Una mujer desnuda, semen, un pelo y un vuelo misterioso: las pistas “clave” del crimen de Nora Dalmasso

A diez años del homicidio, el fiscal analiza los últimos datos para elevar la causa a juicio oral. Busca establecer si Marcelo Macarrón, el viudo de la víctima, pudo volar esa noche desde Punta del Este -donde estaba jugando al golf con amigos- hasta Río Cuarto, tener sexo con su mujer, asesinarla y regresar horas después para ganar el torneo

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Nora Dalmasso, tenía 51 años cuando la estrangularon en su casa
Nora Dalmasso, tenía 51 años cuando la estrangularon en su casa

Su cuerpo desnudo yace inerte sobre la cama de su hija adolescente. El lazo de una bata de toalla rodea su cuello. La estrangularon con el cinto y la asfixiaron con las manos. Tiene gotas de semen en la entrepierna y en el abdomen.

La escena del crimen revela que la víctima mantuvo relaciones sexuales antes de ser asesinada. Encuentran un pelo entre las sábanas -un vello púbico para algunos peritos-, un frasco de vaselina en la mesa de luz, y las señas claras de que "hubo sexo de todas las formas posibles", según arriesgó un investigador mientras el cadáver aún estaba caliente.

Nora Dalmasso tenía 51 años, vivía en el exclusivo barrio Villa Golf en Río Cuarto, Córdoba, era madre de dos hijos adolescentes y estaba casada con el médico traumatólogo Marcelo Macarrón, quien, en el momento del hallazgo del cuerpo -el 26 de noviembre de 2006-, presuntamente estaba jugando al golf a 1.000 kilómetros de distancia en Punta del Este, Uruguay.

La autopsia posteriormente dirá que esa última noche -"noche de solteras" con amigas- tomó champagne y comió ravioles de salmón, brochette mixta y ensaladas. Los forenses, además, certificarán que Nora falleció entre las 5 y las 6 de la mañana del sábado 25 en su lujosa casa del country cordobés.

Más de treinta personas contaminaron y pisotearon la habitación donde la hallaron muerta. Lejos de CSI, nadie cuidó la escena del crimen: entraron los primos de Norita, un vecino con su hijo, los peritos, los foreneses, la policía, los técnicos… uno de ellos tomó un trapo de piso y limpió una huella de barro que estaba en el pasillo; otro, ante la avalancha de gente en la habitación, puso su mano en el picaporte de bronce y cerró la puerta. Si allí había huellas, las borraron.

Nora Dalmasso y Marcelo Macarrón
Nora Dalmasso y Marcelo Macarrón

Un oficial encontró esa mañana una notita en la mesada de la cocina: una amiga le pedía a "Nori" que confirmara la comida en el Restó bar Alvear. Esa sería su última noche.

Nora había confirmado. El viernes por la noche salió con sus amigas, las mismas en las que se refugiaba desde que su matrimonio se había convertido en una fachada social. Súper maquillada, el cuerpo de gimnasio enfundado en ropa ajustada, el pelo rubio perfecto, la pasó genial. Se divirtieron y hablaron mucho de sexo. Pasada la medianoche, siguieron la charla en la casa de Rosario, una vecina del country. Abrieron un champagne Pommery. Nora intercambió mensajes de texto con su marido y con uno de sus amantes, que también estaba jugando al golf en Uruguay con Macarrón: "¿Cómo te está yendo en el golf, angelito?", le preguntó a su amor clandestino. A las 3:15 de la madrugada dejó a sus amigas diciéndoles con risa cómplice: "No me molesten en todo el fin de semana". Todas pensaron en dos días de pasión con un amante secreto. No volvieron a verla con vida.

La casa del Country Villa Golf en Río Cuarto, Córdoba
La casa del Country Villa Golf en Río Cuarto, Córdoba

Diez años pasaron, más de 4.000 fojas engrosan el expediente, y el fiscal Daniel Miralles -el cuarto en la causa-, dice tener tres pistas "clave": el semen, un pelo encontrado entre las sábanas y un probable vuelo desde Uruguay, ida y vuelta a Córdoba, en la noche del crimen. El único imputado por el homicidio es el viudo Macarrón.

Miralles afirma que es "irrefutable" la prueba genética sobre el semen. Para el fiscal, el viudo viajó desde Punta del Este a Río Cuarto, mantuvo relaciones con su mujer, la asesinó y volvió al Uruguay para jugar al golf con sus 15 amigos en el Cantegril y levantar la copa del torneo semi-senior Mercosur.

En estos días el fiscal analiza minuciosamente las pruebas que le enviaron desde Uruguay (clima, migraciones, vuelos, compañías aéreas, posibles pistas de aterrizaje), datos que le permitirán determinar si Macarrón tuvo el tiempo suficiente para hacer ese viaje.

En el expediente cuenta, además, con el testimonio de un controlador de la Administración Nacional de Aviación Civil, Sergio Olisesky, quien declaró ante la Justicia como asesor. El profesional afirmó que una avioneta necesita entre 5 y 6 horas para cubrir el trayecto Punta del Este-Río Cuarto: "Unas dos horas, dos horas y media por tramo". Precisó, además, que es necesario tener cierta logística ya que si el vuelo se hace en forma clandestina debe contar con una pista de aterrizaje con claraboya o al menos con luces de vehículos que iluminen.

Marcelo, Nora y su hijo Facundo
Marcelo, Nora y su hijo Facundo

El doctor Marcelo Brito, defensor de Macarrón, rechaza ese testimonio. Plantea que su defendido tomó un café con Daniel Lacasse -un abogado amigo- hasta las 2:30 de la madrugada, que después se acostó a dormir y que se levantó a las siete para comprar facturas. Otros amigos que jugaron al golf con el médico declararon que la cena se extendió hasta la medianoche del viernes y que volvieron a verlo recién a la mañana del sábado 25, a la hora del desayuno, "cerca de las ocho y media". En la foto del torneo Macarrón no aparece.

Para el fiscal, entre las cero horas y la mañana del 25, Macarrón habría tenido el tiempo suficiente para volar a Córdoba y cometer el homicidio. "El semen es del viudo", insisten los investigadores.

"Hay sospechas de que se contaminó el hisopado externo de semen con el interno. Nadie puede saber que la muestra blanquecina sea externa, ya que no está registrado cuál fue el orden de la extracción", le dijo el doctor Brito a La Nación. El mismo Macarrón reconoció haber mantenido relaciones sexuales con su mujer antes de viajar, y los peritos afirman que el esperma puede hallarse en el cuerpo de una persona hasta varios días después de la muerte.

La causa podría elevarse a juicio oral antes de Semana Santa: el fiscal analiza la documentación y espera la prueba del Ceprocor sobre el pelo hallado en la cama y cuyo ADN fue cotejado con el del empresario Miguel Rohrer -"el francés", señalado como amante de la víctima por el hijo de Nora-, y con los de dos vecinos del country.

El fiscal de la causa, Daniel Miralles
El fiscal de la causa, Daniel Miralles

En estos diez años las sospechas pasaron por varias personas. Primero fue el pintor Gastón Zárate –"el perejil"- a quien tuvieron que liberar 24 horas después y fue sobreseído. Luego, se acusó al hijo de Norita y Macarrón, Facundo -de 20 años-, quien fue imputado en 2007 por abuso sexual agravado y homicidio calificado por el vínculo. Pero un año después fue sobreseído. El ADN encontrado en el cuerpo "era de un Macarrón" aunque estaba "incompleto", justificaron los peritos el error cometido. "El padre estaba en Punta del Este, tenía una coartada", se excusó un investigador.

La distancia de Punta del Este a Río Cuarto, sin embargo, no fue un impedimento para que, el 18 de marzo de 2016, se imputara a Macarrón por "homicidio calificado por el vínculo".

En criminología se dice que los cadáveres hablan. El de Nora Dalmasso -desnudo, estrangulado, manoseado por peritos y forenses, llenando fojas judiciales de contradicciones y pistas falsas- hasta hoy parece permanecer en silencio.

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