lomas del Mirador, detenida en una causa por drogas y prostitución.

Claudia B. decía ser una mujer con memoria. "Si alguien te habla mal de mí, preguntale cuánto me debe y cuántas veces lo ayudé", desafió desde su muro de Facebook esta semana. El scroll hacia abajo muestra un poco su historia: 47 años de edad, oriunda de Lomas del Mirador, Claudia aseguraba mientras posteaba fotos familiares que había tenido que abandonar los estudios a los 13 años "por cosas de la vida."

Luego, Claudia publicaba algunas selfies, sus cadenas de oro, sus salidas a las máquinas tragamonedas de un bingo de la zona oeste con un amigo stripper, algunas indirectas a algunos enemigos, los típicos posteos pasivo-agresivos de esa red social. Claudia, finalmente, aseguraba que buscaba el amor de su vida "porque marido ya tuve" y que "somos reinas todas las mujeres que sacamos adelante a nuestros hijos sin la necesidad de un hombre al lado."

Claudia decía vender perfumes importados, zapatillas Adidas, todo desde su casa. Sin embargo, vender perfumes o calzado claramente no alcanzaba para mantener su nivel de vida de máquinas tragamonedas, alhajas y salir a cenar. Claudia, al menos en sus posts, nunca hablaba de su trabajo.

Ayer por la noche, la división Trata de Personas de la Dirección Crímen Organizado de la policía bonaerense arrestó a Claudia en su casa de Lomas del Mirador. Su presunto trabajo, precisamente, era el problema. Una investigación de la fiscal Analía Córdoba, titular de la Ayudantía Fiscal de Delitos Conexos a la Trata de La Matanza, la señalaba como la supuesta dueña y jefa de un atareado prostíbulo en un departamento privado sobre la calle San Martín en Ramos Mejía. Nancy T., "La Chili", una vecina de la villa Cildañez que presuntamente operaba el lugar como ayudante y telefonista organizando los turnos, también cayó detenida.

Claudia B.: selfie en Facebook.
Claudia B.: selfie en Facebook.

El frigobar del prostíbulo, custodiado por un patovica, era un poco caro: $130 una lata de cerveza, según la lista de precios incautada; $330 pesos un fernet chico, pero Branca. Champagne nacional con dos latas de energizante, $450. Al menos siete mujeres trabajaban en el lugar en turnos rotativos de acuerdo a anotaciones que encontró la bonaerense, publicitadas supuestamente por Claudia misma en sitios de escorts como MininasVip.com. La papeleta aclaraba el tarifario: domicilios, $2.500 más el remis. Un trío en el burdel: $4 mil.

Había otros carteles en el privado. Uno de ellos decía: "La que mejor trabaje y cumpla horario tendrá un premio de $5.000 más un regalo bien copado". Había también algunos códigos para clientes que surgieron en más de dos meses de teléfonos intervenidos, "camisas" o "pantalones" en la jerga del lugar, cocaína o marihuana que los clientes pedían por teléfono para que las mujeres llevaran los baguyos y las bolsitas en los remises.

Con respecto a la cocaína, la bonaerense y la fiscal Córdoba tendrían una sorpresa mucho mayor que estaba fuera de todos sus cálculos. En casa de Claudia encontraron un pequeño laboratorio de estiramiento narco, mientras la detenían entre sillones de cuerina roja y cuadros de caballos en llamas.

El tarifario de bebidas del
El tarifario de bebidas del burdel en Ramos Mejía y los químicos y pasta base encontrada en la casa de Claudia B.

El granulado base de cocaína estaba en bolsas de supermercado junto a los típicos químicos de procesamiento y estiramiento: cafeína, acetona, lidocaína, tres kilos de estupefacientes en total. La línea de provisión, a quién le compraba Claudia, si es que se prueba que la cocaína era suya, todavía se desconoce. 

Lo cierto es que Claudia, paradójicamente, no tiene un prontuario por transa o por fiola. Su registro muestra apenas una causa por falso testimonio que tramitó en 2008 en la UFI N°12 de San Martín y por la cual habría sido absuelta. Su registro comercial en la AFIP habla de otro rubro completamente: se registró en las categorías de transporte automotor, taxis y remises, en marzo de 1999.

Sin embargo, Claudia tiene un solo auto a su nombre, un Peugeot 307 de 2006. El historial del vehículo tiene una particularidad: Claudia se lo transfirió en un ida y vuelta al menos cuatro veces a un hombre de Quilmes que todavía no apareció en la investigación de la bonaerense. Lavar dinero en flotas de remises o taxis, por otra parte, es un clásico entre proxenetas.

Sus familiares más directos, mientras tanto, se muestran con autos Audi o BMW sin tener un trabajo discernible.

Incentivo en el prostíbulo: 5
Incentivo en el prostíbulo: 5 mil pesos de premio y regalo “bien copado.”
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