Mientras la policía Lourdes Espíndola se encuentra luchando por su vida en la terapia intensiva del Hospital Posadas, su marido Fernando, también oficial, habló en público: expuso su preocupación y bronca por la dramática situación que atraviesa su pareja.
La joven de 25 años fue baleada en el cuello el sábado por la tarde cuando esperaba en la parada de un colectivo, después de haber cumplido su turno en el Comando de Patrullas de Moreno.
Durante el intento de robo, Espíndola recibió un tiro que le perforó la arteria carótida y le provocó una pérdida de sangre masiva. Así, su estado es extremadamente delicado y hay incertidumbre sobre las posibilidades de salvar su vida.
"Lourdes está mal. Está luchando por su vida. Estamos esperando un milagro nomás", afirmó Fernando Espíndola ante los medios presentes en la puerta del hospital.
El hombre contó que el hecho ocurrió poco después de las siete de la tarde y que él tomó conocimiento del hecho al recibir un mensaje de Lourdes. Justo él se dirigía a la casa de su madre, donde minutos después ambos debían encontrarse.
"Ella me me mandó el último mensaje. Me dijo que le pegaron un tiro y que se estaba muriendo. Estaba agonizando. Después yo la llamé y la llamé y no me atendía", afirmó Espíndola.
El hombre le agradeció a una compañera de turno, llamada Samanta Lemos, quien fue la primera en llegar al lugar y en iniciar el protocolo de atención médica para la oficial herida.
Durante el robo, perpetrado según los testigos por dos jóvenes a bordo de una moto, le robaron a Lourdes solamente su arma reglamentaria. Su billetera permaneció intacta.
"Nosotros no tenemos plata. De sueldo cobrábamos 'cero peso'. Vivíamos con el adicional. Pero teníamos sueños. Queríamos comprar un terrenito para hacer un dulpex. Y ahora no tengo nada", afirmó Fernando Espíndola.
Asimismo, el marido de la víctima criticó con dureza a las autoridades políticas de la Argentina y de la provincia de Buenos Aires, a quienes él consideró responsables del hecho de seguridad sufrido por su pareja.
"Acá no vino nadie, nos dejaron solos. A la señora María Eugenia Vidal y al presidente Mauricio Macri, que se vayan a la c… de su madre. Yo a partir de hoy no soy más policía", reclamó.
Y detalló la difícil situación que deben atravesar las fuerzas de seguridad en el día a día: "El policía de la provincia de Buenos Aires está todo el tiempo desprotegido. Hablo en general por todos mis compañeros. Vivimos en un país en el que ya no se puede vivir".
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