“Estábamos en un acto en el Luna Park, una beneficencia para los afectados por el terremoto de San Juan. Ella quería que yo la subiese al escenario para recitar unas poesías, pero costaba encontrarle un hueco”, recordaba Roberto Galán. “Ella”, la mujer a la que se refería, no era otra más que Eva Duarte. ¿La fecha? 22 de enero de 1944. En ese momento, el país se encontraba afectado por la tragedia que había sacudido a esa provincia de la región de Cuyo, ocurrido el 15 de ese mes, que había dejado un saldo de más de diez mil muertos y una destrucción del 80 % en la infraestructura de la zona. Así que el conductor había sido convocado para llevar adelante el Festival de la Solidaridad que había ordenado llevar adelante Juan Domingo Perón, por entonces secretario de Trabajo y Previsión, y al que un grupo nutrido de artistas se había sumado con el fin de recaudar fondos para los afectados.
¿Cómo seguía la anécdota? “De repente, aparece el General. Y en un rapto de genialidad, se me ocurrió matar dos pájaros de un tiro y le propuse a Eva formar parte de un comité de recepción de Perón. Grande fue mi sorpresa al verlos al rato juntos, charlando animadamente. Cuando el tiempo me mostró cómo había terminado esa historia de amor, me sentí orgulloso de haber sido yo quien los puso frente a frente”, contaba Galán sin ocultar su satisfacción por haber sido, sin proponérselo, el celestino de una de las parejas más icónicas de la Argentina.
Claro que esa no fue la única vez que el conductor logró unir a dos almas solitarias. Muchos años más tarde, se puso al frente de un ciclo que marcó un hito en la televisión: Yo me quiero casar, ¿y Ud?. El ciclo debutó el 15 de noviembre de 1971 en el viejo Canal 11. Tres mujeres de un lado, tres varones del otro y una lista de preguntas que servían para que ellas y ellos se pudieran conocer. “¿Siempre solita?”, ¿Usted es propietario o inquilino?”, “¿Y usted que busca?”, “¿Ni un perrito para acariciar?”, “¿Qué lado de la cama le gusta ocupar?”..., eran algunas de los puntos sobre los que los participantes debían contestar.
El primer envío tuvo un rating inimaginable para los tiempos que corren: 52 puntos. Y el ciclo, que se mantuvo vigente hasta 1998, llegó a tener picos de 65 en sus inicios. ¡Una verdadera locura!. “¡Se ha formado una pareja!”, decía satisfecho Galán cuando, al finalizar el programa, dos de los participantes coincidían y se elegían mutuamente. Entonces pasaban al “living del amor”, donde se daban un primer beso vergonzoso. Y luego comenzaban una relación que, si llegaba al altar, les permitía obtener una vivienda propia.
Esa innovadora mezcla de reality y talk show, quedó ligado al tema Nuestra Luna Gris que, con la voz de Patricia Juan, rezaba: “Nací para ti, aquí me tienes, qué te hace feliz, dime qué quieres. Te esperé en soledad tanto tiempo, que me estás dando la vida si sientes tú, lo que yo siento”. Y, al día de hoy, cada vez que se escucha esa canción se recuerda a ese ciclo precursor de las actuales aplicaciones de citas. Pero también a su pintoresco conductor.
Sin embargo, ese no fue el único éxito de Galán. El actual Cantando o incluso el internacional La Voz encuentran un precedente en el Si lo sabe cante de Roberto, que con algunas intermitencias estuvo al aire entre 1968 y 1999. El ciclo, que también comenzó en el antiguo canal de la calle Pavón, en sus primeros años superaba los 30 puntos de rating. ¿Cómo? Recibiendo aficionados que sin ningún tipo de ensayo previo le anunciaban al conductor el tema que iban a interpretar para que la orquesta dirigida por Carlos Marzán los acompañara de oído. Pasaron por allí algunos talentos como Piero o María Graña, en el comienzo de sus carreras. Pero también hubo quienes quedaron inmortalizados por sus fallidas performances.
Dorita Delgado, Gladys Mancini, Jorgelina Aranda, Petty Castillo, Ángeles Cudos y Stella Maris Muñoz fueron algunas de las bellas secretarias que secundaban al conductor y animaban con su baile a los concursantes. “Si lo sabe cante, si lo sabe cante, si lo sabe cante, cante con Galán”, decía el tema principal del programa. Y los felices ganadores se llevaban premios como una cena o un pajarito enjaulado. Algo impensado para la competitiva televisión de hoy.
Nacido el 21 de febrero de 1917, según su propia versión, a los 17 años Roberto ya era un habitué del cabaret Marabú, donde logró hacerse amigo de varios artistas que lo ayudaron a comenzar su carrera como locutor en La hora ferroviaria, en Radio Porteña. Siguió trabajando en Radio El Mundo y en Radio Belgrano, donde fue jefe de locutores. Y en los años ´50 viajó a Francia y Brasil, donde se dedicó a cantar tangos. De hecho, ya de regreso en la Argentina, en 1960 grabó el tango María bajo el pseudónimo de Roberto Valdez. Pero a partir de 1963 comenzó a trabajar en televisión en el ciclo Remates musicales de Canal 9. Y, el resto, ya es historia conocida.
Se mantuvo activo hasta último momento. De hecho, había conducido su programa musical por la pantalla de América hasta el verano del 2000. Pero en septiembre de ese mismo año fue internado en la clínica Bazterrica, donde falleció después de dos meses, el 9 de noviembre, a raíz de un cáncer de próstata. El gran casamentero, que había pasado por el registro Civil una sola vez para contraer enlace con la cantante Inés Migues, madre de su única hija, Florencia, en su juventud había tenido una sonada historia con la actriz Olga Zubarry y terminó sus días junto a Alicia Paressi, quien fuera productora de sus programas. Y se fue seguro de haber cumplido, como él decía, una tarea social: “hacer feliz a la gente”.