No fue el primero ni será el último caso de un ascenso profesional vertiginoso, pero eso no significa que deje de llamar la atención. Un hombre que, después de quedarse sin trabajo en el camino a la crisis de 2001, se convierte en taxista, y que, luego de conocer 'de casualidad' al gobernador de una provincia remota, se transforma en la mano derecha de un ministro nacional durante 12 años, es una de esas historias que se podrían escuchar de la boca de un chofer de taxi, pero que en este caso es real.
Se trata de Roberto Baratta, el ex subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación durante los años de gestión de Julio De Vido, quien ayer fue detenido en el marco de la causa que investiga irregularidades en la compra de gas natural licuado (GNL) que llegaba en barcos al país, caso por el que también está procesado De Vido.
Este jueves, el juez Claudio Bonadio ordenó la detención de Baratta por considerarlo uno de los armadores de una estructura para importar el GNL a través de barcos que, por ejemplo, no incluía licitaciones ni concursos de precios sobre el valor del producto.
La historia del ascenso de Baratta (44) empezó cuando a los 27 años, en el año 2000, se quedó sin trabajo y, en el plazo de meses, empezó a trabajar como taxista y conoció al entonces gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner y a su ministro de Gobierno Julio De Vido.
Así lo reveló él en una declaración indagatoria ante Bonadio, en la que además desestimó el rumor que había circulado durante varios años: que antes de empezar a trabajar con De Vido había sido vendedor de lotería. Según el ex funcionario, cuando camino a la crisis de 2001 se quedó sin trabajo, "me indemnizaron en la empresa Société Générale de Surveillance (SGS), donde hacía control de precios de mercadería". En ese momento, decidió comprar "un taxi y lo puse a trabajar en la flota de taxis de mi ex suegro" que había fundado "una empresa de taxis y durante la semana salía a hacer los clientes".
Eventualmente, la decisión de convertirse en taxista fue una que le cambió la vida, ya que lo llevó a conocer a quien luego se transformaría en presidente en 2003: "Un día de lluvia entré a un bar a tomar un café ubicado en Juncal y Uruguay, llamado Moliere, a esperar que pare de llover. Me acerqué al encargado del bar a ofrecerle los servicios de radiotaxi. En la mesa cercana estaba Néstor Kirchner, a quien tenía de vista, quien escuchó la conversación y en ese momento él me pidió tomar un café a solas conmigo. Antes de ello yo le pregunté si era gobernador de Santa Cruz, a lo que me respondió que sí y ahí me invitó a su mesa. Me preguntó a qué me dedicaba, qué había estudiado. Le conté todo eso y me dijo si me interesaba trabajar con una persona llamada Julio De Vido, que venía a Buenos Aires una vez al mes. A lo que respondí que sí".
En su historia junto a De Vido y Kirchner, Baratta empezó 'de abajo', pero "con el tiempo se formaron los equipos técnicos de la campaña y fui realizando otras tareas referentes a mi profesión de comercio internacional. Kirchner me pasó el teléfono de De Vido, con quien me comuniqué, y después de un período de seis meses me contacté personalmente con él. De Vido en esa época era ministro de Gobierno de Santa Cruz".
Según describió en su indagatoria, en el comienzo de su relación con De Vido, su tarea consistía en realizar, ad honorem, "trabajos sobre comercio internacional en el rubro pesca y dentro de ese rubro langostinos en particular. Hacía estudios de importaciones y precios. Después con el tiempo empecé a trabajar con los equipos técnicos".
Ya con Kirchner en el poder, Baratta ingresó formalmente al Ministerio de Planificación en 2003, a los 30 años, y escaló internamente hasta convertirse en la mano derecha de De Vido en todo lo relacionado a la energía, y también en amigo del ahora ex ministro, a quien incluso acompañó en varias de las visitas judiciales de De Vido a los tribunales de Comodoro Py.
Luego de sus 12 años como funcionario, Baratta ahora enfrenta diversas causas por corrupción, como la que investiga lo realizado por la mina controlada por Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT); otra en la que está acusado por irregularidades en el manejo de la 'caja chica' del Ministerio en los últimos meses de gestión en 2015; y también está salpicado por el Caso Odebrecht, acusado de participar en la trama de coimas para que la compañía brasileña se quedara con contratos para realizar obra pública.
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