Cansados de vivir con miedo, los vecinos del partido bonaerense de Tres de Febrero marcharon este jueves a la Municipalidad local en reclamo de justicia y más seguridad tras los asesinatos de un diariero y un comerciante cometidos en dos robos, en menos de seis horas de diferencia y a unas 25 cuadras de distancia uno del otro.
Los dos homicidios provocaron la indignación y el hartazgo de los vecinos, quienes se volcaron a la calle para hacer público el pedido de seguridad y reclamar más cantidad de policía en la zona.
La movilización comenzó minutos antes de las 19, frente a uno de los ingresos de la sede principal de dicho municipio, ubicada en Alberdi al 4800, en la zona noroeste del conurbano.
Con algunas pancartas, se concentraron allí donde se expresaron con aplausos y gritos como "¡seguridad!" para reclamar justicia por los homicidios del canillita Carlos Fabián Manduca (49) y el dueño de un comercio de venta de productos de granja, Manuel Antonio Palacio (51).
Durante la marcha, mientras los manifestantes exigían al intendente Diego Valenzuela más medidas de seguridad en la zona, la policía Bonaerense detuvo a un menos de 17 años, acusado de participar del asesinato a sangre fría de Manduca.
Fuentes policiales informaron que el adolescente fue encontrado en la localidad de El Talar de Pacheco, Tigre, en el domicilio de un pariente ante quien confesó el hecho.
Los investigadores dieron con el sospechoso tras analizar las imágenes que quedaron registradas por la cámara de seguridad de la zona donde se produjo el hecho.
El jueves por la tarde, el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, se reunió con el Secretario General de los canillitas, Omar Plaini, para elaborar un mapa de "zonas críticas" y reforzar la vigilancia.
El crimen de Manduca fue cometido a unas 25 cuadras de donde pocas horas antes era asesinado también de un tiro y durante un asalto el comerciante Manuel Antonio Palacios, en la localidad de José Ingenieros, del mismo partido bonaerense.
En este caso, los asaltantes interceptaron a Palacio, dueño de un negocio de productos de granja, cuando se encontraba estacionando su Citroën DS3 blanco, en el garage ubicado a dos cuadras de su casa. En esas circunstancias fue increpado por los delincuentes para robarle, uno de los cuales le disparó varias veces.
Con un tiro en el pecho y otro en la pierna, a la altura del muslo, Palacio quedó tendido sobre la vereda. Murió a los pocos minutos sin que pudiera recibir asistencia médica.
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