Gustavo Zorzoli, rector del Colegio Nacional Buenos Aires (CNBA), reveló este jueves por la tarde un hecho espeluznante a través de un comunicado interno, dirigido a la comunidad de la institución: una alumna menor de edad, de apenas 14 años, denunció que fue abusada por otro estudiante dentro de la escuela, durante la toma que transcurrió a lo largo de este mes.
Para las autoridades del CNBA, que depende administrativa y presupuestariamente de la Universidad de Buenos Aires, el hecho es un shock reciente: fuentes cercanas al colegio aseguran que los directivos se enteraron el miércoles 27 de septiembre. Fue la alumna misma quien se decidió a contarlo, cuando le reveló lo sufrido a su tutor de curso. El CNBA le ofreció contención con psicopedagogos y tutores, y se reunió por separado con los padres de la menor, con quienes hablaron por separado, la tarde del jueves.
Lo cierto es que el tiempo había pasado considerablemente entre el hecho y la llegada de la noticia al rector Zorzoli: más de 20 días. Voces cercanas a la institución aseguran que el hecho habría ocurrido en la noche del 7 o la madrugada del jueves 8 de este mes.
La adolescente ya había revelado que fue atacada en un post que escribió una semana después del hecho en un grupo cerrado de Facebook integrado por alumnos del CNBA, donde no especificó qué tipo de abuso sufrió, o si existió acceso carnal. "Fue una situación de mierda y una experiencia horrible que no es que pude olvidar y seguir adelante. Es algo que te deja hecha mierda y rompe un montón de cosas dentro tuyo", dijo, y aseveró: "No es un caso aislado. Dentro del colegio no es el primero y seguramente no será el último". Por lo pronto, voces que conocen la trama comentaron que no habría ocurrido acceso carnal y que la menor conocía a su agresor, que lo percibía como "un amigo".
Curiosamente, los integrantes del Centro de Estudiantes del CNBA fueron los primeros en saberlo. Tras el comunicado emitido por Zorzoli, difundieron un escrito propio en sus redes sociales, donde acusaban a Zorzoli de violar la intimidad de la menor y de difundir el hecho de abuso con fines políticos para desprestigiar a la toma, en un marco de tensión creciente.
En el texto, reconocieron: "Apenas se supo de la situación, se resguardó la integridad de la estudiante, hablando con el abusador para pedirle que no viniera más a la toma para no generar una situación incómoda para ella. Además, al día siguiente de lo sucedido empezamos a redactar un Protocolo contra la Violencia de Género para el colegio". Es decir, redactaron un protocolo, sabían quién era el agresor, pero no reportaron el hecho a las autoridades escolares, bajo el pretexto de respetar la voluntad de la víctima.
El CNBA, por su parte, sabe quién es el presunto agresor. El joven en cuestión pertenece a uno de los cursos superiores. Tiene 18 años, es imputable, y cursa 5º año.
No hay una denuncia penal hasta el momento, no hay una causa policial, lo que garantiza más todavía la impunidad del agresor y que el hecho no sea investigado con el aparato judicial y pericial del Estado. El abuso sexual es un delito de instancia privada. Solo lo puede denunciar la víctima, o en el caso de una menor, sus padres.
Hasta el momento, la menor decidió no judicializarlo. La madre de la joven se enteró del abuso sufrido por su hija esta tarde, luego de que las autoridades del CNBA se lo comunicaran. Uno de sus padres, por lo menos, la habría apoyado en su decisión de no ir a la Justicia. La UBA, por su parte, le aconsejó que lo haga. Y seguramente tenga una reunión con el Consejo del Menor de la Ciudad durante el viernes, desde donde también se le va a aconsejar que haga la denuncia. "Creemos que lo va a terminar haciendo", consideró una fuente de la Universidad.
¿La escuela se contactó con el agresor y su familia? Infobae llegó a versiones contradictorias al respecto. Cerca de la dirección del CNBA apuntan que no, que todavía no pudieron reunirse con él o sus padres, a 24 horas de haberse enterado del abuso. Otras fuentes en los altos mandos de la UBA aseveran que sí, que existió una reunión y que el joven admitió que hubo un encuentro, pero que según sus propias palabras fue "consentido". Ante las repreguntas, sus argumentos se volvieron endebles. "Los docentes le creen más a ella que a él", comentaron.
Lo cierto es que la escuela no puede denunciar el abuso ante la Justicia pero puede tomar medidas en un corto plazo. Puede, por ejemplo, expulsarlo, faltándole meses para terminar sus estudios secundarios. El hecho de abuso generó una distancia entre el presunto agresor y sus compañeros, que están de viaje de egresados en Bariloche. Como sus compañeros están en la Patagonia, el joven no está yendo a la escuela. En el Nacional Buenos Aires consideran que es lo mejor. "Hay mucha bronca de las chicas y los chicos con él. El miedo es que lo encuentren y lo caguen a patadas", comentó fuente en la escuela.