Lucas O., el adolescente de 17 años sospechado de haber asesinado al joven ingeniero Juan Cruz Ibáñez en Rosario, sabía que estaba cercado y por eso trató de escapar. El martes, en horas de la noche, tomó un micro con destino a la provincia de Chaco para alejarse lo más posible del radar de las autoridades. Sin embargo, su plan se vio abruptamente frustrado: personal de la división de Homicidios de la Policía de Investigaciones lo detuvo arriba del ómnibus a la altura del kilómetro 100 de la autopista Rosario-Santa Fe.
El menor se entregó sin oponer resistencia y fue trasladado a una dependencia de Investigaciones, donde quedó a disposición de la jueza de Menores de Rosario, Dolores Aguirre Guarrochena. Ayer fue trasladado a los tribunales provinciales, donde quedó imputado formalmente de varios delitos. La magistrada, a su vez, determinó que fuera alojado en el Instituto para la Recuperación del Adolescente (Irar).
Lucas estuvo asistido por el defensor oficial de Menores Daniel Papalardo y la asesora de Menores Claudia Benoliel. No declaró ni contestó preguntas de los fiscales, quienes le leyeron la imputación: homicidio triplememente calificado por ensañamiento, alevosía y críminis causa, así como robo agravado por escalamiento. Su situación es muy complicada. Horas después del crimen de Juan Cruz los efectivos de Homicidios llegaron hasta una casa de Chacabuco al 4200 donde vive una hermana del sospechoso junto a su pareja. Allí lograron recabar información valiosa para la investigación. Encontraron elementos pertenecientes a la víctima y de acuerdo con testigos, el prófugo se refugiaba en la casa de unos amigos en la zona sur de Rosario y planeaba huir a otra provincia.
Es la 11ª vez que el adolescente queda detenido en los últimos cuatro años por diferentes delitos. La primera vez que estuvo en una comisaría fue el 9 de julio de 2014, cuando fue arrestado por tentativa de robo. El 12 de abril de 2016 cayó por hurto, mientras que el 24 de enero del siguiente año volvió a ser detenido por intento de robo.
Poco más de un mes después, el 16 de febrero, quiso cometer un asalto y otra vez lo capturaron. Fue liberado pero increíblemente un día después fue detenido por otro hurto. El 24 de junio siguiente nuevamente lo arrestaron por un robo.
Pasaron más de seis meses para que otra vez visitara una comisaría. El 11 y el 14 de enero de este año fue detenido por dos intentos de robo. En marzo fue arrestado por portación de arma de fuego en jurisdicción de la comisaría sub 26ª y cuatro días más tarde por otro hurto.
El viernes pasado mató de varias puñaladas al joven ingeniero en su departamento de Zeballos al 2133. El cuerpo de la víctima fue hallado después de que una vecina llamara al 911, alertada porque un joven le había golpeado la puerta y exigido la entrega de las llaves del portón de salida para retirarse del edificio. Lucas se llevó algunos objetos de valor y escapó en un taxi.
De acuerdo con los primeros datos de la investigación, el asesino atacó al ingeniero cuando éste todavía dormía en su cama. La autopsia reveló luego que el joven de 23 años ofreció resistencia pero que finalmente perdió la vida con al menos 20 puñaladas.
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