Adiós a las armas: cómo viven los ladrones que juran haberse retirado

Robaron bancos, blindados y fábricas, pero dicen que eso ya es pasado. De La Garza Sosa a Vitette Sellanes. Por qué dejaron de delinquir.

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La Garza Sosa en libertad: “No quería morir de un tiro en la cabeza”
La Garza Sosa en libertad: “No quería morir de un tiro en la cabeza”

Cuando en la calle se cruza con un camión de caudales, Hugo "La Garza" Sosa Aguirre –ex ladrón de bancos y blindados- no siente ganas de asaltarlo como en las viejas épocas. Ni siquiera le genera nostalgia.

-El amor entre el delito y yo se acabó. Es como mirar a una mina que dejaste de amar hace mucho tiempo. No queda nada.

Eso dice Sosa. La leyenda le atribuye el protagonismo de una escena antológica del hampa argentina: una vez se tiroteó con la Policía desde un puente. En una mano tenía una pistola y en la otra una ametralladora.

Con la superbanda, cuyo líder era el Gordo Valor, robó más de cincuenta blindados. Estuvo preso 13 años, protagonizó 5 fugas y fue jefe de pabellón en todas las cárceles por las que pasó.

La Garza Sosa, de 62 años, jura que se retiró. Salió de la cárcel hace 12 años y no volvió a caer. En ese período trabajó en el fútbol infantil de un club barrial de Quilmes, tuvo un lavadero de autos y ahora trabaja en un sindicato.

Sosa y el Gordo Valor, fueron “socios” en la superbanda que robaba bancosy blindados
Sosa y el Gordo Valor, fueron “socios” en la superbanda que robaba bancosy blindados

A diferencia de otros famosos hampones, como el Pibe Cabeza, Mate Cocido o Vairoletto, La Garza no quiere morir de un balazo en la cabeza durante un enfrentamiento policial.

–La ley del ladrón es morir como ladrón. Pero yo nunca más voy a agarrar el caño. En un momento fue negocio, ahora sería pérdida. Ahora soy una persona de bien. Un tipo que volvió a entrar en el sistema. No sabía que era tan difícil vivir por derecha. Pero no es imposible. Laburando dignamente puedo pagar mis cuentas, el celular. Llego justo y a veces no llego.

Dos de las bandas más emblemáticas de los últimos años están en la calle. Una de ellas es la superbanda que robaba bancos y blindados en los ochenta y noventa. Al menos seis de sus miembros están libres y no volvieron a caer.

La otra es la que robó el banco Río de Acassuso el 13 de enero de 2006, el llamado robo del siglo. Cinco de esos asaltantes están libres y no reincidieron.

Beto de la Torre: “Llevo una vida modesta pero digna. Me gano la vida como cualquier tipo honesto”
Beto de la Torre: “Llevo una vida modesta pero digna. Me gano la vida como cualquier tipo honesto”

Rubén Alberto de la Torre formó parte de las dos bandas.

–Todos en esta vida –dice De la Torre- cumplimos un ciclo. Yo di hasta que pude. Y lo pagué muy caro. Llevo una vida modesta pero digna. Me gano la vida como cualquier tipo honesto. Estoy en varias cosas: ninguna delictiva, aclaro. Una de ellas es escribir relatos policiales y colaborar en una revista que tendrá como director a Andrés Calamaro.

Luis Mario Vitette (centro): “Participo en una película sobre el robo de siglo y de una historia que escribo sobre mi época de escruchante romántico”
Luis Mario Vitette (centro): “Participo en una película sobre el robo de siglo y de una historia que escribo sobre mi época de escruchante romántico”

Uno de los casos más paradigmáticos es el de Luis Mario Vitette Sellanes, ex "hombre araña", escruchante y pieza clave de la banda del robo del siglo. No volvió a robar. Todo lo contrario: formó una familia, tuvo un hijo y atiende su propio negocio: una joyería.

–Para un ladrón hay tiempo para todo. Tiempo para robar, tiempo para ser feliz, tiempo para luchar y tiempo para vivir. Yo elijo, definitamente, el tiempo de ser feliz con mi familia. Ya pagué por lo que hice. Es tiempo pasado. Además de mi negocio participo en una película sobre el robo de siglo y de una historia que escribo sobre mi época de escruchante (entrar a robar en casas vacías) romántico –dice Vitette.

Algunos delincuentes planean un último golpe para salvarse, pero al final desisten por temor a perderlo todo en el intento. Otros se retiran por sus familias.

Vitette fue un hombre clave en el Robo del Siglo
Vitette fue un hombre clave en el Robo del Siglo

Es un clásico: todos los ladrones que salen de la cárcel juran que no delinquirán más. Es un lugar común. Pero muchos de ellos no cumplen y vuelven a caer. Pero hay quienes se lo toman en serio y buscan reinsertarse en la sociedad.

Esos ex ladrones tienen un código inquebrantable: no se reúnen entre sí por más que hayan compartido robos, motines o charlas en la cárcel. Creen que si los ven juntos, aunque sea en una mesa de café, la policía sospechará que están planificando un golpe.

-Si me ofrecen volver a robar –dice la Garza Sosa- diría que no tajantemente. Y le pediría, si es un amigo, que no me hable de esos temas. No quiero saber nada. Estoy retirado de esa vida. Y no es verso. Ya estoy viejito para esos trotes. Prefiero morirme de hambre.

Luis El Gordo Valor en el penal de Urdapilleta: “Por más que quisiera, no podría ni asaltar un kiosco” (Foto: Maximiliano Vernazza/GENTE)
Luis El Gordo Valor en el penal de Urdapilleta: “Por más que quisiera, no podría ni asaltar un kiosco” (Foto: Maximiliano Vernazza/GENTE)

Un ex compañero de La Garza, el Gordo Luis Valor, también anunció su retiro de la delincuencia. Está detenido en la cárcel de Urdampilleta y en pocos meses podría recuperar su libertad.

–Hoy robar es imposible para nosotros. Hasta los canas que nos perseguían están retirados. Por más que quisiera, no podría ni asaltar un kiosco. Pensar que mi viejita guardó hasta su muerte los dos únicos recibos de sueldo que tengo en mi vida por laburar como tornero en una fábrica.

Los asaltantes que anunciaron su retiro robaron bancos, se alzaron con botines millonarios, se tirotearon con la policía, hicieron boquetes y vaciaron camiones blindados a balazos.

Con sus golpes, fugas y caídas alcanzaron la fama en la crónica policial. Pero a medida que el delito le abrió paso a una nueva camada de ladrones, que responde a otros códigos y a otro tipo de violencia, ellos alcanzaron el ocaso delictivo. En lugar de reincidir o volver a robar, como hacen muchos delincuentes que gozan de libertad condicional, dijeron basta.

El Penal de Sierra Chica por dentro
El Penal de Sierra Chica por dentro

"Ojo, ellos dicen que se retiran pero siempre están pensando en dar un golpe que los salve. En otros casos no pueden parar de robar porque sienten adrenalina. Hay ladrones que se jubilan. Así como los futbolistas cuelgan los botines, los malvivientes tiran sus armas. La edad es un impedimento. No hay muchos robos cometidos por personas mayores a 60 años", opina un comisario retirado que trabajaba en Robos y Hurtos de la Policía Federal.

El guardiacárcel Jorge Krohling, tomado como rehén en el famoso motín de Sierra Chica, opina: "Hay rufianes que se retiran por la familia o por los hijos. Cuando se despiden de la cárcel, les digo: 'Espero no volver a verlos por acá'. Algunos volvieron hasta tres veces. Otros siguieron el buen camino".

Los Doce Apóstoles de Sierra Chica, el motín más sangriento
Los Doce Apóstoles de Sierra Chica, el motín más sangriento

Otro que dice esará retirado es Juan José Murgia Canteros, condenado a reclusión perpetua por el sangriento motín de Sierra Chica que en la Semana Santa de 1996 terminó con ocho presos asesinados.

Murgia Canteros fue acusado de matar de un certero facazo en el pecho -como si fuera la estocada de un torero- al temible cuchillero correntino Agapito Lencinas, líder de la banda rival.

-Descubrí que en la calle hay tipos que son más deshonestos que los peores presos. Un mecánico me estafó.

El motín de Sierra Chica, en la Semana Santa de 1996, terminó con ocho presos asesinados
El motín de Sierra Chica, en la Semana Santa de 1996, terminó con ocho presos asesinados

El ex Apóstol está libre desde el 22 de abril de 2009 gracias a una reducción de condena. Juró no robar más. Buscó trabajo, se integró a un grupo pastoral, no les atendió el teléfono a las malas compañías y sacó el registro de conducir. Ahora maneja un remís destartalado en el conurbano bonaerense.

"No vuelvo a afanar ni por un millón de dólares, antes prefiero comer pan duro", jura Murgia Canteros. A los 54 años gana 70 pesos por día manejando el remís durante doce horas.

Es el mismo trabajo que al salir de la cárcel conseguía el personaje que interpretó Julio Chávez en El oso rojo. A diferencia del protagonista de la película, Murgia promete no volver a delinquir. Estuvo 22 años en prisión, condenado por varios robos a mano armada, y participó en ocho motines. Dice que aprendió la lección.

-Cuando fui a pedir laburo me discriminaron varias veces. Al ver mi certificado de antecedentes se asustan. Por suerte una mujer generosa me presta el auto para laburar. Pero es difícil para el ex preso conseguir trabajo. Enseguida te miran el documento. Salís de un pozo ciego y te metés en diez pozos ciegos. Ya me llamaron varias veces para volver al ruedo. Tuve ofertas. Me vinieron a ver en autos importados. Pero no voy a pisar el palito. Ya no les atiendo las llamadas. No hay marcha atrás. Seré pobre, pero libre.

Pedro Palomar, pasó 30 de sus 63 años preso: “Yo me retiré por mi decadencia. Es triste cuando un ladrón se vuelve decrépito”
Pedro Palomar, pasó 30 de sus 63 años preso: “Yo me retiré por mi decadencia. Es triste cuando un ladrón se vuelve decrépito”

"Estoy del lado de los honestos", dice Pedro Palomar. Salió en libertad hace ocho años de la cárcel de Olmos. Pasó 30 de sus 63 años entre rejas. Asegura que nunca más vivirá del delito y que le llegó el momento de "estar de la vereda de enfrente de los hampones". En prisión escribió el libro Mi vida como ladrón, publicado por Planeta.

-El ladrón tiene una vida útil. Aunque mientras te dé la cabeza y el cuerpo podés seguir choreando de lo lindo. He visto chorros de 80 años. En el hampa hay de todo. Yo me retiré por mi decadencia. Es triste cuando un ladrón se vuelve decrépito. Es ridículo sostener un arma en un robo cuando se está envejeciendo. Yo no podía más. El de ladrón es un oficio no apto para distraídos o tipos que están en picada. Hay que estar con todas las luces; tener ojos en la espalda. Pensar más rápido que el otro. Dar el golpe en el momento justo. Mi último robo fue un papelón. Estaba tan dado vuelta que ni me acuerdo si llegué a robar.

Palomar fue punga, descuidista (manoteaba bolsos a los distraídos), arrebatador, escruchante (robaba casas en ausencia de sus dueños) y ladrón de bancos. Pero el mayor éxito en su carrera delictiva lo logró a través del engaño. Llegó a tener una casa, dos autos, cuentas corrientes y mujeres. Como estafador interpretó distintos papeles. Fue corredor de Bolsa, dueño de campos, gerente de radio, guionista de cine, contador, abogado y millonario.

En la actualidad trabaja en un estudio jurídico y hasta se dio el gusto de subirse al escenario para ser parte de la obra teatral Los trabajos imperfectos.

-Hice de mí. De delincuente. No me dio melancolía. Soy un hombre nuevo.

La Garza Sosa se arrepiente de haber robado: “Elegí otra vida. Disfrutar de mi mujer, de mis hijos. Quiero pasar el tiempo con ellos. Darles el ejemplo. No quería morir en la cárcel” (Telam)
La Garza Sosa se arrepiente de haber robado: “Elegí otra vida. Disfrutar de mi mujer, de mis hijos. Quiero pasar el tiempo con ellos. Darles el ejemplo. No quería morir en la cárcel” (Telam)

La Garza Sosa no se arrepiente de haber robado la mayor parte de su vida, desde los 13 años.

-Las viví todas. Nunca disfruté la guita que robaba. Tenía para garpar la mejor habitación del Sheraton, pero vivía refugiado en un Fitito, debajo de un puente. Elegí otra vida. Disfrutar de mi mujer, de mis hijos. Quiero pasar el tiempo con ellos. Darles el ejemplo. No quería morir en la cárcel. Preso perdés tu vida. La celda es una tumba. Sólo respirás. Es como tener gripe y fiebre todos los días. Ni siquiera tenés a tu vieja para que te dé un tecito con limón. Quiero laburar. Ser como un tipo común. Levantarme a las 6 de la mañana, pegarme un baño, afeitarme, tomar unos mates y abrir la puerta para ir a pelearla. Escuchar el ruido de los bondis, oler el smog, ver el humo saliendo de una fábrica.

-¿Quiere decir que "Cayó la Garza sosa por robo" es un título que no volveremos a leer en los diarios y en los portales?

-Lo firmo ahora. Les tiro otro título mejor. "Los viejos ladrones somos como los yogures: tenemos fecha de vencimiento".

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