La Mesa Interempresarial de Piratería de Camiones es un encuentro periódico organizado por los abogados penalistas Gabriel Iezzi y Víctor Varone, socios en el estudio que lleva sus apellidos. Nuclea a representantes de cámaras empresariales, fiscales especializados en la materia de la provincia de Buenos Aires, comisarios jerárquicos de la PFA y la Policía Metropolitana, empresas frecuentemente atacadas por los ladrones de mercadería, para cruzar información y así articular políticas públicas. Funciona, también, como un medidor de pulso para el delito de robo de mercadería y sus cambios constantes. En la última reunión de la Mesa, ocurrida este miércoles último en una oficina céntrica, las coincidencias comenzaron a apilarse. Para los piratas del asfalto, por lo visto, hay un nuevo botín estrella: perfumes importados.
Hubo un caso insignia. El 24 de junio último, un camión de gran porte de la empresa Interbaires SA, la firma que controla el Duty Free Shop en el aeropuerto de Ezeiza y otras cuatro terminales internacionales en el país fue atacado sobre la ruta 6 en General Rodríguez. El golpe fue piratería del asfalto del más alto orden. El camión, que venía desde Uruguay, contaba con dos custodios de una empresa de seguridad sobre un auto de apoyo. No sirvieron de nada: doce delincuentes en cuatro vehículos, muchos de ellos armados con ametralladoras balearon el vehículo y cortaron su marcha. El chofer fue luego liberado en Morón, los dos custodios aparecieron en Villa Lugano.
El camión tenía como destino final el aeopuerto de Ezeiza; su carga era lo previsible un free shop, con perfumes, whisky y bijouterie. En total, los piratas se llevaron un lote récord de casi siete mil fragancias de lujo; la lista de carga incluyó marcas como Lancome, Yves Saint Laurent, Polo Ralph Lauren, Armani y Viktor & Rolf. El caso quedó a manos del doctor Pedro Illanes, fiscal especializado en piratería del asfalto a cargo de la UFI N°3 de Mercedes junto al secretario Federico Zoccali. El daño monetario no es menor: a un promedio de $1500 por frasco en la venta minorista, supera los 10 millones de pesos.
Hay otros indicadores. Poco antes, una funcionaria del Ministerio de Seguridad bonaerense había presentado el informe para junio último de la Superintendencia de Investigaciones en Función Judicial: hubo 39 hechos de piratería en todo el mes pasado en la provincia. Los artículos de perfumería alcanzaron el segundo puesto en la lista provincial con cinco ataques: superaron, por ejemplo, a los cigarrillos y a los electrodomésticos. Sin embargo, el punto más fuerte vino de parte de los comerciantes mismos.
Ariel Sztutwojner es el presidente de la Cámara de Perfumería de la Argentina: la organización congrega a más de 400 firmas, que incluyen varias cadenas de locales. Ante la Mesa, Sztutwojner aseveró: "Este año, la Cámara veinte informes de locales robados en la Ciudad. El año pasado fueron solo siete". El número no es alentador: un aumento del 285 por ciento, casi el triple. Estos 20 casos en siete meses, por otra parte, son apenas los que le constan a la Cámara: puede haber más.
Los robos no son furtivos ni nocturnos: ocurren a plena luz del día, apuntó el directivo. El 85 por ciento de los robos se realizó un sábado por la manaña, con el local abierto y clientes adentro en grandes avenidas como Cabildo o Santa Fe y en puntos como Caballito; cadenas como Pigmento, Crayon y Rouge son las más damnificadas. Los delincuentes que atacan las perfumerías, aseguró Sztutwojner, lo hacen a mano armada, con dos autos. Amenazan a punta de pistola a empleados para que carguen las fragancias en bolsas, pueden atacar una perfumería tras otra y llevarse de 200 a 300 frascos en un solo golpe.
"En cada ataque el daño económico no baja de 200 mil pesos a cada comerciante. Saben lo que quieren, hay marcas que directamente no se llevan", afirma el presidente de la Cámara. Kenzo, Givenchy, Carolina Herrera y Dior, dice Sztutwojner, son las más buscadas por los delincuentes.
El directivo no tiene explicación para este nuevo auge de robos violentos en el rubro. En promedio, los perfumes aumentaron un 20% sus etiquetas de cara a la devaluación desde fines del año pasado, valores dentro de lo normal para productos importados. No hay una corrida de mercado, por así decirlo. Quizás el precio final de una fragancia robada explique el atractivo. Un perfume Ange ou Demon de Givenchy de 100 mililitros que generalmente cuesta de 1500 a 1600 pesos en locales porteños puede valer en el mercado negro cerca de 550 pesos. Un Acqua di Gio de Armani, del mismo volumen, ronda la misma diferencia de precios. Los perfumes robados, por su parte, tienen dos puntos de venta, según sospecha la Justicia y Sztutwojner: ferias del tipo "Saladita" que se repiten a lo largo del país y redes sociales en Internet.
Para los abogados Iezzi y Varone, organizadores de la Mesa, centralizar puede ser una respuesta. "El caso de perfumes es una modalidad que se repite desde fines de 2015; los robos, por varios testimonios, son cada vez más violentos. Este modus operandi de ataques comando, cortos y focalizados, se repite con el robo de electrodomésticos. Creemos que se debe accionar en forma conjunta y centralizar o unificar las causas e investigación en una sola fiscalía, para que un solo grupo de expertos evalúe todos los hechos determinando así patrones de conducta como oportunamente se hizo en otros hechos como por ejemplo en cajeros automáticos, con excelentes resultados", apunta Iezzi.
Varone completa: "Los piratas son empresarios del delito y como tal tienen canales de distribución de mercadería, por llamarlos de alguna forma. Como solemos decir, no se roba lo que no se vende. Por eso creemos que el canal de venta y la mano de obra es la misma en ambas modalidades. Por lo antedicho es importante trabajar en forma mancomunada con los organismos de control fiscal como AFIP y ARBA sobre los puntos de venta y la documentación que supone avalar las compras. Respecto a los canales o puntos de venta, estamos trabajando en atacar los mismos, no solo los físicos como las ferias sino también a través de la venta por Internet, donde hay una amplia y clara colaboración de los principales portales que establecieron protocolos de consulta para empresas y entes oficiales".
En la Mesa Interempresarial se destacó otro problema frecuente para la piratería de camiones: la falta de fiscalías especializadas para este delito en territorio porteño a pesar de que existen varias en la Provincia. "Más aún tomando en cuenta que la mayoría de los robos son en la zona sur de la Capital y coincidente con las fiscalías barriales como Pompeya y La Boca, por lo que hace mas fácil aun la creación de las mismas", indica el abogado Iezzi. Y más allá del mercado negro de perfumes, varios representantes de industria presentes en el encuentro señalaron otro frente de conflicto, previsible en el invierno más frío en años: el robo y reventa de antibióticos y antigripales para niños.