Un hombre está por entrar a la boca del subte C en Retiro hablando por teléfono cuando a la carrera alguien le arrebata el celular y se pierde en la marea de gente. Una adolescente chequea en la parada del 113 en Palermo las últimas novedades de Instagram y se queda viendo cómo la pantalla, que hasta hace unos segundos estaba a apenas 10 centímetros de su nariz, se pierde en una moto por avenida Santa Fe. Las escenas se repiten cada vez más en la Ciudad, donde el robo de celulares encabeza la estadística de hechos delictivos según el Ministerio de Seguridad porteño.
Es el delito que más se registra en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En los últimos dos meses los detenidos por este tipo de ilícitos superan a los de cualquier otro hecho delictivo en la Capital Federal, aunque en promedio quienes son capturados durante los operativos permanecen no más de 24 horas tras las rejas.
Los smartphones son fáciles de ubicar en el mercado negro. La base del negocio se sostiene sobre el hecho de que el precio de reventa de un celular robado es mucho mayor al de la adquisición. Un ladrón de a pie obtiene algunos pesos por un teléfono en las galerías de Once, que luego será vendido por más del doble.
En la galería el teléfono se venderá por un precio lo suficientemente por debajo del que tiene en el circuito legal -alrededor de un 50% menos, un poco más en el caso de los de alta gama-, gancho necesario para atraer a los compradores y también para vender rápido equipos que fueron obtenidos ilegalmente.
El robo de celulares en números
Según datos del ministerio de Seguridad de la Ciudad, sólo en los últimos dos meses se registraron 130 locales de venta de celulares. Se secuestraron durante esos operativos 439 teléfonos, fueron detenidas 80 personas y se concretaron 92 clausuras.
Fuentes cercanas a esa cartera remarcaron que son muy pocas las víctimas que denuncian el robo de teléfonos. El dato toma relevancia si se tiene en cuenta que el factor influye directamente en el número de hechos registrados oficialmente.
Los equipos encontrados durante los allanamientos por las fuerzas de seguridad en galerías o locales son contrastados con los que figuran en la lista de dispositivos robados del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). Es decir: si no existe una denuncia, el robo no cuenta para la estadística.
Entre otros de las datos que se desprenden de los operativos de los últimos 60 días de las 80 personas detenidas: 63 son de nacionalidad peruana, 4 venezolana, 5 argentina, 4 colombiana, 2 boliviana, 1 dominicana y 1 chilena. La mayoría de ellos estuvieron sólo 24 horas tras las rejas.
La razón de la poca permanencia de los detenidos se debe a que se vuelve muy difícil vincular a quienes comercializan los teléfonos, con el hecho delictivo concreto. "Todos dicen que desconocen la procedencia", señalaron fuentes cercanas a los procedimientos.
En este sentido, Infobae pudo averiguar que está en marcha un cambio de legislación en este sentido, así como también la firma de un convenio para trabajar en conjunto con la Provincia de Buenos Aires. Esto se debe a que muchas veces con los celulares que les sobran a los implicados (los que no se puede determinar si son robados), una vez en libertad, continúan con el negocio en otras galerías o en territorio bonaerense.
El barrio porteño en el que más teléfonos se roban
Palermo encabeza la lista de barrios en los que más robos de celulares se producen. La misma zona fue señalada en ese sentido por el Mapa del Delito, como donde ocurren la mayor cantidad de "robos y hurtos" en la Ciudad.
Fue a la implementación del sistema de clusters de la Policía de la Ciudad (que vincula a distintos actores y elementos de prevención de la fuerza) para el control de motos, que se sumó el trabajo conjunto en galerías junto a la Agencia Gubernamental de Control, Administración Gubernamental de Ingresos Públicos y el Enacom.
Según la última actualización del Mapa del Delito, en el barrio de Palermo se registraron el año pasado un total de 5.353 robos, 318 más que en el 2016, y si bien se ubica primero entre los cinco barrios con mayor índice de inseguridad respecto del año anterior, es el único en el que la tendencia se dio hacia arriba.
El segundo barrio con más robos (en general) registrados en 2017 fue Balvanera, con 3.848 casos (840 menos que en 2016); el tercero Flores con 3.707 (811 hechos menos); el cuarto Caballito con 3.379 (bajando en 434 el número) y el quinto Recoleta, con 3.095 (186 menos).
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