El siguiente diálogo ocurrió algunos días atrás, entre Infobae y alguien cercano a la familia Pastorizzo:
—¿Qué? ¿Me preguntás por la testigo con ojos de lince?
—Como usted quiera llamarla.
—Ja, sí, la vecina de enfrente.
—Exacto. Declara en el juicio. ¿Mueve el amperímetro?
—Nah. Ya vas a ver.
El 11 de enero pasado, poco menos de dos semanas después de que Fernando Pastorizzo recibiera dos tiros en el tórax, María Inés Correa se presentó ante el fiscal Sergio Rondoni Caffa para contar su versión de los hechos. Pidió hacerlo bajo identidad reservada porque ya la habían llamado periodistas. Se negó a que su testimonial fuese filmada, no deseaba ser expuesta. Correa había vivido casi toda su vida en la calle Providencia, a una cuadra de la zona de boliches de Gualeguaychú, justo enfrente de los Galarza y su hija Nahir.
Su declaración, a simple vista, apuntaba a beneficiarla totalmente luego de que Nahir confesara haber matado a Pastorizzo para luego modificar su indagatoria y asegurar que los tiros de la pistola de su padre policía que mataron a su supuesto novio se escaparon por accidente. Correa retrató a Pastorizzo como todo lo contrario de lo que lo describieron sus padres y amigos, como un violento serial que llegaba en su motito a la madrugada para "acogotar" y "cachetear" a Nahir, insultarla y denigrarla. Correa, según su relato, salía a la vereda para contener a Galarza luego de que el joven arrancara para irse. Aseguró que Pastorizzo llegó en su moto para llevarse a Nahir de su casa el 29 de diciembre por la madrugada en la que luego apareció muerto, que tenía algo parecido a un arma en el cinto. Todo cerraba, al menos para aminorar la carga de culpa de Nahir, o eventualmente absolverla.
Hoy por la mañana, Correa se presentó en el tribunal que juzga a Nahir, dispuesta a ratificar sus dichos. Nahir lloró mientras su vecina de toda la vida hablaba ante los jueces, mientras decía que venía a declarar "¡espontáneamente y no correspondo a ninguna de las partes, que quede claro!" ya que habían dicho en Gualeguaychú que era "una testigo comprada" y que "la escracharon en los medios".
Sin embargo, no fue todo tan fácil para Correa. Hubo quienes se rieron en la sala al oírla declarar aunque no haya hecho ningún chiste, otros se miraron azorados. "Serias contradicciones entre su relato en juicio y ante la fiscalía", dijo al final de su testimonio el querellante Juan Carlos Peragallo, en la misma mañana en que Meliana Kroh, tía materna de Nahir, hiciera su aparición como testigo para negarse a declarar e irse.
"Yo escuchaba que Nahir decía: 'Soltame, soltame, dejame en paz'", aseguró la vecina, que pensó en ir con sus padres "pero Nahir me lo prohibía, porque Fernando la iba a golpear más". Correa dijo haber hablado del tema con la abuela paterna de la joven pero no con su madre, a la cual la vecina tenía de amiga en Facebook.
También aseguró que gracias a las discotecas que quedan a una cuadra de su casa suele llamar a la Policía "cientos de miles de veces" por "sexo entre hombres, peleas, alcohol". El fiscal Lisandro Beherán le preguntó por qué nunca había llamado a la Policía entrerriana para que intervenga cuando Pastorizzo supuestamente molía a golpes a Galarza, un claro hecho de violencia de género que llevaría al joven al calabozo de la comisaría más cercana. Dijo que le parecía "normal", que ya había pasado.
Las preguntas sobre el 29 de diciembre fueron particularmente intensas. "Fernando le decía: 'Vos sos mía, la reputa madre que te parió'", aseguró Correa, al describir cómo el joven que terminaría muerto se llevaba a Nahir en su moto. Correa dijo ver todo no desde la vereda, no desde una ventana, sino desde una rendija de su persiana del frente de su casa, de poco más de tres centímetros de ancho, atravesada por una cadena. La vecina de Galarza ofreció un video desde su perspectiva, en donde afirmaba que "se veía bien, más de adentro que de afuera".
La luz fue un factor crucial en el cuestionario. Correa aseveró que pudo ver cómo Pastorizzo arrastraba a Nahir gracias a una mezcla de "luz artificial y natural", lo que habrían sido los primeros rayos del día en pleno verano. Correa ubicó el hecho a las 4:30, no antes de las 5 de la mañana. Los fiscales la contradijeron fuertemente: un informe del Servicio Meteorológico Nacional con el que contaban los acusadores establecía la primera luz de ese día en Gualeguaychú para las 5:48.
Correa habló de la supuesta arma que llevaba Pastorizzo en su cinto como "una cosa cuadrada". Para el fiscal Beherán no habría sido otra cosa que el teléfono celular del joven. "¿Usted conoce un arma cuadrada?", preguntó Beherán.
La vecina, finalmente, afirmó que Pastorizzo "no tenía ningún casco, Nahir tampoco". El casco de la víctima fue encontrado a un metro y medio de su cadáver.
Luego de su relato, en un cuarto intermedio, el abogado querellante Rubén Virué -que representa a Silvia Mantegazza, madre de Pastorizzo- pidió al tribunal que Correa sea acusada de falso testimonio.
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