La polémica detrás de la viuda de un capo narco colombiano que se instaló en Nordelta

María Claudia de la Misericordia Gómez Martínez fue la mujer de “Cuchilla” Ortiz, un célebre traficante asesinado hace 15 años. Hoy es la principal imputada en el juicio por el caso “Luis XV”, acusada de financiar la compra de más de 250 kilos de cocaína para exportar a Europa. La UIF le pidió 21 años de cárcel; el fiscal pide absolverla

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Gómez Martínez, captada por cámaras de seguridad.
Gómez Martínez, captada por cámaras de seguridad.

A María Claudia de la Misericordia Gómez Martínez, las imágenes de cámaras de seguridad que la muestran entre las 25 mil fojas de expediente del caso "Luis XV", en donde es la principal acusada, no le hacen justicia. En su silla en la sala del Tribunal Oral Federal N°2 de La Plata, María Claudia, a punto de cumplir 51 años, trata de verse lo mejor posible, con una buena cartera, un buen reloj. Se trata de dignidad, en el fondo. Este proceso no la tiene bien. "En cualquier momento me arman otra causa", le dice a su gente de confianza. Nacida en Barranquilla, Colombia, María Claudia había llegado a Buenos Aires en 2010, detrás de sus hijos que habían venido a estudiar al país a estudiar tiempo antes. Se instaló en Nordelta, en un departamento del complejo Yoo, diseñado por el célebre Philippe Starck, creador del hotel Faena; su actual domicilio fiscal está en el exclusivo barrio de Barrancas del Lago. Sin embargo, no hubo registros de la llegada de su llegada al país; un oficial de Migraciones le hizo el favor de no ingresarla en el sistema. La historia de su marido tenía algo que ver. Juan Carlos "Cuchilla" Ortiz Escobar, ex subteniente de la Reserva Militar colombiana, ex miembro también del cartel de Cali, fue un narco confeso del temible cartel del Norte del Valle, históricamente vinculado a Juan Carlos Ramírez Abadía, llamado "Chupeta" por su afición a los chupetines y el mayor jefe del Norte del Valle, hoy preso en Estados Unidos tras ser atrapado en Brasil en 2007. Juntos habían roto un récord de peso: fueron los primeros en despachar una tonelada de cocaína por avión a territorio norteamericano.

"Cuchilla", por su parte, no terminó sus días en una celda, sino en el pavimento de Cali. En 2001, murió acribillado en un ataque sicario con diez tiros en el cuerpo. Había amasado, según medios colombianos, un pequeño imperio: 92 campos, 14 sociedades y 11 cuentas corrientes, todo desparramado entre Cali, Palmira, Cartagena y Bogotá. Gómez Martínez, ante la Justicia argentina, declaró recibir rentas de tres propiedades en Bogotá. En el país, la viuda de "Cuchilla" está registrada como empresaria ante la AFIP y tiene su propio negocio: integró con otro colombiano del mismo apellido que su ex marido una SRL que explota una serie de reconocidos bares y restaurantes en zonas como Palermo Soho y Las Cañitas.

Hasta aquí, para María Claudia, sería la historia de una mujer que dejó atrás una brutal trama de violencia narco para reinventarse y vivir en paz, si no fuese por la imputación en su contra en el TOF N°2 de La Plata. Para la Justicia argentina, la viuda del capo habría sido una de las financistas del caso "Luis XV", con uno de los lotes de cocaína más significativos de la historia: más de 700 kilos que serían exportados a Europa. A la viuda de "Cuchilla" se la responsabilizó de financiar la segunda tanda de droga del caso, detectada en un galpón sobre la calle Aristóbulo del Valle en Lanús el 6 de abril del 2012: 253 kilos ingeniosamente disimulados en muebles de estilo, lo que llevó al nombre "Luis XV". El lote, en ese entonces valuado en 14 millones de euros, tenía una tasa de pureza muy inusual para el mercado argentino: un 85 por ciento. A Gómez Martínez se la acusó con el inciso 7 de la ley 23.737, el cargo que le corresponde a un narcotraficante; se la detuvo, precisamente, en su departamento de la torre Yoo en Nordelta. Sus hijos cayeron presos con ella.

Sin embargo, no todo es tan obvio en el proceso en La Plata, donde María Claudia comparte la sala desde noviembre pasado junto a otros 20 imputados, la amplia mayoría colombianos. Así como es protagonista en el juicio, es protagonista de una de las polémicas más llamativas hoy en la Justicia. La Unidad de Información Financiera, con los abogados Gabriel Merola y Martín Olari Ugrotte, es querellante en el juicio, así como la AFIP. Para María Claudia, la UIF pidió 21 años de cárcel. La Administración Federal de Ingresos Públicos, quince. Sin embargo, a fines del mes pasado, Marcelo Molina, fiscal en el proceso, requirió para ella la absolución. Para él, no hay pruebas en su contra. No sólo eso: Molina denunciará lo que él cree fueron graves irregularidades en la instrucción de la causa. 

El principal foco de evidencia, según la elevación a juicio del caso, es un préstamo de 130 mil dólares que le hizo a Alejandro Gracia Ramírez, alias "Gato Seco", uno de los nombres más esquivos en la historia del narcotráfico colombiano, sospechado de ser un soplón de la DEA y hoy preso en Ezeiza y procesado en una causa por drogas a cargo de un tribunal de Lomas de Zamora, sospechado de ser el verdadero dueño de la droga del caso "Luis XV". En su indagatoria, María Claudia reconoció que le dio 130 mil dólares a Gracia Álvarez. Dijo que ella sabía que "Gato Seco" era un traficante, pero que el dinero no era para droga sino para remodelar un restaurant y abrir otro.

Junto a este vínculo hay una larga serie de escuchas a María Claudia. Una intervención de mayo del 2011, la número 115482 en el expediente, es al menos sugestiva. En ella, según un documento de la causa, "Alejandro Gracia se comunica con Gómez Martínez señalándole que en Colombia ya estaban todos los intervinientes en el negocio, pero que no viajaría hasta que esté concretado, que iría cuando se den las cosas, situación que demuestra que la imputada estaba al tanto del desenvolvimiento del 'negocio'". Qué demuestran o no toda esta serie de hechos es el problema. ¿Pueden probar de forma concluyente que María Claudia puso el dinero para comprar 253 kilos de cocaína de alta pureza?

Parte de la droga incautada en el caso.
Parte de la droga incautada en el caso.

Para el abogado Olari Ugrotte de la UIF no hay dudas. "En su alegato de ocho horas", apunta el abogado, "la UIF pudo acreditar que Gómez Martínez llevó adelante diversas reuniones, conversaciones e incluso viajó a Colombia para participar en relación a la operación que Alejandro Gracia estaba planificando, que derivó en el secuestro de 253 kilos de cocaína en los galpones de Lanús. Eso quedó demostrado por las más de cien escuchas que fueron valoradas por la UIF -en claro contraste con las apenas ‎que valoró su defensa en forma aislada- donde María Claudia confirmó tanto la instrucción para la entrega del dinero para financiar la operación a Alejandro Gracia, como también su posterior confirmación y su ansiedad en obtener respuestas del avance de la operación".

Hay una escucha que para la Unidad de Información Financiera resultó clave: la número 224318 del cd Nº 35, en donde María Claudia se comunica con Patricia -hermana de Alejandro Gracia Álvarez– y le refiere que este le había efectuado una propuesta, y en ella, según apunta la elevación a juicio del caso "se encontraba inmerso el hijo de Patricia – Juan Carlos Ramírez Gracia-, por lo cual debía darle 250.000, negocio que era seguro y para el cual el contacto se encontraba en la Ciudad de Buenaventura, lo que se corrobora con lo manifestado por la imputada en su indagatoria". Juan Carlos, en el círculo de coincidencias, no solo es sobrino de "Gato Seco": según el expediente, también es hijo de "Chupeta Ramírez". Olari Ugrotte también señala un presunto encuentro en Colombia con Orlando Gutiérrez Rendón, alias "El Negro", "a quien le piden 'luz verde' para operar con respuesta positiva". Por último, señala el querellante de la UIF: "Debe tenerse en cuenta que la propia María Claudia reconoce expresamente en su indagatoria que recibió una propuesta de Alejandro Gracia para hacer una operación de narcotráfico en abril de 2011, donde debía aportar la suma de 250.000 dólares".

Alejandro Gracia Álvarez, alias “Gato Seco”, el cuestionado vínculo de María Claudia.
Alejandro Gracia Álvarez, alias “Gato Seco”, el cuestionado vínculo de María Claudia.

Para el doctor Fernando Chacón, defensor de Gómez Martínez, la situación es todo lo contrario. Para el abogado, hay una suerte de crucifixión: "El fiscal Molina dio una opinión honesta y certera de lo que pasó en el debate. De las 20 personas imputadas, 15 no saben por qué están. El problema aquí es que María Claudia es colombiana y vivió en Nordelta. A los colombianos, la sociedad los condenó de antemano. Sus hijos siguen vinculados, pero con falta de mérito en la causa; el juez de instrucción pidió revisar su situación y hasta se pidieron los antecedentes del padre, que murió hace quince años. No había ningún motivo para escucharla a mi defendida, por otra parte. Pasó seis meses detenida. Yo no tenía ninguna explicación para darle".

Chacón continúa: "No hay ninguna vinculación a la droga hallada en Lanús, son interpretaciones y conjeturas. Un albañil declaró en el juicio, acreditó que el dinero efectivamente fue usado para refacciones del restaurant de Gracia Álvarez. Hubo un testigo que avaló las rentas que vienen de Colombia. Los préstamos que se cuestionan fueron en 2009 y 2010. ¿Todo esto para una compra de droga en 2011? Se habla de una 'estrategia fríamente calculada, pero mi defendida hablaba desde el teléfono fijo de su casa. Molina fue muy duro en su alegato; dijo que tenía 27 años de fiscal y que nunca había visto una instrucción como esta. Veo posible que absuelvan a María Claudia".  Por lo pronto, no hay una fecha fijada para el veredicto, que llegará antes de la próxima feria judicial.

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