Murió un hombre por hantavirus en Salta y ya son cuatro los fallecidos por la infección

Se trata de un residente de la localidad de Tartagal, de 66 años. Así, la provincia supera el número de fallecimientos registrados el año anterior

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El hombre fue derivado al hospital Presidente Juan Domingo Perón desde una clínica privada
El hombre fue derivado al hospital Presidente Juan Domingo Perón desde una clínica privada

Las alarmas epidemiológicas comenzaron a encenderse en la provincia de Salta, cuando se confirmó una nueva muerte por hantavirus. Así, el número de personas fallecidas superó la marca de 2023.

El último fallecimiento registrado por la enfermedad en la provincia es el de un hombre de 66 años, residente de Tartagal. En un primer momento, recibió atención médica en una clínica privada, pero luego fue trasladado al hospital Presidente Juan Domingo Perón, donde finalmente murió.

De acuerdo con la información a la que pudo acceder el medio local El Tribuno, el Ministerio de Salud Pública confirmó el viernes que el hombre murió debido a una infección por hantavirus.

De esta manera, la provincia acumula ya cuatro muertes. Al caso de Tartagal, se suman los fallecimientos reportados en los departamentos de Anta, Viña y en Orán. En consecuencia, la cifra de fallecidos por esta enfermedad supera el número alcanzado el año anterior, cuando se informaron 3 muertes.

En total, en lo que va del año, se reportaron 15 infecciones por hantavirus, en los departamentos de Anta, Salta Capital, San Martín, La Viña y Orán.

La enfermedad por hantavirus es una zoonosis emergente causada por virus de ARN de la familia Bunyaviridae. Estos virus son transmitidos a los humanos por roedores silvestres, que actúan como reservorios naturales de la infección. Los roedores infectados, aunque no presentan síntomas, mantienen una viremia persistente y eliminan el virus mediante la orina, saliva y heces.

La enfermedad es transmitida por los roedores
La enfermedad es transmitida por los roedores

La enfermedad se transmite principalmente a los humanos por inhalación de aerosoles que contienen partículas virales de los roedores infectados. También pueden contagiarse a través del contacto de secreciones o excrementos de estos animales con las mucosas conjuntival, nasal o bucal, o mediante una mordedura del roedor portador.

El riesgo de contagio aumenta al ingresar en el hábitat de los roedores en zonas suburbanas y rurales, especialmente en áreas peri-domiciliarias y durante actividades recreativas o laborales. Existen además casos de transmisión entre personas. Por este motivo, las secreciones y otros fluidos humanos deben manejarse con precaución, al considerarse potencialmente peligrosos.

Los síntomas iniciales se asemejan a los de una gripe: fiebre de 38 °C, dolores musculares, escalofríos, cefalea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea, sin afectar las vías respiratorias superiores. Sin embargo, este cuadro inicial es seguido de un comienzo repentino de dificultad respiratoria e hipotensión.

En cuanto al diagnóstico y tratamiento, aunque no existe cura, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) destaca que una identificación temprana y atención médica oportuna pueden mejorar el pronóstico clínico. En las etapas iniciales, se recomienda el uso de antipiréticos y analgésicos cuando sea necesario. En ciertos casos, se administran antibióticos de amplio espectro mientras se confirma el agente etiológico.

La OPS añade que, debido a la rápida progresión del Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH), el enfoque terapéutico debe centrarse en la monitorización hemodinámica, el manejo adecuado de fluidos y el soporte ventilatorio. Los casos graves requieren traslado inmediato a unidades de cuidados intensivos (UCI).

El Ministerio de Salud de la Nación recomienda varias medidas para prevenir el contagio de hantavirus:

  • Evitar la convivencia con roedores y el contacto con sus secreciones.
  • Impedir el ingreso de roedores a las viviendas y evitar que construyan nidos dentro de ellas.
  • Sellar orificios en puertas, paredes y cañerías.
  • Limpiar pisos, paredes, puertas, mesas, cajones y alacenas usando una solución de una parte de hipoclorito de sodio y nueve de agua; dejar actuar 30 minutos y luego enjuagar. Humedecer el piso antes de barrer para evitar que el polvo se disperse.
  • Mantener huertas y leña elevadas a 30 cm del suelo y a más de 30 metros de las viviendas. Además, cortar pasto y malezas en un radio de 30 metros alrededor del domicilio.
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