Cinco meses exactos después de que María de los Angeles París (45) apareciera extrañamente muerta en una comisaría de Rosario, una nueva autopsia, ordenada por el juez de la causa tras un pedido de la familia, reveló datos estremecedores: según adelantaron a Infobae fuentes de la investigación, la maestra habría sido torturada dentro de la dependencia policial.
¿Qué hacía esta mujer en la comisaría 10ª, tan lejos de la escuela de donde acababa de salir como de su casa, a donde supuestamente iba luego del trabajo? ¿Cómo llegó hasta allí? Y sobre todo: ¿qué pasó para que aparezca muerta en un cuartito del destacamento? Hasta ahora se investigaba una muerte dudosa, porque la primera autopsia determinó "muerte natural".
Para responder esas preguntas, y porque la conclusión no le cerraba, la familia de París le pidió al juez Juan Carlos Leiva una nueva autopsia. No confiaba en el análisis original del Instituto Médico Forense de Rosario, que tiene antecedentes respecto de confeccionar informes, como mínimo, incompletos.
Llamativamente, la fiscal de la Unidad Especial de Violencia y Corrupción Institucional, Karina Bartocci (que ostenta altas cifras de desestimación de denuncias y sólo dos de acusaciones concretas en su gestión), se negó al pedido. Pero el magistrado autorizó y este miércoles, una perito de la querella, Virgina Creimer, y otra de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Cristina Bustos, realizaron la nueva autopsia bajo el protocolo de Minessota, especial para casos en los que la muerte se da en "custodia" de alguna fuerza de seguridad.
Según este nuevo estudio, las especialistas confirmaron que el análisis anterior no se había hecho bajo el protocolo de Minessota y que, una vez aplicado, se pudo constatar la existencia de lesiones vinculadas a la Policía. "Existen lesiones profundas que no fueron advertidas en la primera autopsia, y que son características del accionar en las torturas de las fuerzas de seguridad", detalló una fuente del caso a Infobae.
Según pudo averiguar este medio, París tendría lesiones internas en la zona de la espalda que fueron ocasionadas en vida, minutos antes de morir, y sólo pudieron haber sido generadas en el encierro de la comisaría 10ª, ya que en un video se ve a la docente llegar en buen estado y sin dolores. Las fuentes prefirieron no detallar sobre la posible técnica de tortura pero sí admitieron que ya han visto casos similares, en los que por la forma de aplicar la violencia no se dejan marcas en la piel pero sí hay lesiones internas.
"En esta reautopsia se confirmó que en la primera autopsia no se agotaron los medios de diagnóstico suficientes: tiene que ser completa, metódica, sistemática e ilustrativa. Se confirma que los especialistas de la primera por lo menos incumplieron con su responsabilidad, por impericia, por negligencia y por imprudencia", detalló la fuente, quien aclaró que "en virtud de tratarse de muerte en custodia tenían obligación de aplicar Protocolo de Minessota, que no fue aplicado. Se hizo un simulacro, lo cual es más grave".
El principal apuntado es el médico forense del Instituto Medico Legal de Rosario, Lucas Kuverling, quien realizó la primera autopsia y el 20 de septiembre pasado fue denunciado por irregularidades en su trabajo por los abogados de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y la Cátedra de Criminología de la Uiversidad Nacional de Rosario (UNR), que representan a la familia París en la causa. "Estamos azorados por lo mal que se hizo", explicó a este medio Sebastián Sancevich, abogado de la APDH.
Según la querella, el IML realizó la primera autopsia sin perito de parte, y de forma "incompleta, insuficiente, con falta de metodología sistemática". Además, denunció que la clínica "no contaba con los recursos humanos y técnicos para cumplir con los estándares nacionales e internacionales".
A pesar de las acusaciones, Kuverling pidió estar en esta reautopsia. Leiva aceptó pero con la condición de que fuera un mero observador y que no puediera participar del informe final.