La historia del bebé de ocho meses que nació con 850 gramos de peso y necesitaba un respirador para ir por primera vez a su casa

Cristiano, que estuvo internado desde que nació debido a una displasia pulmonar, dejó el hospital Garrahan este fin de semana, luego de que su familia recibiera el instrumento gracias a la solidaridad de los lectores de Infobae. La emoción de sus abuelos y hermanos al conocerlo

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Cristiano es dado de alta y conoce a sus abuelos

Tobías y Juanfer estaban con los ojos llenos de lágrimas. Esperaron más de siete meses para poder conocer a Cristiano, su hermanito. Deseaban en silencio acariciar sus manos y dejarlo que les apretara los dedos. Carla Giani, la mamá, y Javier Traverso, el papá, no pudieron contener las lágrimas por estar, por fin, otra vez en casa y junto a sus tres hijos. La misma emoción vivieron los abuelos de los chicos. Carlos por fin pudo alzar a su nieto por primera vez y se quebró al ver la felicidad de Liliana, su esposa, mientras cargaba en brazos al niño. La mujer lucha contra un cáncer y saber que el pequeño seguía internado la devastó. Pero ahora, se recupera para poder cuidarlo.

Cristiano presentó problemas en la semana 28 de gestación y debió nacer de urgencia: la mamá tenía fecha de parto para el 17 de mayo, pero nació el 23 de febrero. “Me hicieron una cesárea de urgencia porque en uno de los controles que me hice en el Hospital Evita, de Lanús, se dieron cuenta de que tenía la presión alta. Eso no me había pasado durante todo el embarazo de Cristiano ni en los anteriores. Con un eco doppler vieron que el cordón umbilical se estaba taponando, él no tenía oxígeno y no se estaba alimentando”, le contó la mujer a Infobae cuando se animó a pedir ayuda para su pequeño que desde que nació, con 850 gramos, permaneció internado hasta casi su octavo mes de vida.

Cristiano durante los días de
Cristiano durante los días de internación en el Hospital Garrahan

Las complicaciones en la salud del niño arrojaron un diagnóstico médico alarmante: tenía displasia pulmonar grave. Debió ser traqueostomizado y desde entonces requirió oxígeno suplementario todo el día y ventilación invasiva durante las horas de sueño. Necesitaba de un BiPap Stellar 150, valuado en ocho millones de pesos (el precio de uno usado era de $3.500.000) además de un humificador y un oxímetro de banco (cotizados ambos en $400 mil) para poder dado de alta. El elevado costo de los aparatos que necesitaba Cristiano fue imposible para la familia que, desesperada, acudió en pedido de socorro.

Gracias la colaboración de cientos de personas que se emocionaron al conocer en Infobae la historia de Cristiano, todo lo que necesitaba pudo ser comprado: el pequeño recibió el respirador BiPap de la mano de la filántropa Analía Colazo, que encabezó la campaña en busca de donaciones mediante la Fundación Ferrocarriles Nordeste Argentinos, que preside. Además, el dinero recaudado alcanzó para comprar los demás elementos que el bebé necesitaba y también para ayudar a Oriana, una nena que precisaba el mismo tipo de respirador para ser dada de alta.

Gracias a todas las personas que colaboraron porque hoy puedo estar en casa con mis hijos. Cuando se publicó la nota viví unos días de mucha angustia porque pensé que no iba a poder juntar todo el dinero. Pensé que no lo íbamos a lograr porque era mucho el dinero por juntar, pero sucedió”, dice emocionada Carla.

Carla y Cristiano al momento
Carla y Cristiano al momento de dejar la internación

La nueva vida de Cristiano

“Ahora mis tres hijos están juntos y en casa”, cuenta la feliz madre y suspira. Carla deja que todas las emociones acumuladas durante casi ocho meses se vayan cuando exhala todo el aire y las preocupaciones contenidas. Deja que su cuerpo descanse lo necesario para poder abrazar a su familia completa y de ese modo comenzar más tranquila una nueva etapa al lado de su bebé.

Cristiano está feliz. Está todo el tiempo riéndose. Pensé que le iba a costar adaptarse a la casa, por los ruidos que hay, pero no. Se está adaptando muy bien”, dice. Desde el pasado fin de semana, Cristiano vive en su casa con sus hermanos.

El sueño que pocas veces se animó a soñar esta madre ya es realidad. Por eso, ahora pide solo agradecer ante tanta ayuda recibida. “A la primera persona que le quiero agradecer es a Analía Colazo, que llegó como un ángel. Ella se cargó en sus hombros la campaña para recaudar el dinero y movió cielo y tierra para que estemos en casa todos juntos. Estas fueron las primeras noches que dormí con mi hijo al lado y es gracias a ella. Gracias a Infobae por dar a conocer su historia y gracias toda la gente que nos ayudó porque esto no hubiera podido lograrse sin ustedes”, reconoce. Casi quebrada, cuenta: “Yo tuve que dejar de trabajar para poder cuidar a Cristiano durante su internación y mi marido es el único que trabaja, pero el dinero no era suficiente como para costear los elementos que había que comprar para que nuestro hijo recibiera el alta médica”.

Carla y Cristiano al momento
Carla y Cristiano al momento de recibir el alta en el Hospital Garrahan junto a Analía Colazo

Algo risueña, cuenta que hubo momentos en que Juanfer, el hermanito de 4 años, se mostró un poco celoso ante la llegada de Cristiano, pero desde hace unos días no se separa de su lado. Y Tobías, el mayor, ayuda a cuidarlo. “Llega de la escuela y va a ver al hermano. Quiere estar con él todo el tiempo”, asegura la orgullosa mamá.

Quien también desbordó de emoción al conocer a su nieto fue la abuela materna. “Mi mamá, Liliana, lloró mucho al verlo por primera vez. Aunque yo le hacía videollamadas, quería conocerlo, alzarlo. Ella tiene cáncer y desde que pasó todo esto con Cristiano le avanzó mucho porque estaba muy preocupada. Sé que ella necesitaba poder respirar tranquila al saber que su nieto ya estaba en su casa. Así que la felicidad de verla contenta tampoco tiene precio porque estaba muy desganada. En cambio, ahora la noto muy animada. Ya vino a verlo porque al nene todavía no lo saco de casa”, revela.

El 27 de noviembre, Cristiano volverá al control médico en el Hospital Garrahan. “Lo verá la neumóloga ese día y el 20 de diciembre lo verá el equipo de displasia broncopulmonar. Será una consulta con todos los especialistas que lo estuvieron tratando este tiempo, así no tengo que volver a llevarlo”, detalla.

La mujer cuenta que también inició los trámites ante la empresa Edesur para que reconozcan al niño como electrodependiente. “Esperamos que eso se pueda agilizar también porque hasta que lo hagan, como Cristiano tiene que estar conectado sabemos que va a aumentar el gasto de electricidad por el consumo de todos los aparatos, pero bueno. Rogamos que eso también pueda resolverse rápido”, expresa.

Analía, Carla y Javier junto
Analía, Carla y Javier junto a una de las médicas que trató todo este tiempo a Cristiano

La campaña

Analía Colazo es filántropa, y desde su fundación llevó adelante la campaña para juntar el dinero y poder comprar el respirador BiPap que el bebé necesitaba para poder ser dado de alta y llegar, por primera vez, a su casa.

“Fue una campaña, como siempre digo, maravillosa porque en medio de la angustia que se genera por la espera de la llegada de los equipos y por lo que va a pasar, en esos días, asoma también un poco la desesperanza. Pero, como en otras oportunidades, muchísima gente se comunicó y se logró, una vez más, el objetivo”, asegura la mujer que no dejó de agradecer a los que lo hicieron posible.

“Agradezco a toda la gente que colabora siempre, la que me sigue a través de X, que difunde y comparte. Infaltablemente, agradezco a este medio, Infobae, que con su veracidad y humanidad siempre hace posible que la gente conozca casos como el de Cristiano, que pueda colaborar y cambiar vidas porque este bebé pasó de estar siete meses en un hospital a poder reencontrarse con su abuela, que apenas lo vio cuando nació, porque estuvo con un tratamiento oncológico y no pudo acercarse y visitarlo. Cristiano pudo conocer a sus hermanitos y eso no tiene precio. No hay palabras que puedan explicar toda la emoción que se siente al llegar al hospital, atravesar la puerta y que los padres te vean llegar con los equipos que saben que son para cambiarle la vida a su hijo”, dice, conmovida.

Con el dinero recaudado en
Con el dinero recaudado en la campaña de Cristiano también se pudo ayudar a Oriana, una nena que también había pasado meses internada y necesitaba de una BiPap

Para Colazo, la alegría siempre se multiplica porque cuando uno de los casos que toman difusión masiva lograr superar el dinero a recaudar, siempre hay otros esperando también tener sus posibilidades. En este caso, por medio de la mamá de Cristiano supo de la historia de otra beba que necesitaba el mismo respirador.

“La solidaridad siempre prima entre la gente que está en un hospital porque sabe lo que es pasar el día a día allí. Así fue que Carla me habló de otra pequeñita que también estaba internada desde hacía muchos meses y también pudimos ayudarla y entregarle un BiPap. Además, para ella hubo una colecta posterior y se le compraron elementos como un oxímetro de banco y una mascarilla especial que necesitaba por la forma de su carita, que requiere aún de una cirugía. Así que el mismo día ambos se fueron a sus casas”, cuenta.

Sin más palabras que “gracias”, Colazo finaliza con una reflexión: “Nosotros, los seres humanos, desde la solidaridad, tenemos la posibilidad de ser luz para las personas que viven momentos en los que sienten que están en la oscuridad. Gracias a tantísima gente que colaboró hoy Cristiano está en su casa”.

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