En la provincia de La Pampa la inclusión de los niños con discapacidades pasa por sumarlos a todos a la escuela común. Infobae se hizo eco de las críticas de padres y docentes al cierre de las escuelas especiales en un informe para el cual se requirió la opinión de la Dirección de Transversalidad de la Educación Inclusiva, área del gobierno provincial responsable de la aplicación de este sistema. Las respuestas, por escrito, llegaron después de la publicación de la nota, de modo que se reproducen a continuación.
— ¿Desde cuándo rige este nuevo sistema y cuáles han sido los resultados?
— La transformación en el sistema educativo pampeano data del comienzo del año 2004 con la creación de la Dirección de Educación Inclusiva, definiendo políticas desde la Perspectiva de Derechos Humanos y desde el Paradigma de la Educación Inclusiva, con una fuerte impronta de trabajo a partir del año 2017, en el que se producen normativas y se generan importantes transformaciones. Los resultados se pueden ver de manera tangible. Tal como lo explicitan tratados y convenciones internacionales, los y las estudiantes asisten todos a las mismas escuelas en función de garantizar educación sin discriminación. Para acompañar la transformación, el sistema educativo pampeano, ha invertido desde esa fecha en la creación de cargos, en la infraestructura que permite tener escuelas accesibles, en transporte para llevar a los y las estudiantes a las escuelas; en formación docente continua, entre otros puntos importantes.
— ¿Cuándo y cómo han evaluado el sistema? ¿Y cuándo lo volverán a evaluar?
— El Ministerio de Educación tiene sistemas de evaluación y autoevaluación que se aplican de manera constante. También la transformación fue evaluada por EUROSOCIAL, un programa de cooperación regional de la Unión Europea con América Latina para la promoción de la cohesión social, que inició su investigación en el 2020 y culminó en 2022 con un trabajo presencial de una semana en las Escuelas pampeanas. El mismo implicó la recolección de datos a través de entrevistas a familias, estudiantes, docentes, directivos, asociaciones de familias, funcionarios y sindicatos. En el presente año, se recibió presencialmente a una comitiva de expertos de Reino Unido, Perú, España y Uruguay, quienes desarrollaron un informe que detalla 7 “lecciones claves” del sistema educativo pampeano que pueden ser replicables en otros lugares. Dicho informe evidencia la transformación radical en un sistema educativo plenamente inclusivo.
— ¿Cómo han recibido los docentes este nuevo sistema?
— Como toda transformación, inicialmente existieron sectores con mayor resistencia y otros que se sumaron rápidamente entendiendo que todo lo que se proponía era en clave de derechos humanos y otros que ofrecieron resistencia. Hoy por hoy se evalúa, aún con la necesidad de seguir mejorando y transformando, que el cambio ha sido en la escuela, pero se ha vuelto cultural. En La Pampa es cada día más claro que la inclusión se encuentra en los clubes, en los barrios, en el ámbito laboral, entre otros. Se abre la escuela y con ella la comunidad en general.
— ¿Estaban preparados los maestros de la escuela común para recibir niños con diferentes discapacidades?
— Desde la provincia de La Pampa, se invierte para tener docentes formados. A la fecha, contamos con 1000 docentes y profesionales de Equipos de Apoyo a la Inclusión que se encuentran en procesos de formación docente continua con procesos intensivos. Desde el momento en que comenzó la transformación y aún antes, La Pampa siempre invirtió en sus docentes. En la provincia estamos convencidos que la preparación debe ir de la mano de la disponibilidad, esta última siempre en clave de derechos humanos.
— ¿Pueden todos los niños con discapacidades integrarse a la escuela común? Es decir, una cosa es una discapacidad motriz que no afecta el intelecto y otra un retraso mental que dificulta o impide seguir la currícula general.
— Todos y todas deben estar en las mismas escuelas, esa es la premisa, no es un invento pampeano, es lo que dicen convenciones y normativas, es cumplimiento legislativo. En algún momento las mujeres o las personas negras no iban a la escuela o iban a otras escuelas, hoy se debe llegar a que los y las estudiantes con discapacidad estén en las mismas escuelas. De hecho en La Pampa sucede. No hablamos de integración, sino de inclusión y en ese punto, tenemos como herramienta lo que surge del Consejo Federal de Educación como Resolución en el año 2016, el PPI, que es el Proyecto Pedagógico Individual para la Inclusión y permite armar para cada estudiante con discapacidad un proyecto con objetivos, selección de saberes y capacidades, propuesta de apoyos específicos, generación de ajustes razonables, forma de evaluación, identificación de barreras, entre otras que permite a cada estudiante llevar a cabo una trayectoria de aprendizaje y participación en la escuela.
— ¿Reciben estos alumnos en la escuela común toda la atención necesaria para su condición especial?
— En las escuelas, trabajando en corresponsabilidad con cada nivel, están los Equipos de apoyo a la Inclusión, conformados por Docentes de Apoyo a la Inclusión y profesionales (fonoaudiólogos, psicopedagogos; psicólogos; trabajadores sociales; entre otros). Sumado a esto, las Escuelas de Apoyo a la Inclusión (edificios de las ex Escuelas Especiales) continúan con sus puertas abiertas con ampliación del tiempo escolar para quienes lo necesitan, con propuestas para acompañar en las tareas, brindar lengua de señas, sistema Braille, tiflotecnología, estimulación temprana, trabajo con el cuerpo en el agua, entre algunas de las que se ofrecen, en función de ofrecer especificidad, siempre relacionada con lo escolar y no desde lo terapéutico.
— ¿Un niño con discapacidades no está en desventaja respecto a los demás en la escuela común?
— Los y las estudiantes con discapacidad deben estar en la escuela porque es un derecho y, lejos de estar en desventaja, se los posiciona desde un lugar de equidad. Se vuelve a especificar que los y las estudiantes con discapacidad que lo necesitan tienen su proyecto, tienen un “traje a medida”, que les permite avanzar en función de una propuesta pensada por profesionales y familias de acuerdo a sus potencialidades y necesidades.
— Hay padres que reclaman la reapertura de las escuelas especiales, ¿qué respuesta les han dado? ¿Por qué es obligatorio? ¿No podían convivir los dos sistemas y que cada familia opte por lo que le resulte mejor?
— Los dos sistemas no pueden convivir por una cuestión de comprender lo que las normativas internacionales plantean con respecto a sistemas educativos que nucleen a todos y todas, en las mismas escuelas. Eso en La Pampa no se discute. El proceso de transformación que comienza en el 2004, tomó como base las necesidades de las familias y todos los días se trabaja con ellas para diagramar juntos las mejores propuestas, que se ajusten a las necesidades de cada estudiante. De esa misma manera, se trabajó con las 5 familias que solicitaron la reapertura de escuelas especiales, a inicios y mediados de año. Se ofrecieron espacios personalizados para sus hijos en las Escuelas de Apoyo a la Inclusión, siempre en función de actividades escolares, no como algo paralelo, sino como ampliación del tiempo y la propuesta escolar.
— ¿Es la inclusión el único criterio usado para tomar esta decisión? ¿O se tuvo en cuenta también la pedagogía? Es decir, ¿consideran ustedes que para que un niño con discapacidad aprenda todo lo máximo que puede aprender es mejor la escuela común que la especial?
— El criterio para la toma de decisiones consiste en ofrecer garantía de derechos para todos y todas en el sistema educativo pampeano, dando lo que cada uno necesita. En la provincia de La Pampa los apoyos y la accesibilidad son denominadores comunes para quienes lo necesiten. Los y las estudiantes con discapacidad transitan las Escuelas de Nivel con Proyectos Pedagógicos Individuales, por lo cual su derecho a la educación está custodiado. Las escuelas deben cumplir con dar apertura (los y las estudiantes con discapacidad tienen prioridad al momento de inscribirse en el sistema educativo, además de contar con el transporte gratuito quienes lo requieran), brindar espacios de participación, generar aprendizajes, certificar y titular al egreso. Por ello se habla de garantía de derechos, a través del paradigma de la inclusión, dar más a quienes menos tienen: justicia social y curricular.