Los secretos de Elvis Presley, el hombre más imitado del mundo: cómo fueron los últimos días en su mansión

El ídolo musical, nacido el 8 de enero de 1935 en Memphis. Cumpliría 90 años hoy. Marcó un estilo inconfundible que a casi cinco décadas de su muerte siguen intentando copiar unas 400 mil personas de todo el planeta

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Era un símbolo sexual. Bello por naturaleza, se animó a adoptar un estilo particular y transgresor para la época. E impuso un baile sobre el escenario al que, de tan sensual, muchos calificaban como erótico o pornográfico. Así logró convertirse en un ícono del rock and roll. Y en el artista más imitado a lo largo de la historia. De hecho, este 8 de enero, Elvis Presley estaría cumpliendo 90 años de edad. Y se calcula que, aunque ya hace casi cinco décadas que dejó este mundo, en la actualidad existen más de 400 mil personas que viven de hacer shows tributos en su honor alrededor del planeta.

Claro que esta locura por ponerse en los estrechos pantalones de El Rey no es nueva. Cuentan que ya en 1956 hubo un joven llamado Jim Smith que dijo haberse sentido poseído por el cantante oriundo de Tupelo, Misisipi, Estados Unidos. Y que, tiempo más tarde, el propio Elvis eligió como a su imitador favorito a Andy Kaufmann, un comediante que lo había emulado en Saturday Night Live. Pero, a decir verdad, también ha sido inspirador para Sandro, quien desde una tierra tan lejana como era Buenos Aires, en Argentina, adoptó sus patillas y sus movimientos pélvicos para cautivar a sus fans.

Por otra parte, se estima que medio centenar de actores se pusieron en la piel de Presley o sus imitadores, para distintas producciones biográficas o de ficción. Entre otros, se puede mencionar a Kurt Russel en Elvis (1979), Don Johnson en Elvis y la reina de belleza (1981), David Keith en Heartbreak Hotel (1988), Michael St. Gerard en Elvis Presley: Heart of Dixie (1989), Great Balls of Fire! (1989), Elvis (1990) y Quantum Leap (1993), Val Kilmer en Un romance audaz (1993), Rob Youngblood en Elvis y el Coronel: La historia jamás contada (1993), Nicolas Cage en Corazón salvaje (1990) y Luna de miel en Las Vegas (1992), Peter Dobson en Forrest Gump (1994) y Protegiendo al rey (2007), Rick Peters en Elvis conoce a Nixon (1997), Harvey Keitel en Descubriendo Graceland (1998), Bruce Campbell en Bubba Ho-Tep (2002), Jonathan Rhys Meyers en Elvis (2005), Jack White en Walk Hard (2007), Robert Patrick en Calle Solitaria (2008), Michael Shannon en Elvis & Nixon (2016), Drake Milligan en Sun Records (2017) y Austin Butler en Elvis (2022).

Elvis y Priscilla presentando a
Elvis y Priscilla presentando a su hija Lisa Marie Presley (Foto AP/Perry Aycock, archivo)

El furor por Presley llevó a muchos a elucubrar la teoría de que aún sigue vivo. Y que, en realidad, él mismo fraguó su muerte agobiado por la fama, para continuar sus días en paz en algún lugar remoto y en el más absoluto anonimato. Pero la realidad es que, en sus últimos años, el ídolo ya no era ni la sobra de lo que había sido. Pesaba 130 kilos, tomaba 14 medicamentos por día y los excesos habían hecho estragos en su salud. De hecho, en sus presentaciones mostraba serias dificultades para respirar. Y sus característicos movimientos, ya no eran los mismos que habían cautivado a centenas de mujeres.

Después de sus presentaciones en Las Vegas de 1969, su deterioro fue evidente para el público. Y esto, sumado a su crisis matrimonial con Priscilla Beaulieu, madre de su única hija, Lisa Marie Presley nacida en 1967, lo fue sumiendo en la depresión. La pareja se fue distanciando en medio de rumores de infidelidades por parte del cantante hasta que, en 1972, sobrevino la separación definitiva después de 6 años de casados y 13 de relación. Entonces, la mujer blanqueó su romance con Mike Stone, su instructor de karate, mientras que Elvis se fue a vivir con la compositora Linda Thompson, su nueva novia, quien se convirtió en su pareja hasta 1976.

El último show de El Rey tuvo lugar el domingo 26 de junio de 1977 en el Marquet Square Arena de Indianápolis. El público, su público, deliró al verlo sobre el escenario. Su magia era imbatible a pesar de todo. Pero él tuvo que hacer un esfuerzo descomunal para poder terminar el show, que duró tres horas incluyendo la actuación del cómico Jackie Kahane pero en las que él cantó apenas unos 80 minutos. “Volveremos a vernos, Dios los bendiga, adiós”, dijo al retirarse de estadio. Su idea era recluirse en su mansión para preparar la siguiente gira. Pero nunca más se lo vio.

La salud de El Rey
La salud de El Rey se fue deteriorando en sus últimos años (Grosby)

52 días después, el 16 de agosto de ese mismo año, fue su joven novia Ginger Alden quien lo encontró muerto en el baño de Graceland, su casa, con un par de cajas de somníferos encima. Había sufrido un infarto. Y, con apenas 42 años de edad, el hombre detrás del ídolo se fue de este plano para darle comienzo al mito eterno. Ese que con sus pantalones ajustados, sus chaquetas bordadas con piedras, sus amplias patillas y sus movimientos de pelvis, sigue vivo para todos sus fanáticos.

Nacido el 8 de enero de 1935, la primera vez que Elvis había subido a un escenario para un concurso en el que quedó en quinto lugar, tenía apenas 10 años. Había cantado Old Shep subido a un banquito para poder alcanzar el micrófono. Después de eso le regalaron su primera guitarra. Y, cuando su familia se mudó a Memphis, Tennessee, empezó a soñar con su carrera artística, desafiando a las profesoras de música que le decían que no tenía ninguna condición para el canto. Hasta que, en 1953, invirtió sus ahorros para grabar un acetato en Sun Records con dos temas, My Happiness y That’s When Your Heartaches Begin. Y el resto es historia conocida.

Jailhouse Rock y Heartbreak Hotel lo convirtieron en un número uno. Sus caderas sin control obligaron a Ed Sullivan a pedirle a los directores de su show que solo lo enfocaran de la cintura para arriba por tratarse de un programa familiar y llevaron a que la diócesis católica lo señalara como “un peligro para la seguridad de los Estados Unidos” por despertar pasiones descontroladas en las adolescentes. Cambió tanto la manera de vestirse como la forma de hablar de los jóvenes de su época. Y, como si esto fuera poco, se consagró como una máquina de facturar. Desde entonces hasta el día de hoy, muchos quisieron ser Elvis. Y se dan el gusto de imitarlo, aunque sea, por un ratito.

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