En la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez, un incendio afectó a un salón de la Escuela Primaria Nro 1271 Alicia Moreau, lo que generó preocupación entre docentes y directivos por el estado de la infraestructura escolar.
Según se informó, el fuego se desató minutos antes del mediodía de este jueves, mientras los alumnos se encontraban fuera del aula debido a una reunión plenaria de docentes y este incidente se suma a un antecedente ocurrido hace un año, cuando parte del techo del mismo salón se desplomó.
El director de la institución confirmó que las clases están suspendidas hasta que el Ministerio de Educación brinde una solución que garantice la seguridad de los estudiantes y el personal docente.
Según informó el portal Rosario3, la infraestructura de la escuela, construida en 1982, presenta serios deterioros, con techos en mal estado, lo que ha llevado a los docentes a expresar su preocupación por la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades educativas.
Los docentes señalaron que algunos grados están “fusionados”, lo que obliga a los maestros a realizar esfuerzos adicionales para impartir clases en condiciones adecuadas.
Una de las maestras, que también es bombera, intervino para controlar el fuego, lo que evitó que el incidente tuviera consecuencias mayores. Sin embargo, la comunidad educativa insiste en que la situación es insostenible y requiere una intervención urgente.
El estado precario de las instalaciones fue un tema recurrente de queja entre los docentes, quienes mencionaron que, tras el colapso del techo el año pasado, se realizaron reparaciones temporales e inadecuadas, como el uso de precintos para arreglar los cables. Esta situación llevó a los docentes a denunciar una “ausencia del Estado” y una “falta de gestión” que pone en riesgo la seguridad de todos en la escuela.
Y un año atrás, esta vez en el corazón de Rosario también en la provincia de Santa Fe, un incidente similar sacudió el Complejo Educativo Gurruchaga cuando una sección de su techo colapsó, enviando ondas de preocupación a través de la comunidad educativa local.
Las intensas lluvias de los días anteriores desencadenaron el desplome del techo, ya que una canaleta no pudo soportar el peso del agua acumulada, resultando en el derrumbe de cuatro aulas mientras los estudiantes estaban en clase. Afortunadamente, más de un centenar de alumnos fueron evacuados sin sufrir daños personales, ya que los padres respondieron rápidamente a la situación de emergencia.
Pablo Coppa, vicedirector de la institución, fue claro al explicar que se tomaron medidas inmediatas para mitigar cualquier peligro adicional. Después del colapso, se desconectó la electricidad en el área afectada, asegurando la seguridad de los estudiantes y el personal presente.
El directivo habló con los medios locales y enfatizó la naturaleza inesperada y violenta del fenómeno climático que llevó al incidente. “Hay que estar atentos a estas cosas”, dijo, subrayando la necesidad de estar preparados para eventos climáticos imprevisibles.
El incidente suscitó preguntas sobre la infraestructura del edificio, un monumento de más de 100 años de antigüedad y sobre ello, Coppa anunció planes para solicitar al Fondo de Asistencia Educativa que realice mejoras significativas en la impermeabilización del edificio para evitar problemas similares en el futuro. Esta medida proactiva busca no solo abordar el incidente actual, sino también prevenir futuros percances relacionados con las condiciones climáticas extremas.
Este incidente en el Complejo Educativo Gurruchaga de Rosario, que resultó en el desplome de parte de su techo debido a las intensas lluvias, vuelve a poner de manifiesto una preocupante tendencia que se está volviendo demasiado común y este tipo de eventos no son aislados; a menudo, las instituciones educativas se ven afectadas por problemas estructurales graves, poniendo en peligro la seguridad de los estudiantes.