El sábado por la madrugada, Fernando Adolfo Claret, un remisero de 53 años que trabajaba en el turno noche en la agencia "Cooperativa Báez", fue asesinado de 46 puñaladas y degollado mientras realizaba un viaje por su trabajo. Cuatro personas fueron detenidas por el homicidio, entre ellas una menor, de 14 años.
La remisería "Báez", ubicada a una cuadra de la estación de tren de Alejandro Korn, trabaja con código para mayor seguridad. Era la 1 de la mañana del día sábado cuando una clienta que frecuentaba la agencia, identificada como Rocío Pérez (22), se presentó en la remisería junto a Jefferson Bordenave (18) y una nena de 14 que estaba embarazada, y realizó un pedido para ir al boliche "Ciel", ubicado en la localidad de Guernica. Un compañero de Fernando hizo ademán de tomar el pedido, pero él respondió: "Dejá que me toca a mí. Voy yo".
Fernando y los tres pasajeros se subieron al Chevrolet Corsa de color gris que los conduciría al boliche. Hasta ese momento, era un viaje común. Como mucho, Claret debería tardar 40 minutos en regresar. Pero luego de que no se tuviera registro de él, habiendo pasado más tiempo, sus compañeros se empezaron a inquietar y trataron de contactarlo, hasta que un llamado de la policía les dio la peor noticia: Fernando Claret había sido degollado, asesinado de 46 puñaladas y con la herida mortal situada en el corazón.
El automóvil fue encontrado en el barrio Las Lomas de Guernica y, según el testimonio de los vecinos del lugar, el vehículo apareció encajado en el barro de la calle 41. El remisero bajó del auto "algo mareado", según las declaraciones de uno de sus compañeros, y fue trasladado a unos 150 metros de donde estaba el auto, en medio de un descampado, acompañado por la joven de 22 y el muchacho de 18, uno a cada lado.
Fue entonces que los jóvenes asesinaron sin piedad a Claret y regresaron a donde estaba el auto, dejando atrás el cuerpo del difunto. Uno de los vecinos, al ver con sospechas lo que ocurría, llamó al 911 para alertar sobre la situación y, cuando llegó la policía, los uniformados hallaron el cuerpo sin vida del remisero. Los efectivos policiales ordenaron un allanamiento de urgencia, en el que detuvieron a los sospechosos en una vivienda de aquella localidad, donde encontraron el auto de Claret.
Según la autopsia, se destaca la eventual participación de dos personas por la diferente intensidad de los puntazos y el uso de dos cuchillos, de los cuales uno podría ser un Tramontina. "Cuando se bajó del coche ya estaba herido porque encontramos sangre en la parte de atrás, pero la muerte fue en el descampado", aseguraron los peritos forenses.
Cristian, otro de los remiseros, aseguró: "Cuando los detuvieron, estaban lavando la ropa manchada con la sangre de nuestro compañero". Pérez, Bordenave y la menor fueron aprehendidos por la fuerza policial, y Luis Miguel Sánchez, pareja de Pérez, también fue detenido.
"La denuncia se recibió a las 6 y a las 14 ya los habíamos agarrado. Sirvió que todavía estuvieran bajo el efecto de la drogas, tenían el auto de la víctima estacionado al frente de la casa. Creemos que después de lavar la ropa con sangre lo iban a quemar", declararon fuentes policiales.
Tanto Pérez como Bordenave fueron imputados por el delito "homicidio doblemente calificado por alevosía y criminis causae, en concurso real con el delito de robo doblemente calificado por el uso de arma y en poblado y en banda". A Sánchez se le imputó el delito de "encubrimiento agravado" debido a que, cuando llegó la policía a su vivienda, colaboraba con la destrucción de las pruebas. Por su parte, la menor quedó bajo la autoridad del fiscal Juan Benavídez, del Fuero Penal Juvenil de Presidente Perón, y será internada en un instituto de menores.
Además, en uno de los cuartos hallaron un altar que rendía culto a San La Muerte, que los investigadores creen que podría tener relación con el crimen.
Ayer, otro remisero fue asesinado en Lanús, tras haber intentado defender a una pasajera a la que le robaron 140 mil pesos en un asalto.
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