Por el momento las certezas que se tienen son las mismas que el domingo pasado apenas trascendió la noticia: Brenda Barattini, una estudiante de arquitectura de 26 años oriunda de la localidad chubutense de Rada Tilly, le cortó el pene y los testículos a un hombre de 40 años, de nombre Sergio, con una tijera de podar el césped que tenía en su departamento y en circunstancias que siguen siendo un misterio.
Ahora, las pericias en el departamento de Barattini en el barrio Nueva Córdoba donde ocurrió el hecho revelaron un nuevo detalle que despertó más interrogantes entre los investigadores: se encontró una pequeña libreta entre las pertenencias de la joven donde había escritas de puño y letra las palabras "bisturí", "cortarle", "cinta…", "su celular" y "pedir ayuda". El llamativo hallazgo se suma a otras incógnitas como por qué poseía la estudiante una tijera de podar el césped del tamaño de la que se usó para consumar el ataque.
"Mi hija tiene un jardín hermoso en la terraza, por eso compró la tijera", expresó este martes la mamá de la joven, quien abogó por la versión de que el hombre atacado acosaba a su hija y habría intentado abusar de ella. "Ella se quebró en llanto y me dijo 'mamá, me defendí porque me había atacado'. Estoy muy dolida por esta situación. Ella es mi sol, es mi luz, es la razón de mi vida. Ella salvó su honor", sostuvo la madre en declaraciones al diario cordobés La Voz.
Mientras que el abogado que representa a Barattini, Carlos Nayi, intenta probar que se trató de "un intento de abuso" contra su clienta, la fiscal del caso Bettina Croppi y el abogado del lesionado, Eduardo Pérez, ponen paños fríos a esta versión. "Estamos muy lejos de afirmar una cosa así", dijo Croppi a comienzos de esta semana, en tanto que Pérez expuso que el hecho se habría desatado en el marco de "un juego sexual".
Al momento la joven de 26 años fue imputada por "lesiones gravísimas", ya que su víctima habría perdido la posibilidad de concebir tras el ataque. Está detenida en el penal de Bouwer y a partir de la acusación que recae sobre ella podría recibir una pena de entre 3 y 15 años de prisión.
El hecho recordó a cuando en junio de 1993 en los Estados Unidos, Lorena Bobbitt, tras varios años de maltratos y abusos, se abalanzó sobre su esposo John Bobbit y le cortó el pene mientras este dormía. Según la mujer, esa noche él la había violado.
Tras el juicio Lorena se convirtió en una referente del feminismo. En la actualidad, preside la organización Lorena's Red Wagon, dedicada a conseguir recursos para mujeres maltratadas. Se divorció de John Bobbitt en 1995, después de seis años de matrimonio. Él aprovechó la fama del suceso para implantarse el pene y se dedicó por un breve tiempo al cine porno.
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