Emilio Aragón Bermúdez tenía 83 años cuando, el 18 de noviembre de 2012, murió en la clínica madrileña Ruber Internacional, en su España natal, a raíz de una neumonía. Aunque nunca la había apartado de su corazón, llevaba años lejos de la vida circense. Se había desempeñado como compositor, escritor, actor, cómico, presentador, músico y guionista. Sin embargo, para el imaginario colectivo, seguía vistiendo el traje de Miliki, ese payaso que había logrado marcar a fuego a toda una generación de niños allá por la década del ‘70.
“Hay que hacer reír pase lo que pase”, solía decir. Había nacido el 4 de noviembre de 1929 en Carmona, Sevilla, en el seno de una renombrada familia que había estado ligada al circo durante siglos. Su madre, Rocío Bermúdez Contreras, era bailarina acróbata sobre caballo. Pero él, al igual que su padre, Emilio Aragón Foureaux, eligió ser clown. Y, el 24 de abril de 1939, con apenas 10 años de edad, se unió a sus hermanos Gabriel y Alfonso para formar el trío Gaby, Fofó y Emilín (que luego sería rebautizado como Miliki), con el que trabajó durante varias temporadas en el circo Price de Madrid.
No era una idea innovadora para los Aragón: el padre de los tres integrantes del grupo, conocido como el payaso Emig, también se había unido a dos de sus hermanos, José María y Teodoro (conocidos como Pompoff y Thedy), para conformar un grupo similar al que ellos estaban impulsando. Tampoco eran los únicos payasos de su camada: sus primos José Aragón Hipkins y Emilio Aragón Domínguez, ya se habían destacado en ese rubro con los nombres de Nabucodonosorcito y Zampabollos, respectivamente. Y eso sin hablar de su abuelo, Gabriel Aragón Gómez, conocido en el mundo como El Gran Pepino, por mencionar solo a algunos integrantes de la familia. Así que contaban con una carta de presentación importante en su país.
Pero la vida circense está marcada por los viajes. Y fue en una gira por Cuba, lugar en el que en 1949 debutaron en televisión, donde Emilio se enamoró de quien fuera su esposa, Rita Violeta Álvarez Fernández, con quien se casó en 1953 y tuvo a sus cuatro hijos: Rita Irasema, María Pilar, Emilio y María Amparo. Es verdad que, con el oficio que dominaban tanto sus hermanos como él, tenían trabajo asegurado en el sitio donde fueran. Pero, tras una estadía en Estados Unidos, Puerto Rico y Venezuela, en 1970 desembarcaron en la Argentina donde se convirtieron en un verdadero suceso.
Contratados por Canal 13, lograron captar al público infantil con un ciclo llamado El Zapato Roto, que al poco tiempo cambió su nombre para consagrarse como El show de Gaby, Fofó y Miliki. Simulando un circo real, los niños que tenían la suerte de presenciar el programa en vivo respondían a la clásica pregunta inicial: “¿Cómo están ustedes?”. Y cantaban temas tan inocentes como La gallina Turuleca, Hola Don Pepito, Hola Don José o Susanita tiene un ratón. A los tres integrantes originales, en tanto, se les sumó el hijo del segundo hermano, Alfonso Aragón Sac, quien encarnó al payaso Fofito.
Claro que, pese al furor que habían causado, tras más de dos décadas fuera de sus pagos el grupo no pudo rechazar una jugosa oferta de la Televisión Española para hacer El Gran Circo de TVE. Así que, en 1972, los payasos volvieron a su tierra donde el éxito los acompañó ininterrumpidamente hasta 1983. En el medio, rodaron dos películas: Había una vez un circo y Los padrinos. Y, tras el fallecimiento de Fofó en 1976, se vieron obligados a hacer un cambio incorporando al único hijo varón de Emilio, quien adoptó el nombre de Milikito.
“Queremos que estéis contentos todos los niños de España, así que vamos a comenzar el programa de hoy”. dijo Miliki al iniciar la emisión posterior a esa muerte que los afectó tanto a todos. Sin embargo, a partir de ese momento, nada volvió a ser lo mismo. Y después de una gira por el país, el grupo terminó por disolverse. Desde entonces, Emilio decidió abocarse a sus hijos y seguir su carrera desde otro lugar.
Se dedicó a la producción discográfica, lanzando al grupo Monano y su Banda. Y formó una dupla con su hija Rita, con quien grabó varios álbumes como La vuelta al mundo en 30 minutos de 1986, El flautista de Hamelín de 1988, Vamos a marcarnos una canción de 1991, ¡Superdiscoguay! de 1992 y ¿Estás contento? ¡Sí Señor! de 1994. También dirigió la película Yo quiero ser torero con el Dúo Sacapuntas, en 1987. Y publicó el libro infantil La familia de los Coches, en 1988.
Volvió a la televisión, siempre con su hija, para hacer La Merienda, que se emitió por Antena 3 entre 1990 y 1991, y Superguay, que salió por Telecinco entre 1991 y 1993. En 1996, en tanto, creó junto a Rita el espectáculo El circo del arte, con el que recorrió España hasta 1999, cuando se despidió definitivamente de los escenarios. Pero siguió desempeñándose en la producción musical junto al Grupo Trilocos, continuó su carrera como cantante y, en 2002, participó del cortometraje musical Había una vez.
Su último trabajo mediático fue una participación en la ópera prima de su hijo Emilio, Pájaros de papel, de 2010. Dos años después y a poco de haber publicado su libro Mientras duermen los murciélagos, murió rodeado por el amor de sus seres queridos. “Dedicó toda su vida a sus dos grandes pasiones, su trabajo y su familia. Y en ambas triunfó”, había expresado su famoso heredero al despedirlo.