María de los Angeles París (45) llegó a la comisaría 10ª de Rosario sin lesiones ni golpes. Una cámara filmó su ingreso. Eran las nueve de la noche del 3 de mayo y se la veía tranquila. Sin embargo, algo ocurrió. Una hora después, esta bibliotecaria de dos escuelas públicas estaba muerta. La primera autopsia determinó "muerte natural", pero estaba esposada. La familia no quedó conforme y una segunda pericia, a cargo de la Corte Suprema de la Nación, deja ahora la sospecha abierta para lo que desde el primer día sostuvo el entorno de la mujer: que fue víctima de violencia institucional.
Tal como adelantó Infobae en octubre pasado, la re autopsia encontró "contusiones profundas" en el cuerpo de María de los Angeles París, que no habían sido detectadas en la primera evaluación del cadáver. La traducción que hizo, Virginia Creimer, la perito que puso la familia de la víctima, es contundente: "Responde a las prácticas de tortura que suele implementar la Policía de Rosario".
Este medio tuvo acceso al informe de la Morgue Judicial de la Corte Suprema de la Nación, donde se detalla que la docente sufrió golpes en la espalda (zona lumbar y región subescapular derecha) y también en el brazo izquierdo, tobillo y pie derecho, pierna izquierda y rodilla derecha.
El segundo análisis del cuerpo fue realizado el 3 de octubre en el Instituto Médico Legal de Rosario, y coordinado por Cristina Bustos, de la Morgue Judicial de la Corte. Además de los peritos de cada parte, estuvo, sólo como observador, el médico que había hecho la primera autopsia, Lucas Kuverling, quien en septiembre fue denunciado por la familia París, sospechado de "irregularidades" en ese proceso.
Si bien los médicos forenses no encontraron evidencias de lesiones óseas en el cráneo de París, sí observaron un "ligero hundimiento en la región esternal" del tórax y una fractura en una de sus costillas, aunque el informe oficial aclara que se precisan evaluaciones más precisas para determinar si es consecuencia de maniobras de reanimación, la técnica de la autopsia previa o golpes.
Para la familia de París, "las lesiones son compatibles con las que se observan en víctimas de tortura y malos tratos policiales". La perito de parte cree que si a la maestra los policías le pegaron cuando ella estaba esposada y boca abajo, eso pudo causarle la muerte por falta de oxígeno. Específicamente, Creimer indicó: "Las lesiones producidas por golpes en el dorso sumadas a la posición en que la víctima se encontraba en el piso (estaba esposada con las manos detrás de su espalda, boca abajo sobre el piso) son posibles causas de una insuficiencia respiratoria y un paro cardiaco".
Una de las claves de este nuevo análisis sobre el cuerpo de María de los Angeles París fue que se llevó a cabo bajo el protocolo de Minesota, especialmente ideado para detectar posibles muertes a manos de fuerzas de seguridad estatales.
En un comunicado difundido en las últimas horas, la familia de la víctima reiteró su hipótesis de que en la primera autopsia, a cargo de Kuverling, del Instituto Médico Legal rosarino, hubo encubrimiento. "Fue claramente inadecuada, parcial e incompleta", sostuvo. En la causa, por ahora no hay imputados, excepto de una persona, pero no relacionada a la muerte, sino a la desaparición de la ropa de la víctima.
Además, según el informe de la Morgue Judicial, hubo pericias en la primera autopsia que fueron omitidas o mal hechas y que no pudieron revisarse en el segundo análisis. "La primer autopsia no sólo fue inadecuada e incompleta sino que frustró pruebas irreproducibles o de imposible realización", comentaron familiares de la victima y aclararon que, cuando estén los resultados finales de la segunda autposia, "deberá investigarse si existió negligencia o impericia, inexcusable en un forense, o se trató en realidad de un actuar doloso tendiente a encubrir lo sucedido".
"Las lesiones escapulares son las más vistas en las torturas de la policía rosarina. Pudieron haber sido patadas o que se hubieran arrodillado en su espalda. Lo particular es la posición. Con las esposas en la espalda, boca abajo, si la patean, o la pisan o le apoyan las rodillas encima, se produce una parada respiratoria o cardíaca que no se ve en los órganos. Pero no es muerte natural si hay traumatismos. Es una muerte que pudo haber sido encubierta", explicó Creimer a Infobae.
París, que trabajaba como bibliotecaria en el Centro Educativo Gurruchaga y en la Escuela Técnica 464, murió el 3 de mayo en un pequeño cuarto de la comisaría 10ª del barrio Alberdi. Ese dato, y que durante un tiempo estuvo esposada, son prácticamente las únicas certezas. Las primeras informaciones dieron cuenta que fue a denunciar un robo o intento de robo de "motochorros" y por alguna razón la mujer tuvo un "brote psicótico", que derivó en incidentes entre ella y los agentes de la comisaría. "No sabemos si fue objeto de tormentos, si hubo acoso, si quiso huir porque vio algo, no sabemos por qué se dio la supuesta crisis", explicó el abogado de la APDH, Sebastián Sancevich, que es querellante en la causa.
Las fuentes oficiales citadas por la prensa local indicaron tras la muerte que alguien decidió esposarla por su presunto brote y que la aislaron en una habitación de la comisaría hasta que finalmente llamaron a una ambulancia. A decir de las nuevas pericias, la versión pierde cada vez más fuerza.
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