Cuando las dos policías que la custodian en cada traslado la llevaron ayer esposada a otra sala de los Tribunales de Gualeguaychú –después de declarar durante dos horas ante los jueces-, Nahir sintió una especie de alivio. Ahí la esperaban sus padres Marcelo y Yamina, que no habían estado en la sala donde se realiza el juicio oral contra su hija por el crimen de Fernando Pastorizzo, ocurrido el 29 de diciembre de 2017.
Los tres lloraron abrazados. "Creo que podrían haber estado horas así, los unía un llanto desgarrador", contó a Infobae un testigo de la escena.
En ese momento, en la sala de audiencias, los fiscales Sergio Rondoni Caffa y Lisandro Beherán comenzaban los alegatos que iban a tener un final anunciado: el pedido a los jueces Mauricio Derudi, Artudo Dumón y Alicia Vivian de que Nahir, de 19 años, sea condenada a cadena perpetua por el homicidio.
—Tranquila, ya pasó. Nunca más vas a revivir esta pesadilla -la consoló su madre a Nahir.
—Tenés razón, mamá. Pero hubo un momento en que no paré de llorar. No podía seguir hablando. Me costaba un montón. Fue muy duro. Pero tenía que hacerlo.
Su padre le secó las lágrimas con un pañuelo descartable y la cubrió con una campera. Ella les preguntó qué habían puesto los sitios de internet, pero sus padres trataron de hablar de otro tema. Prefieren que no lea las noticias.
En la declaración, Nahir dijo que todo había sido un accidente. Y relató las veces que, según ella, Fernando la insultó y agredió porque se veía con otros chicos o no le atendía el teléfono.
A sus padres les dijo que lloró durante gran parte de su declaración. De hecho, cuando se sentó ante los jueces, se quedó en silencio y no pudo contener las lágrimas. El presidente del tribunal, Mauricio Derudi, le preguntó si estaba en condiciones de hablar.
—Estoy esperando calmarme —le dijo Nahir con un hilo de voz. Pudo declarar dos minutos después.
—No sabía cómo empezar a hablar —les dijo a sus padres.
En la audiencia de ayer, se la vio quebrada en casi todo momento. A veces el llanto la congestionaba y le impedía hablar con claridad. "Siempre pasaba lo mismo, me insultaba, me decía zorra y desesperada. Y me decía la palabra que más me hería: depresiva. Una vez le conté que cuando llegaba a mi casa y me acostaba, me ponía a llorar. No se lo conté para darle lástima. Pero él lo usaba para lastimarme", dijo en un momento de la declaración.
Refirió, además, que una vez le mordió un dedo con tanta fuerza que saltó su anillo, y que le mordió la mano y le dejó los dientes marcados. Habló de otra lastimadura en la espalda y en la pierna, generada –según ella– porque Fernando la había agarrado del pelo. Y que una noche la empujó contra una pared y ella estuvo a punto de perder el conocimiento. Mientras Nahir decía eso, Gustavo Pastorizzo, el padre de Fernando, negaba con la cabeza.
De acuerdo con lo que dijo uno de sus allegados, Nahir quiso declarar desde el inicio del juicio, aunque sus padres le aconsejaron que quizá lo mejor era que no lo hiciera. "Te va a hacer mal rememorar todo lo que pasó y lo que sufriste", le dijeron. Pero ella insistió. Sus abogados estuvieron de acuerdo, más allá de que uno de ellos, José Ostolaza, propuso suspender la declaración cuando Nahir no podía seguir hablando y lloraba sin consuelo.
Fue justo cuando estaba por hablar del hecho.
—Quiero contarlo —pidió ella. Se recuperó y retomó el relato.
"Hoy quedó demostrado que no es fría ni cínica ni un monstruo, como la describieron muchos sin siquiera conocerla. La demonizaron. Es una chica que está sufriendo y vivió una pesadilla", dice a Infobae un allegado de Nahir.
Del lado de la familia de Pastorizzo, piensan lo contrario. "En algunas audiencias se rió y creemos que sigue haciendo un acting", dicen.
La familia y los abogados de Nahir confían en que no será condenada a perpetua. "No probaron que haya existido el vínculo de noviazgo ni que haya actuado con alevosía", dice su entorno. Saben, en el fondo, que será difícil evitar una condena.
En todos estos meses, la vida de los padres de Nahir se derrumbó. En la primera audiencia del juicio, una mujer les gritó asesinos cuando ellos salían de Tribunales. Ayer no estuvieron presentes durante la declaración de su hija.
"En esta historia hay dos familias destrozadas. La diferencia es que los padres de Nahir podrán seguir viendo a su hija, aunque sea en un lugar de encierro, pero los de Fernando jamás lo volverán a ver", dijo en su alegato Rubén Virué, el abogado de Silvia, la madre de Pastorizzo.
Desde que está detenida en la Comisaría del Menor y de la Mujer, Nahir reforzó sus creencias religiosas. Un sacerdote la fue a ver y le regaló un rosario. "Me encomendé a Dios", repite cuando le preguntan a qué se aferra. Reza todos los días. A veces lo hace con sus padres.
Los tres, dice un allegado, están muy unidos. "Entendieron que las cosas son por algún motivo", dice un familiar. Ayer, sus padres leyeron mails que le llegan a Nahir desde distintos puntos del país. Según su entorno, esos mensajes son de aliento. Incluso un joven español le manda libros y palabras de apoyo.
Nahir siempre quiso ser abogada. "Desde chica", dice un familiar. En prisión sigue estudiando Derecho y sus padres le regalaron El cliente, un libro de John Grisham que cuenta la trama de un oscuro caso judicial que es llevado adelante por la abogada Reggie Love, cuyo papel en cine interpretó Susan Sarandon. El sueño de Nahir era estar en un juicio oral. Pero como abogada, no desde el banquillo de los acusados.
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