El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Ribeira, en La Coruña, decretó el sobreseimiento provisional de la causa por la desaparición de Diana Quer, hija de Diana López-Pinel, una argentina oriunda de la ciudad de La Plata, que desde hace años vive en España.
Quer, quien nació en Madrid, desapareció sin dejar rastros el 22 de agosto de 2016 y el caso, fogoneado por la controvertida relación entre sus padres, ocupó un lugar privilegiado durante varios meses en la agenda de los medios españoles.
Este miércoles López-Pinel y su ex marido, Juan Carlos Quer, conocieron la decisión judicial. Al ingresar sólo la madre de la chica realizó declaraciones a la prensa, expresando que lo único que le importaba era que no se levantase el secreto de sumario que recae sobre la causa, determinación que finalmente se adoptó y que la llevó a abandonar, visiblemente enojada, el juzgado.
El juzgado de instrucción número uno de Ribeira expone que el sobreseimiento provisional de la causa de la desaparición de Diana Quer procede "por no existir en el momento actual indicios suficientes para dirigir el presente procedimiento frente a persona alguna determinada", pese a que sí los hay de una posible desaparición no voluntaria de la menor.
La resolución judicial indica además que es "necesaria la continuación de la investigación de la policía judicial", ya que en el momento presente continúan abiertas "varias líneas de investigación policial" y recuerda, a su vez, que en el caso de aparecer nuevos elementos sobre los que trabajar, podría reabrirse el proceso penal.
El caso
Diana Quer es una joven de 18 años que desapareció el 22 de agosto de 2016 en A Pobra do Caramiñal, un pueblo a 130 km de La Coruña, en España. El caso tuvo repercusión en Argentina porque la mamá de la joven, Diana López-Pinel, nació y vivió en La Plata hasta los 12 años.
"Me estoy acojonando, un gitano me estaba llamando" decía el último WhatsApp que le envió Diana a una amiga a las 2:40 de la madrugada de ese 22 de agosto en el que se la vio por última vez.
"¿Y qué te ha dicho?", responde la amiga, y Diana contesta: "Morena ven aquí". "¿Y qué le has dicho?" quiso saber su compañera. El mensaje llegó y nunca fue leído. Una hora y media después el celular se apagó y nunca más se volvió a encender.
Los testigos que la vieron por última vez afirman que esa noche Diana tomó varias cervezas con amigos y fumó un porro de marihuana con un joven marroquí. Se fue sola a las dos de la madrugada.
Partió por una ruta solitaria, y fue en ese momento en el que chateó asustada con su amiga: un gitano la estaba siguiendo. Curiosamente, un rato más tarde fue vista nuevamente cerca del parque: Diana había regresado a la fiesta. Pero jamás volvió a su casa.
La Guardia Civil buscó intensamente a la joven. Su rostro se multiplicó en carteles, en las tapas de los diarios y en la televisión, pero nada dio resultados concretos. Meses más tarde se encontró su teléfono, un iPhone 6 blanco, pero ningún rastro de la joven.
La prensa fue alimentada por la controvertida relación de los padres de Diana. Así como también por el testimonio de vecinos que aseguraron que la joven solía mantener fuertes discusiones en público con su madre, lo que llevó a López-Pinel a ser considerada por un tiempo sospechosa por la desaparición.
LEA MÁS
Investigan el teléfono de Diana Quer para encontrar pistas sobre su paradero