Si bien la causa que investiga la muerte de Fernando Pastorizzo y la responsabilidad de Nahir Galarza está, según la fiscal de feria Martina Cedrés, llegando a su cierre, aún aparecen nuevos datos sobre el misterioso caso.
En las últimas horas salió a la luz el testimonio completo de María Inés Correa, la vecina de la familia Galarza que el 11 de enero declaró ante la fiscalía y aseguró ser testigo de varios hechos de violencia perpetrados por parte del joven fallecido sobre la acusada de su crimen.
Ya en su momento, las palabras de Correa fueron puestas en tela de juicio. Se presentó a declarar espontáneamente ante los abogados de Galarza.
En un principio, los letrados presentaron las declaraciones de la mujer vía e-mail. En ese escrito, Correa había asegurado haber visto cómo en la noche del crimen Pastorizzo portaba el arma que sería utilizada luego para su asesinato.
Sin embargo, cuando el fiscal subrogante N° 2 de Guaeguaychú, Pascual Lucas, le consultó sobre ese episodio, la mujer cambió su discurso: "Me asomo por la ventana nuevamente y sale este chico con un pantalón oscuro, yo diría de color azul, de buzo gris o claro. En este momento la testigo se para y yo veo en la zona genital, que no sé qué precisamente era, no conozco mucho de armas, pero creería que era un arma, el bulto era negro y lo tenía en la cintura, zona genital, él la tenía agarrada del brazo y la subía a la moto", afirmó.
En esa misma declaración, hecha el 11 de enero y en la que estaban presentes los abogados de ambas partes, Correa afirmó que durante los tres años de relación entre los dos jóvenes observó varios episodios de violencia física del chico contra Nahir Galarza.
"Es un chico muy agresivo, muy altanero, sacado no sé si del alcoholismo o qué, muy agresivo, demasiado agresivo. La mayoría de los pleitos y peleas eran enfrente a mi casa, por la madrugada generalmente", afirmó en su declaración ante la fiscalía.
Y agregó: "Él, siempre que lo veía, la tenía de los pelos, del cuello, la agarraba. Para mí la agarraba con la mano derecha del cuello y con la otra mano el pelo y muchas bofetadas, cachetazos fuertes, yo me daba cuenta de que eran fuertes por los golpes y ruidos que sentía, sobre todo en la noche, que se escucha todo y mi ventana da a la calle".
Correa afirmó que en varias oportunidades le recomendó a Nahir hablar con sus padres o terminar con esa relación tóxica, pero que la chica le decía que ella lo iba a controlar e iba a lograr hacer cambiar su personalidad.
Respecto a la noche del crimen, ese 29 de diciembre, Correa advirtió que entre las 4 y las 5 de la mañana vio salir a ambos de la casa de Nahir. Allí observó cómo Pastorizzo tenía un bulto negro cerca de su panza que parecía ser el arma, y que obligó a Galarza a subirse en el rodado. "Él la tenía agarrada del brazo y la subía a la moto (…) Ella no quería subir", dijo.
Una de las cuestiones que Correa no supo terminar de aclarar era cómo, si creyó haber visto un arma en el cuerpo de Pastorizzo y la relación entre ambos chicos en ese momento era tensa, no llamó a la policía. Como si fuera poco, advirtió: "Yo pensé que iba a pasar algo de lo que pasó".
Según pudo averiguar Infobae, la querella solicitó presentar una demanda por falso testimonio contra Correa, pero será un tema que se resolverá una vez iniciado el juicio. Uno de los principales puntos de su reclamo radica en que la vecina declaró que ya era de día cuando ambos jóvenes abandonaron la casa en moto y luego se comprobó que había amanecido unos 40 minutos después de la salida de Nahir y Fernando.