Ganó 100 mil dólares en un concurso de alojamientos excéntricos y creó su proyecto en la Patagonia: la curiosa “habitación huevo”

El Huevo de Dragón está ubicado en Trevelin, Chubut. Revestido íntegramente de chapas onduladas de hierro galvanizado, resulta hipnótico no solo para sus huéspedes sino también para los viajeros curiosos que se acercan a fotografiarlo

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Uno de los 100 alojamientos más excéntricos del mundo está en Trevelin, Chubut, Argentina

Viajar no es solo una oportunidad para descubrir nuevos destinos, sino también para vivir experiencias inolvidables. Hoy, los rubros del turismo y la hotelería se encuentran en permanente cambio buscando alternativas capaces de ofrecer originales propuestas pensadas para deslumbrar con sus excentricidades.

De hecho, distintos ranking internacionales promocionan los hospedajes que se destacan por sus insólitas propuestas. En ese rubro aparecen desde alojamientos sumergidos a 30 metros en el Oceáno Pacífico, en Tanzania, hasta hoteles cápsula transparentes colgados a 300 metros de altura con vista a la Cordillera de Los Andes, en Perú. Todo vale a la hora de planificar unas vacaciones originales y extraordinarias.

Pero lo más sorprendente es que Argentina también se encuentra entre esos países por una alocada propuesta. Se trata del “Huevo de Dragón”, un hospedaje recientemente inaugurado en la Patagonia y diseñado por el arquitecto argentino Martín de Estrada.

Ubicado en Trevelin, provincia de Chubut, cuenta con una estructura autoportante de madera, barro y metal, que está montada sobre columnas metálicas. El alojamiento de 22 m², que fue pensado para albergar a dos personas, se encuentra sobre un terreno de 6.000 m² en un entorno semi rural, con vistas a las montañas y una micro piscina al aire libre.

El Huevo de Dragón está
El Huevo de Dragón está revestido íntegramente de chapas onduladas de hierro galvanizado. Fuera del “huevo”, una plataforma de hormigón con un fogón central crea un punto de encuentro al aire libre (Fotos: gentileza @elhuevodedragon)

Desde su apertura, en marzo de 2024, el Huevo de Dragón atrajo no solo a turistas de lugares lejanos, como Canadá o Croacia, sino también a visitantes curiosos que se acercan para sacarse fotos como si fuese una atracción propia de la zona.

“Al principio era surrealista. Gente de todo el mundo llegaba para admirarlo, y yo no entendía cómo se enteraban”, admitió sorprendido el arquitecto De Estrada a Infobae. En poco tiempo, el “huevo” no solo generó ingresos como alojamiento turístico, sino que se transformó en un símbolo de la región, “un espacio que conectaba arquitectura, arte y mitología”.

El concurso que le cambió la vida

Los USD 100.000 que necesitaba para poner en marcha ese emprendimiento los consiguió tras ganar en 2022 un concurso llamado OMG Fund, de la plataforma Airbnb, que buscaba fomentar la construcción de 100 diseños únicos a nivel mundial, que combinaran simbolismos culturales y naturales con una innovadora estructura.

El alojamiento tiene 22 m²
El alojamiento tiene 22 m² y fue ideado para hospedar a dos personas

Cuando el arquitecto Martín de Estrada se enteró de la propuesta, no dudó. “Ya tenía en mente un proyecto bastante particular, pero que estaba destinado a funcionar como mi estudio, mi atelier, mi refugio”, contó.

Lo había diseñado pensando como un espacio íntimo para crear, lejos del mundo. Pero el concurso me obligó a reimaginarlo como un alojamiento turístico, una experiencia habitable que encajara en la tendencia post pandemia de buscar hospedajes únicos y conceptuales”, especificó.

El proyecto avanzó como si estuviera destinado a ganar el concurso. “Fue todo rápido porque ya tenía todo listo en mi cabeza. Los planos, los materiales, incluso las simbologías estaban definidas”, explicó. La construcción se completó en menos de un año, gracias a un equipo calificado y un sistema innovador que combinó tecnología y tradición: una estructura de chapas, costillas de madera cortadas por computadora, revestimientos de barro y una capa térmica de celulosa.

Cuando el Huevo de Dragón abrió sus puertas, se convirtió en un fenómeno. Martín encontró en el proyecto más que una obra arquitectónica. “Fue un símbolo de mi propia reconstrucción. Muchos huéspedes me dicen que el lugar los calma, que se sienten en paz. Eso me llena, porque era exactamente lo que necesitaba cuando lo diseñé”, confesó.

El creador de este alojamiento
El creador de este alojamiento excéntrico es el arquitecto Martín de Estrada, quien está al frente del estudio @atelier.de.estrada

Para De Estrada, ese proyecto representaba su propio renacimiento, en un momento en el que su vida estaba hecha pedazos y parecía que estaba metido dentro de un huevo para protegerse. Había disuelto su sociedad con un amigo cercano y estaba en plena crisis personal.

En búsqueda de un cambio, se mudó en 2020 desde Esquel, donde vivía desde hacía 9 años, a Trevelin y lo agarró la pandemia “Era como juntar todas las piezas rotas de lo que yo había sido y crear algo nuevo”, recordó.

El huevo no surgió de la nada. Su estructura, con una cáscara de chapa y un núcleo de madera, es un homenaje al trabajo al escultor local Tomás Schinelli Casares, que hace dragones con materiales similares y los exhibe en la vía pública. Pero más allá de lo técnico, De Estrada le imprimió una intención profunda. “El dragón, símbolo de transformación en la mitología galesa y del poder escorpiano que yo sentía como propio, fue el emblema de mi diseño”, admitió.

El terreno donde se erige el “huevo” también tiene su propia historia. El arquitecto y su pareja lo habían comprado tiempo atrás con la idea de construir una casa. Sin embargo, la vida los llevó por otro camino. Durante la pandemia, en uno de los momentos más difíciles, pensaron en venderlo, pero algo los detuvo. “Mi mujer me decía ‘aguantemos, algo bueno va a salir de esto’, finalmente salió”, aseguró.

El arquitecto De Estrada se
El arquitecto De Estrada se crio en el barrio porteño de Palermo y egresó de la UBA. Se mudó a la Patagonia porque la familia de su mujer reside en Esquel

“Esto me cambió todo. Me dio una nueva visión de mi trabajo, me conectó con mi lado artístico y, sobre todo, me mostró que apostar por lo que uno siente siempre vale la pena”, enfatizó.

El Huevo de Dragón por dentro

Entrar al “huevo” es como sumergirse en otro mundo. Desde afuera, su estructura curva y metálica refleja la luz patagónica, pero por dentro, los 2 metros cuadrados, se convierten en un espacio que parece desafiar las leyes de la física. “Es como un milagro espacial”, dijo De Estrada.

Al cruzar la puerta, una plataforma de madera conecta el interior con la naturaleza circundante. El ambiente está diseñado como un monoambiente compacto pero sorprendentemente funcional, donde su forma ovoide crea una sensación de amplitud inesperada. “Cuando entrás, te da como algo, porque parece enorme, aunque sea tan pequeño”, explicó el arquitecto.

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Hospedarse en el Huevo del Dragón cuesta USD 110 la noche

El piso de madera combina calidez y minimalismo, mientras que las paredes interiores están revestidas con barro y cal, aportando una textura orgánica que contrasta con la chapa exterior. La distribución es sencilla pero cuidada: una pequeña cocina equipada con lo esencial, una mesa con dos sillas para comidas íntimas, y un rincón para descansar con vistas al exterior.

Las ventanas, seis pequeñas aberturas estratégicamente ubicadas al norte y al sur, permiten la entrada de luz natural sin invadir la privacidad ni alterar la temperatura interna. “En un día nublado, igual hay muchísima luz. Por eso decidí eliminar la claraboya del techo que tenía en los planos originales”, contó.

El baño es el único espacio separado, con ducha, inodoro y revestimientos que mantienen el estilo rústico pero funcional. Aunque pequeño, está diseñado para la comodidad de los huéspedes que suelen quedarse tres o cuatro días, en un ambiente pensado para el descanso.

El diseño del huevo es
El diseño del huevo es minimalista. Su piso es de madera y sus paredes interiores están revestidas con barro y cal

Cada detalle responde a un equilibrio entre diseño y sostenibilidad. Los materiales como la celulosa térmica y las costillas de madera cortadas por computadora no sólo cumplen funciones estéticas, sino que también aseguran aislamiento por las bajas temperaturas y eficiencia.

El diseño no se limita al interior. Fuera del “huevo”, una plataforma de hormigón con un fogón central crea un punto de encuentro al aire libre, mientras un pequeño sendero lleva a una piscina japonesa escondida entre la vegetación del predio. “Ese circuito natural refuerza la experiencia de conexión con el entorno, mientras que la iluminación suave del alojamiento por la noche crea una atmósfera casi mágica. Es un espacio para desconectar y bajar diez cambios”, aseguró su creador.

El jacuzzi está ubicado afuera,
El jacuzzi está ubicado afuera, sobre un deck de madera, a uno pocos metros del alojamiento

Hoy, Martín de Estrada no solo es reconocido como arquitecto, sino como creador de un espacio único que une lo simbólico con lo funcional. Su abuelo, también arquitecto y diseñador del Centro Cívico de Bariloche, podría estar orgulloso. Pero para Martín, el mayor logro no es el reconocimiento, sino el renacimiento personal que el “huevo” le permitió y hoy todo el mundo puede disfrutar gracias a la posibilidad que le dio el concurso.

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