Este jueves por la noche, cuatro meses después de haber sido arrestado en un hotel de la ciudad mexicana de Cholula luego de una alerta de Interpol emitida en su contra, Jonathan Fabbro finalmente llegó a la Argentina a bordo de un vuelo de la línea Aeroméxico para ser indagado por la brutal acusación en su contra: abusar sexualmente de su propia ahijada, hoy de once años de edad, presuntos ataques que se habrían sostenido durante media década.
Dos policías de la división Interpol de la Policía Federal viajaron a México DF para vigilarlo en su extradición. Hoy por la mañana, tras pasar la noche en una dependencia de la PFA y ser trasladado a la alcaldía del Palacio de Tribunales, el futbolista enfrentará las preguntas del doctor Santiago Quian Zavalía, titular del Juzgado de Instrucción N°32, a cargo de la investigación en su contra.
Las pruebas con las que cuenta el magistrado son notables. No solo constan en el expediente varias capturas de un chat de WhatsApp entre Fabbro y la menor cargado de insinuaciones: la niña declaró ante una psicóloga en cámara Gesell en una dependencia del Cuerpo Médico Forense en octubre pasado. Hasta graficó con muñecos los supuestos ataques. Sus dichos fueron validados como veraces por peritos judiciales.
De vuelta a los chats que la madre de la menor presentó al comienzo de la investigación con capturas que habría hecho su hija misma, el círculo más íntimo de Fabbro los objeta fuertemente: aseguran que serían, básicamente, una fabricación.
El iPhone de la ahijada de Fabbro fue entregado al área de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad para ser peritado. El 2 de octubre de 2017, uno de los especialistas cargo del análisis declaró en el Juzgado N°32. El chat, si ocurrió, había sido borrado, no pudo ser recuperado, "lo que no significa que la conversación no hubiera ocurrido", aseveró el perito.
Sin embargo, las capturas pudieron ser encontradas gracias a la ruta de almacenamiento interna del teléfono: las capturas, determinó Cibercrimen, fueron realizadas el 31 de marzo de 2017 por la tarde. "Lleva a inferir que la conversación existió y que se hizo captura de pantalla de la misma con el celular peritado, es decir, que la conversación se realizó a través de este teléfono", aseguró el analista. La fecha en que habría ocurrido la conversación no pudo ser determinada.
Mientras tanto, Fabbro se mantenía en silencio ante las revelaciones del caso y continuaba con su carrera en México con un puesto en el Lobos BUAP de Puebla, que decidió suspenderlo tiempo después. Gastón Marano, abogado querellante en representación de la familia de la víctima, había pedido su arresto en mayo del año pasado, algo que el juez Quian Zavalía denegó.
En paralelo, Larissa Riquelme, pareja de Fabbro, ensayaba una defensa cerrada en Instagram con chicanas e indirectas. La modelo paraguaya, según aseguró a Infobae el abogado defensor de Fabbro, el doctor Francisco Oneto, llegó a Buenos Aires para acompañarlo: estaba junto a él cuando fue arrestado en Cholula. El mediocampista, ex River, Boca y ex jugador de la Selección de Paraguay, no se negará a declarar, según adelanta su defensa.
"Lo que puedo decir es que hay muchos elementos en el expediente que lo van a favorecer, van a demostrar que el lobo es el cordero de la historia. Jonathan fue extraditado por un capricho, la causa se demoró cuatro meses por una extradición caprichosa. Después de la indagatoria, el juez tiene diez días para resolver la situación procesal, esperemos que prime la evaluación de la prueba y no los prejuicios y se resuelva su sobreseimiento", apunta Oneto.
La causa en el Juzgado N°32 no es la única que Fabbro tiene en su contra. En noviembre pasado, una niña de cinco años de edad en Paraguay lo acusó de intentar abusarla en un expediente a cargo de la Fiscalía Barrial N°2 de Carla Rojas: la niña es una familiar directa de Larissa Riquelme.