El 23 de septiembre de 2017, efectivos de la Sección Vial del Escuadrón 46 de Venado Tuerto detuvieron a un camión con semirremolque que se dirigía rumbo a Mendoza. En él, decomisaron 25 toneladas de precursores químicos que eran transportados sin autorización y que habitualmente se utilizan para la elaboración de estupefacientes.
Cinco meses después, nuevamente en Mendoza, Gendarmería Nacional interceptó un camión mientras se realizaban controles para la prevención del delito complejo. El vehículo se dirigía rumbo a Chile. Al inspeccionarlo, constataron que el conductor trasladaba gran cantidad de barriles de ácido clorhídrico, precursor utilizado para fabricar cocaína.
Inmediatamente, se puso en práctica el protocolo de actuación diseñado y se requisó el rodado: se trataba de 19.886 kilos del precursor químico, que puede ser utilizado para la elaboración de estupefacientes.
A través de la Ley 26.045 desde hace seis años en Argentina se controla a las empresas que fabrican o importan precursores químicos y a las que los compran y utilizan.
Tras indagar al conductor del vehículo, se verificó que no contaba con la habilitación del Registro Nacional de Precursores Químicos (RENPRE).
Frente a ello, a instancias del juzgado actuante, el personal policial retuvo el material y el camión. Además secuestraron documentación de interés para la causa.
Con los precursores químicos se fabrica el 91 por ciento de las sustancias estupefacientes: heroína, éxtasis, cocaína, LSD, 256 Lbomb, ácido lisérgico.
Es importante remarcar que el ácido clorhídrico es esencial en la producción de cocaína. El mismo sirve para otorgarle forma al estupefaciente en la última etapa del proceso. En equivalencia, para la fabricación de 100 kilos de la droga se utilizan entre 20 y 40 litros del precursor.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, destacó la Ley de Precursores Químicos como "una herramienta legislativa muy importante para evitar el desvío de estas sustancias y, fundamentalmente, impedir que la droga llegue a manos de los jóvenes".
"En Mendoza se manejan muchos precursores porque hay muchas bodegas y olivícolas. Son insumos habituales para esas actividades. Lamentablemente, las grandes empresas tienen un tratamiento poco seguro de estos precursores. Y el problema es cuando llegan a algunas manos que saben qué hacer con estos elementos. Ahí son peligrosos. En Mendoza hay quienes saben usarlos y por eso hay cocinas. Se han desbaratado cocinas", admitió en el diario Los Andes el titular de Narcocriminalidad, Walter Cabrera.
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