Otra vez el debate sobre los límites de la legítima defensa vuelve quedar en el centro de la escena por un nuevo caso. Esta vez ocurrió en la ciudad de Mar del Plata, donde un delincuente ingresó a robar a un comercio y amenazó con un arma en la cabeza a la dueña del local. Al advertir esa situación, el esposo de la víctima tomó un arma y se produjo una balacera. El ladrón fue abatido y el hombre resultó herido.
Según el diario La Capital, una vez que se comprobó que su estado de salud no corría riesgo y que fue dado de alta del Hospital Interzonal General de Agudos, el fiscal de la causa, Fernando Castro, decidió no detenerlo, aunque imputó por el delito de "homicidio".
"Se efectuaron varios disparos por parte de ambas personas", había confirmado el fiscal Castro, quien detalló lo ocurrido anoche en la zona norte de la ciudad balnearia. Según los testigos, el ladrón ingreso solo y no contaba con apoyo vehicular.
"Aprovechó que comenzaban a cerrar el comercio, buscó a la propietaria en el fondo del local, le puso un arma en la cabeza y le pidió la recaudación", relató.
La mujer entregó inmediatamente el dinero en su poder, pero el ladrón no estaba conforme y exigió más. En ese momento, el marido de la víctima reaccionó ante la dramática escena de su esposa con un arma en la cabeza.
El hombre "tomó un arma que tenía en su poder y se efectuaron varios disparos entre ambos. El delincuente disparó varias veces", indicó el funcionario judicial. Seis vainas fueron encontradas y el comerciante fue herido en la espalda. En tanto, el joven recibió al menos un disparo en el rostro y murió en el lugar.
Asimismo, se supo que en el lugar del hecho -la esquina de Falkner y Ortega y Gasset- se habían acercado familiares del ladrón abatido profiriendo amenazas de muerte. Fueron retirados por la policía y llevados a la morgue para el reconocimiento del cadáver.
LEA MÁS: