Un puma fue hallado muerto anoche en la Ruta 11, en el tramo que conecta Cariló con Villa Gesell. Las autoridades confirmaron que el animal murió atropellado por un vehículo cuyo conductor no se detuvo en el lugar.
El felino fue encontrado a aproximadamente un kilómetro de la rotonda de ingreso a la ciudad geselina. Personal de la Dirección de Fauna y Flora de la provincia de Buenos Aires realizará una autopsia para confirmar detalles adicionales sobre su estado. Según las primeras informaciones, el ejemplar era un macho que medía 1,60 metro de cabeza a cola y 1,10 metro a la altura de las caderas.
En diálogo con Infobae, Alan Kaminski, especialista en etología y zoología de la Dirección de Zoonosis de Villa Gesell, confirmó tras visitar el lugar esta mañana que el animal fue atropellado y descartó cualquier herida por disparos.
El etólogo señaló que, aunque estos animales suelen permanecer en áreas de campo o médanos, ocasionalmente intentan cruzar rutas o acercarse a zonas urbanas debido a desorientación o amenazas. Como hipótesis sobre el puma hallado muerto, cree que podría haber estado siendo perseguido por cazadores, explorando el lugar o incluso asustado por la actividad humana en la zona.
El especialista destacó que la presencia de pumas en la región no debería causar sorpresa. De hecho, recordó otros casos recientes en la región, como el rescate de un ciervo axis en Pinamar y la presencia de otro puma en el acceso a Villa Gesell en octubre pasado.
“Los pumas están conviviendo con la fragmentación que se está haciendo. Cuando hablamos de fragmentación nos referimos al desarrollo inmobiliario y agrario, que ocupa cada vez más nichos ecológicos donde esta especie se mueve”, explicó, y agregó que estos cambios han obligado a los felinos a desplazarse en busca de alimento (en la zona habitan especies como carpinchos, coipos y vizcachas, que forman parte de la dieta del puma) o seguridad, exponiéndolos a riesgos como atropellamientos, caza y persecuciones.
En este contexto, Kaminski también advirtió sobre el impacto que tendrá la conversión de la Ruta 11 en una autovía en el tramo entre Villa Gesell y Mar Chiquita, que incrementará el tráfico y, con ello, los riesgos para la fauna silvestre. “Esto va a generar un aumento en los atropellos”, afirmó.
El caso del puma atropellado trae a la memoria lo sucedido en julio de 2022, cuando un ejemplar de esta especie deambuló por el centro de Villa Gesell, causando alarma en la comunidad. Durante dos días, las actividades escolares fueron suspendidas y se pidió a los vecinos no salir de sus hogares.
En aquella ocasión, distintos videos registraron al felino en calles céntricas y en la playa, lo que llevó al municipio a iniciar un operativo de emergencia junto a personal policial y especialistas en fauna.
Aunque inicialmente se pensó que eran varios ejemplares, se determinó que se trataba de un solo puma desorientado que regresó por sus propios medios a su hábitat natural. Las imágenes captadas por cámaras de seguridad mostraron al felino alejándose hacia una zona abierta y hacia áreas de humedales entre Villa Gesell y Mar Azul. En la búsqueda también se encontraron sus huellas.
En cuanto a cómo actuar en un encuentro con un puma, Kaminski remarcó que es fundamental mantener la calma, observar los movimientos del animal, agrandarse levantando los brazos y retroceder sin darle la espalda. Como experto en el comportamiento de animales, además sugirió hacer ruido solo si el animal muestra intención de acercarse, pero destacó que estos casos son excepcionales.
“Si me lo encuentro, no debo correr, no le doy la espalda y mantengo el contacto visual. Si estoy con niños, los tomo en brazos; si estoy con perros, les pongo la correa. Sin darle la espalda, retrocedo lentamente. Ahora bien, si el ejemplar comienza a acercarse con intenciones de contacto, ya sea para atacarme o por otra razón, debo empezar a gritar y mover los brazos para aparentar mayor tamaño. En un escenario extremo, donde el animal muestra signos de ataque inminente, es necesario defenderse, incluso lanzando piedras si fuera preciso”, recomendó.
Sin embargo, estas situaciones son muy raras, según indicó. “No existen estadísticas oficiales, pero en 100 años solo se registraron dos ataques de pumas a personas. El puma tiene una mala fama; en realidad, es mucho más acosado por los humanos que lo que ellos nos acosan a nosotros”, concluyó Kaminski.
Fotos: Pablo Kauffer