Tamara Suetta falleció el viernes 23 de marzo en el Delta luego de que la lancha en la que viajaba, conducida por su padre, fue embestida por otra embarcación que manejaba el conocido abogado Manuel Beccar Varela. Una fractura de cráneo de lo ocasionó la muerte en pocos minutos.
Beccar Varela conducía la embarcación de nombre "Bicuña" a muy alta velocidad y con mayor cantidad de alcohol en sangre que el permitido. Su lancha estaba habilitada para trasladar a seis personas y en ella había ocho. Las pericias confirmaron que se cruzó de carril.
A un mes de la tragedia, Ángel Suetta, padre de Tamara, recordó las dolorosas imágenes del momento en que se generó el accidente y contó como atravesaron el duelo junto a su esposa. Lesionado en el cuello y muy dolorido, Suetta reclamó justicia y reconstruyó como fue el accidente en el que murió su hija.
"No tenemos consuelo. No entendemos nada de lo que nos sucedió todavía. Esperamos que la naturaleza nos ayude a salir adelante", fueron las primeras palabras del padre de Tamara en una entrevista que le brindó al canal TN.
Tiene el cuello inmovilizado y le colocarán una prótesis en el corto plazo para tratar de evitar una intervención quirúrgica. Su mujer tiene la clavícula fractura y un decaimiento producto de la muerte trágica de su hija."Estamos muy mal. Sobre todo mi esposa", explicó.
"Entramos en la primera curva del arroyo Carapachay y me encontré con dos lanchas que venían llenas de personas. Una de ellas venía a muy alta velocidad y descontrolada, derrapando. No me dieron opción. Tuve que estrellarme contra ellos", recordó.
Tamara viajaba en la proa de la lancha, su madre detrás de ella y su padre en el asiento del conductor. Por la posición que ocupaba en el momento del accidente, la joven de 25 años recibió el impacto de lleno y sufrió las peores heridas.
"Perdí el conocimiento. Cuando vuelvo a estar lucido estoy arriba de una lancha junto a mi esposa. Estaba muy golpeado, ensangrentado. Unos muchachos generosos nos rescataron del agua. Le estaban haciendo respiración boca a boca a mi hija pero yo me di cuenta que estaba muerta", explicó.
Suetta aseguró que lo que más desazón le generó es que ninguno de los ocupantes de las dos lanchas se tiraron al agua para rescatarlos. "Cinco se pueden asustar, pero quince no", indicó. Y agregó: "Somos seres humanos, esto no puede pasar", afirmó.
Algunos de los abogados que iban en la lancha que chocó llamó al hijo de los Suetta. Les dijo que querían hablar con el matrimonio cuando se recuperaran de las lesiones. Fue el único acercamiento que tuvieron luego de la tragedia en el Delta.
Pero además de la muerte de su hija, el matrimonio Suetta sufrió otro golpe. No pudieron enterrar a Tamara. "No pudimos despedirla. Estábamos mal heridos y no nos dejaban movernos. Eso nos conmueve todavía", sostuvo.
"Es muy difícil esta situación. No se puede agarrar una lancha como si fuera un revolver y empezar a tirar tiros sin saber a donde van", precisó el padre de Tamara. "Nunca en mi vida vi una cosa igual. Fue espantoso. Pido que no ocurra más", reclamó.
Seguí leyendo