Las "brujas" del hampa: el secreto mejor guardado de las bandas de ladrones

Las consultan antes y después de cada asalto. Les ofrendan balas, joyas y dinero. De la superbanda y los ladrones del robo del siglo a la vidente del Triple Crimen de la Efedrina

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La bruja Amanda, consultada por la “Banda del Millón” y piratas del asfalto
La bruja Amanda, consultada por la “Banda del Millón” y piratas del asfalto

Hay bandas de ladrones que tienen un secreto. Algo que ocultan cuando van a dar un golpe y que va mucho más allá de las armas, los autos, el plan, los movimientos de cada miembro, las herramientas para abrir una caja fuerte, romper el blindex de un banco o preparar la fuga. El ritual es casi silencioso, pero no llega a ser prohibido: le piden a una "bruja" salir con vida de los asaltos. Y con botines millonarios.

Cada ladrón tiene a su bruja, a la mía la sigo viendo aunque ya no robo más. A las bandas le tienen que prometer exclusividad. Ahora le pregunto si voy a tener novia o cómo va a estar mi salud –dice Julián Zalloechevarría, 63 años, ex pirata del asfalto y ladrón de bancos.

Su testimonio confirma que el de "las brujas del hampa" es un ritual con tradición. "Hay brujas que se heredan de bandas viejas", contó el delincuente. Un ladrón retirado que está por cumplir 80 años reveló que su vidente de cabecera, que vivía en Quilmes, le hizo un hechizo según el cual él debía mencionar su nombre (invocación o mantra) cuando estuviera en peligro. Dice el malviviente: "Una vez me enfrenté a la cana, y una bala que iba a mi cabeza, se desvío. Justo en ese momento había nombrado a la brujita. Me salvó la vida. Fui enseguida y le dejé mi pistola y toda la guita que tenía. Empecé de cero, pero con vida".

En julio, la Policía de la Provincia de Buenos Aires detuvo en Castelar a "El Dany", un pai umbanda que vendía cocaína, marihuana y LSD. Según el Diario Popular, la madre del persunto narco le había dicho en una escucha que le hiciera caso a su bruja: "Te dijo que te van a engarronar en junio o julio". El hombre no le hace caso, se ríe. Ver para creer: lo detuvieron en julio, tres meses después de esa llamada.

"Conozco a muchos compañeros de otras bandas que son pai umbanda y hacen rituales con chivitos y gallinas", dice Leonardo Mercado, uno de los líderes de la Banda del Millón, el grupo criminal que robaba bancos y blindados y grababa videos amenazantes con máscaras y armas. Uno de los miembros de esa Banda, Ariel Mansilla, consultaba a una "bruja" que le decía lo que iba a pasar con la banda. "Va a pasar algo malo con un auto verde", dijo la vidente. Mansilla no quiso subir a su auto, fue en una camioneta. En el vehículo iba Mercado. El auto quedó como un colador por las balas policiales: recibió 38 balazos. "La bruja tenía razón", dice Mercado.

Entre las balas y Balá… El Gordo Valor posando junto al Sapo Pepe
Entre las balas y Balá… El Gordo Valor posando junto al Sapo Pepe

Cada banda tiene su propia "bruja". La van a ver antes y después de cada golpe. No tienen una tarifa fija, depende los casos. Pero está el ladrón que una vez le dio 10 mil dólares en una consulta (venía de robar un millón de dólares en un banco) hasta el que sólo le paga con joyas. Les ofrendan dinero, joyas, armas y whisky. Es el caso del Gordo Luis Valor, ex líder de la superbanda que en los ochenta y noventa robaba bancos y blindados. Su vidente le pedía fotos o la ropa que usaba en los robos. También le bendecía la pistola o el fusil. Valor vivió en la casa de ella cuando estuvo prófugo en 1994 y fue el hombre más buscado del país, considerado por la Policía como el Enemigo Público Número 1.

"La brujita me decía si olía a Policía o a guita. También me curaba y gracias a ella dejé de drogarme y de fumar. A veces me escupía whisky en la parte del cuerpo que me dolía".

Valor y su banda participaba de las llamadas "fiestas de videntes". Eran celebraciones paganas que hacían antes de dar grandes golpes. "Bailábamos, comíamos y rezábamos. Un día una bruja nos quiso acompañar a un robo, pero no la dejamos. Hay códigos que no se rompen", dijo Valor, que purga condena en la cárcel de Urdampilleta por intentar robar un country.

Otro delincuente, que purga condena por venta de drogas, cuenta su experiencia con las brujas del delito: "Antes creía, pero todo fue una estafa. Me dejaron pelado. Me llegaron a proponer trabajos profundos con sacrificios de animales. Ese laburo sale más o menos 25 mil pesos. Te llevan a la costa a purificarte y sacrifican desde una gallina hasta una vaca. Y uno tiene que darle oro y cocaína al santo del sacrificio", cuenta el presidiario.

La "bruja" del siglo

Dos de los ladrones que participaron del robo del siglo al Banco Río, ocurrido el 13 de enero de 2006, suelen consultar a las videntes. "Mi bruijita no me falló nunca", aseguró Zalloechevarría, uno de los delincuentes."Yo creo en que cada uno tiene su ángel de la guarda y hasta su dios personal. A veces pueden estar ocupados, pero a la larga te salvan, te dan la mano cuando estás tirado. El ángel puede tener la forma de un gato negro, un anciano o una mujer que regala tréboles de cuatro hojas", dijo.

Su "bruja"atiende en Temperley. Había acudido a ella hacía unos años por recomendación de un amigo. Lo atormentaba el mal de amores, pero terminó yendo para preguntarle por la suerte o desgracia de los robos que pensaba cometer.

Infobae acompañó al ladrón hasta la casa de la mujer que se atribuye poderes sobrenaturales, que está en una zona de calles de tierra. Al llegar, el ladrón aplaudió. Al rato salió una mujer y un perro. Era Cristina, la vidente. Lo abrazó con afecto mientras sacaba con el pie derecho al perro, que tiraba tarascones al aire y nos ladraba. Su "templo" estaba lleno de santos (desde religiosos hasta umbandistas) y ofrendas que iban desde fotos familiares hasta botellas de whisky nacional. Olía a vela derretida, a humedad y a sahumerio.

La mujer hablaba con un tono de voz pausado, cálido, uno podía dejarse llevar porque todo lo hacía con paz.
–Cuando vino por primera vez, Julián dijo que se dedicaba a la construcción. Pero había algo en él que no me cerraba. Por empezar, tenía las manos perfectas. Un día le dije que veía muchos policías a su alrededor. Y plata. No sabía que estaba en eso del robo. A los pocos días lo detuvieron.

Zalloechevarría sonrió con complicidad:
–Es cierto. Ella siempre dio en la tecla. Basta darle una foto o mirarla a los ojos o darle el nombre de una persona, y ella te canta la justa.

La mujer escuchaba a Zallo con una mezcla de atención y ternura mientras mezclaba un mazo de cartas de tarot que estaba bastante manoseado y descolorido. Tenía los ojos brillosos y achinados, según ella se estaba quedando ciega por sus videncias.
– ¿Qué quiere saber? Haga preguntas.
–Si va a estar todo bien. Con la familia, los hijos, la salud –dijo Zalloechevarría.

Rosa Toledo, detenida por organizar rituales de brujería con delincuentes
Rosa Toledo, detenida por organizar rituales de brujería con delincuentes

La mujer empezó a sacar de a una carta, las puso sobre la mesa: una al lado de la otra. Por su cara, daba la sensación de que no tenía nada malo para decir, ni siquiera la duda de un presentimiento vago o difícil de definir.
Sus palabras lo confirmaron:
–Esta vez todo está en paz. No habrá problemas con la policía, ni problemas de salud ni riesgos para la familia. Y su hijo preso pronto verá la libertad.
La vidente se refirió a Juan Manuel, el hijo de Zalloechevarría detenido por narcotráfico y por un robo a un banco.

Luego, contó parte de su historia, que era más entretenida que sus adivinanzas recientes:
–De niña tuve visiones. Fue herencia de mi madre. Es un don que tengo. Cuando Zallo vino la primera vez sentí una energía especial. Por la noche me acosté con mi marido y seguía pensando en él, en lo que no me decía pero podía expresarse de otras formas. Ahora capaz que se van y surge algo, o me quedo pensando en ustedes hasta la noche y no puedo dormir, capaz que hay algo que no llegué a decirles porque todavía no apareció la revelación. Pero no les quiero quitar más tiempo, disfruten el día. Afuera hay un solazo increíble. ¡Luz! La gente necesita más luz.

–Cualquier cosa me llamás –le dijo Zalloechevarría y le dejó unos billetes sobre la mesa.

Antes de salir, la mujer le hizo cerrar los ojos y lo rodeó con gestos y murmullos, le pasó la mano por los costados del cuerpo, como descargándolo, y chasqueó sus dedos. Le regaló un amuleto: una moneda agujereada con una cintita roja. Dijo que no debía mostrársela a nadie. Ese amuleto, dijo la bruja, iba a ser como un imán para el dinero.

–Son todos versos, las cachivaches estas te pelan los bolsillos –dijo Luis Mario Vittete Sellanes, otro de los miembros de la banda del robo del siglo.

La vidente que maldijo a un ladrón de bancos

Hace unos quince años, en un boliche de Florencio Varela, Rubén Alberto de la Torre bailaba con una mujer cuando un hombre se le acercó, lo escupió a la cara y abrazó a esa mujer. En respuesta, el ladrón sacó una navaja y se la clavó en la pierna. Mientras el hombre se retorcía de dolor en el piso, otra mujer —luego sabría que era la hermana del herido— comenzó a seguirlo, a bailar como una poseída y a hablar en portugués. Luego se puso detrás del ladrón y le clavó las uñas. El ladrón pensó que le estaba haciendo burla, pero más tarde comprobó que esa mujer le estaba haciendo una macumba.

—La maldición me duró siete años. Todos los robos o me salían mal o me agarraba la cana –dijo a Infobae "Beto" de la Torre, el primer "caído" de la banda. Fue delatado por su mujer, Alicia Di Tullio, cuando pensaba fugarse con su presunta joven amante a Paraguay. La Policía le secuestró casi un millón de dólares.

–Esa fue mi última maldición. Ahora estoy libre, laburo honestamente y no tengo deudas con nadie. Para eso tuve que ir a otra bruja a que me saque la maldición –contó De la Torre.

Sebastián Forza (izquierda), una de las víctimas del Triple Crimen, también recurría a una bruja
Sebastián Forza (izquierda), una de las víctimas del Triple Crimen, también recurría a una bruja

Pero no todas las "brujas"  son leales a sus clientes. El hampa recuerda el caso de una vidente que trabajaba para la Policía. Les sacaba información a los ladrones sobre futuros robos y hasta dónde ocultaban el botín.

Sebastián Forza, uno de los tres asesinados del Triple Crimen del a efedrina, llegó a consultar a la "bruja" de Esteban Pérez Corradi, presunto ideólogo de los asesinatos mafiosos cometidos el 13 de agosto de 2008 en General Rodríguez.

Forza estaba convencido de que Corradi quería matarlo. Según figura en el expediente, fue a ver a la vidente de su enemigo para sacarle información.
–¿El o los mexicanos quieren matarme, no? –le preguntó Forza. La bruja le dijo que no.

El 13 de agosto de 2008, pocos meses después de ese encuentro, Forza apareció en un zanjón junto a sus socios Damián Ferrón y Leopoldo Bina.

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