Una anciana fue secuestrada por un policía y por otras dos mujeres con el propósito de apropiarse de la herencia. Los tres malhechores fueron imputados por haber privado de libertad a la señora.
La anciana, de apellido Mihura, pertenece a una tradicional familia agropecuaria de la localidad de Nogoyá, Entre Ríos, y fue obligada a firmar documentos para que el policía y las dos mujeres pudieran hacerse de su patrimonio. Los tres imputados le "ofrecían" dejarla en libertad, a cambio de que "firmara unos papeles".
La víctima vivía en el casco de la estancia que había heradado de su segundo marido, antes de ser llevada a vivir en cautiverio.
Hernán Saín, el policía, es también abogado y realizó el delito junto a la hermana y una sobrina de la mujer secuestrada.
El fiscal de la causa, Federico Uriburu, aseguró: "Habían logrado instalar que la señora mayor de edad estaba mal psicológicamente y que estaba en tratamiento en la ciudad de Paraná. Por eso nadie preguntaba más sobre ella". "La mujer pidió auxilio en forma telefónica a dos conocidas y fue entonces que iniciamos la investigación en Nogoyá, pero se pasó a Paraná, porque estaba cautiva en la capital provincial", agregó.
La Justicia pudo constatar que la anciana se encuentra "lúcida" y que cuando vio al personal policial comenzó a gritar que quería su libertad. Un doctor y una psicóloga marcaron que la mujer no tenía problemas psiquiátricos, sino "algún olvido propio de la edad y de la situación de estrés".
También se descubrió que las familiares, en medio de este plan articulado de estafa, habían despedido a trabajadores que ejercían su labor en la estancia hacía varios años, lo que ha motivado la intervención de la Delegación de trabajo de Nogoyá.
Uriburu está encargado de la recolección de pruebas para resolver la situación procesal de los imputados.
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