"Parece Harry Potter, es él", dijo el oficial de inteligencia de la Policía Federal que lo estuvo siguiendo durante meses. Por primera vez, le veía la cara a la persona que solo conocía por su voz e imaginaba por su apariencia.
Guillermo Andrés Silva Forero, de 32 años, almorzaba en un restaurante peruano del microcentro. Una sirena de un patrullero lo alertó e hizo que se diera vuelta. El policía lo reconoció. Fue el destino. El sirenazo no estaba dirigido a él.
Silva Forero nació en Bogotá, Colombia, el 27 de julio de 1984. Llegó al país con su esposa y su hijo y se instalaron en un departamento del piso 14 de un edificio de la calle Charcas al 4000, en el barrio de Palermo, por el que pagaba 10 mil pesos por mes. Era 2014 y arribaron desde los Estados Unidos, donde Silva Forero se graduó -supuestamente- en física y en física estadística en la universidad de Massachusetts. Su esposa es tiene un master en negocios.
Pero sus planes no tenían que ver con la física. Iba a liderar una organización criminal que hacía salideras con la modalidad pincharuedas y que iba a ser desbaratada un año y medio después.
Todos los días de la semana, Silva Forero salía a las 9 de la mañana de su casa y llegaba al microcentro porteño una hora después. Para su esposa trabajaba en una empresa que importaba celulares y para quienes lo frecuentaban en el centro se presentaba como Guillermo y era representante del FMI. Así lo declararon las empleadas del café Starbucks que solía frecuentar. Su apariencia indicaba eso. Vestía siempre de traje, con anteojos y llevaba una computadora.
Pero Harry –así lo llamaban en la banda por su parecido con el personaje de ficción Harry Potter– se pasaba las mañanas y las tardes en la puerta de las financieras de Viamonte y Reconquista. Allí "marcaba" a las víctimas que iban a ser robadas. Pasaba el dato a otros integrantes de la banda que se encargaban de los seguimientos y de concretar el robo.
Todo quedó registrado en las escuchas telefónicas que analizaba el Departamento de Inteligencia contra el Crimen Organizado de la Policía Federal y que fueron clave en la investigación.
A las 5 de la tarde la jornada terminaba para Silva Forero y volvía a su casa. "Era muy metódico y rutinario. Además de muy inteligente", lo describió uno de los policías que lo investigó.
De las escuchas surge su liderazgo: dada órdenes, alentaba y motivaba a sus compañeros para concretar los robos. "Toda la energía, toda la actitud. Somos uno solo", les decía.
La plata que obtenía en los robos la enviaba a su familia en Estados Unidos a través de una azafata. Ese dato fue obtenido hace poco tiempo y comenzó a ser investigado.
Las jornadas se repetían pero "Harry" no podía ser identificado. Durante meses se analizaron sus escuchas y se trazó un perfil de quién podía llegar a ser. Los investigadores tenían datos pero ninguna certeza. El resto de los integrantes de la banda estaban siendo detenidos pero él no. A eso se sumaba que no tenía antecedentes penales.
Un mediodía una escucha reveló una información. Silva Forero estaba yendo a almorzar a un restaurante peruano en Maipú y Viamonte. Desde afuera, el lugar era vigilado por agentes de inteligencia.
Un patrullero llegó a la puerta del restaurante e hizo sonar la sirena para avisarle a un policía que había llegado. Harry se dio vuelta. "Parece Harry Potter, es él", se dijo uno de los investigadores. La fisonomía coincida, usaba anteojos como el personaje y era el único en el restaurante que llevaba traje. Pero no lo detuvieron sino que lo empezaron a seguir de manera encubierta. La detención quedaba para más adelante.
El 3 de junio del año pasado a las 16 horas Harry estaba en Viamonte y Reconqusita como todos los días. Un oficial de inteligencia lo detuvo en la puerta de la financiera en la que "marcaba" a sus víctimas.
No opuso resistencia. Le secuestraron cuatro celulares, chips de teléfonos, una computadora, 1.400 pesos y un número de la revista Investigación y Ciencia. La Policía allanó su casa y ahí encontró el título de la Universidad de Massachusetts.
Su esposa no podía creer lo que le contaban los oficiales. Les dijo que su marido trabaja en la importación de celulares. Pocos días después se volvió con su hijo a Colombia.
El juez de instrucción Manuel de Campos procesó a Silva Forero como jefe de una asociación ilícita.
Harry hizo su defensa ante la Justicia. Dijo que en septiembre de 2014 fue sometido a una cirugía que le generó problemas económicos para mantener a su familia. Por esa situación y la crisis financiera del país recibió dinero de una persona conocía por su apodo de Tomate, quien le debía plata por la venta de celulares. Se trata de uno de los integrantes de la banda que no fue identificado.
Silva Forero dijo que Tomate le pedía que llame a personas que él no conocía para pasarle información de vehículos. "Yo simplemente me limitaba a hacer eso, es decir, a llamar a esa persona que él me señalaba y transmitirle esa información", le dijo al juez en su indagatoria.
Pero las escuchas eran contundentes. Harry era quien "marcaba" a las víctimas y lideraba la organización junto con otro colombiano que está prófugo. A eso se sumó una agenda donde consignaba como se dividía lo robado.
Harry está preso en la cárcel de Ezeiza y espera el inicio del juicio oral en el que también estarán otros seis integrantes de la banda.