El celular del juez de línea Martín Bustos, detenido por el escándalo de prostitución de menores en las inferiores de Independiente, aparentemente destruido a martillazos por el abogado Carlos Tomás Beldi, quizás sea un signo de los tiempos. En Argentina, los pedófilos cambiaron su estrategia en tiempos recientes. La pornografía infantil está más al alcance de la mano que nunca.
Hoy, la División Delitos Cibernéticos contra la Niñez y la Adolescencia de la Policía Federal estima que el traspaso de imágenes y videos de niñas y niños abusados a través de Whatsapp está presente en el 40 por ciento de los casos que investiga, así como la red Telegram. "Cada vez se usa más", apunta el comisario Víctor Chanenko, cabeza de Cibercrimen de la fuerza.
Ayer por la mañana, Infobae reveló la historia de "A.C", un empleado administrativo de una escuela pública de Villa Lugano que fue allanado el jueves por Delitos Cibernéticos bajo órdenes de la doctora Daniela Dupuy, cabeza de la Fiscalía porteña N°12 y una de las mayores expertas en tráfico de contenido erótico de menores en la Argentina.
"A.C" había sido delatado por una alerta de Interpol en Alemania: el organismo internacional detectó que se había conectado junto a otros doce argentinos a la vieja red eDonkey, un sistema peer to peer para compartir archivos entre usuarios de forma similar a Napster, para compartir un contenido especialmente brutal, una violación grupal a una niña de cinco años aparentemente filmada en Europa.
El uso de eDonkey y redes similares era una figura repetida en la facilitación de material pedófilo al menos dos años atrás: la fiscal Dupuy había ordenado 35 allanamientos por alertas de Interpol en septiembre de ese año. Sin embargo, "A.C" es un hombre parado en una vieja frontera. "Las redes peer to peer se usan cada vez menos para traficar material. Están cada vez más vigiladas por organismos internacionales", asegura el comisario Damián Franco, directivo de Delitos Cibernéticos: "Son lugares para los buscadores principiantes."
Los usuarios más sofisticados, los conocedores y coleccionistas ávidos, siguen otra ruta: se conocen en foros de la Deep Web para vincularse y compartir contactos. Luego, pasan al teléfono. La polémica función de comunicación encriptada de punta a punta para Whatsapp, anunciada en septiembre de 2016, que permite el no-espionaje de comunicaciones, que funciona en todas las plataformas como Android y iPhone y que ya fue fuertemente criticada por el FBI, es su aparente sensación de seguridad.
Por otra parte, que los pederastas argentinos ingresen a la Deep Web para vincularse con pedófilos globales no es algo nuevo tampoco. En diciembre de 2015, el jujeño Miguel Abdón Janco se convirtió en el primer nacional en ser condenado en una causa que tenía a la Internet oscura como protagonista, cuando el Tribunal Oral Federal de Jujuy lo sentenció a 32 años de cárcel por ingresar al foro pedófilo The Love Zone para subir material en donde abusaba a su propio ahijado, en donde lo penetraba anal y oralmente. En el foro, en donde tuvo que aportar varios megabytes de material inédito como una suerte cuota de ingreso, Abdón Janco se comunicó con un pedófilo aparentemente ucraniano, que le envió una foto de un niño sosteniendo un cartel que rezaba "For my friend, Miguel."
La fiscal Dupuy, por su parte, tiene varias investigaciones en curso a grupos pedófilos de WhatsApp que operan u operaron en Argentina. Por lo visto, no son siempre tan prolijos o sigilosos en su accionar. Dupuy recibió a fines del año pasado la denuncia de una mujer de Belgrano que repentinamente fue agregada a un chat colectivo donde más de 70 usuarios de Argentina, otros países latinoamericanos y España compartían un flujo casi constante de imágenes de niñas violadas.
La misma naturaleza de WhatsApp provee un desafío. Las redes peer to peer como eDonkey caen bajo la vigilancia global de Interpol. Facebook, Twitter y Gmail recaen en el dominio de NCMEC, un organismo del Congreso norteamericano que supervisa redes y que cuenta con un convenio firmado con el Ministerio Público Fiscal porteño desde 2013. En 2016, NCMEC envió 8800 presuntos movimientos de pornografía infantil en el país: en promedio, más de un 40 por ciento se origina en territorio bonaerense.
Sin embargo, NCMEC no tiene jurisdicción sobre WhatsApp. La naturaleza de acceso por invitación a los grupos plantea un problema obvio para los investigadores. El uso de agentes encubiertos puede ser una vía. Sin embargo, hay una paradoja algo brutal al respecto. "Estos grupos son un círculo de confianza", explica un veterano investigador: "Para ingresar a estos grupos, se debe aportar nuevo material pedófilo, contenido inédito, tal como lo hizo Miguel Abdón Janco. Entonces, ¿cómo infiltrarlos sin violar la ley?"
Para el resto del mundo, quebrar los grupos pedófilos de WhatsApp ya es un hecho. En abril de 2017, la "operación Tantalio", encabezada por Interpol, analizó 96 grupos pedófilos y arrestó a 39 personas, 17 de ellas en España, con investigaciones en 18 países y 136 usuarios identificados, con un volumen de contenido de cerca de 360 mil archivos. Los usuarios, tal como Abdón Janco, se vincularon a través de foros de la Deep Web. Hubo arrestos en Chile, Paraguay y Bolivia. En febrero último, un joven indio de 20 años, residente del territorio de Uttar Pradesh, fue identificado como el administrador del grupo llamado "KidsXXX", con 119 miembros en India, México y China.