El 3 de noviembre del año último, Javier Milei, entonces candidato presidencial, ingresaba al set de Empezar el Día con la parsimonia calculada que lo distinguía en cada aparición pública. Del otro lado, con una sonrisa franca y un brillo en los ojos, Amalia Yuyito González lo esperaba en el estudio de Ciudad Magazine. La exvedette y periodista, célebre por su estilo cercano y apasionado, lo saludó con palabras que desbordaban simpatía: “Sos muy simpático, fachero. Qué buena onda que tiene Javier”, dijo, lo que provocó en Milei una ligera sonrisa, apenas perceptible. Aquel día, el candidato agradeció los elogios sin apartarse de su tono firme y reservado.
Esa entrevista se convirtió en un curioso punto de inflexión. Milei, el economista acostumbrado a las tensiones de la arena política, encontró en Yuyito un espacio de complicidad que desbordaba el marco de lo periodístico. La conductora, siempre directa y espontánea, aprovechaba cualquier intersticio para dotar de calidez el intercambio. “¿Qué habré hecho en la vida para ligar semejante hombre?”, comentaba meses más tarde en su programa, con un tono que mezclaba asombro y orgullo, al revelar la conexión que había nacido aquel día.
Así, la mañana de este lunes, la pantalla contó una vez más con la visita de Milei, esta vez no como candidato, sino como Presidente de la Nación. Un año había pasado desde aquella primera entrevista, y el reencuentro marcaba un punto simbólico en la historia de ambos. El estudio de Empezar el Día parecía el mismo, pero todo lo demás había cambiado: la Argentina tenía un nuevo líder, y la presentadora que lo elogiaba frente a las cámaras ahora compartía con él una relación que trascendía lo profesional.
“Es muy fachero, lo dije hace un año y ahora lo vuelvo a decir”, exclamó Amalia sin filtros, el último viernes en la previa de este encuentro, con la familiaridad de quien ya no teme las confesiones en público. En tanto, este lunes, la transmisión comenzó como habitualmente, con la conductora ingresando al estudio y cantando “Me gusta todo de tí, tu sonrisa, tus ojos, tu cara y esa forma tan dulce de hablarme...”, que corresponden al tema Me gusta todo de tí, de Rodrigo Tapari, la canción que une ahora a la conductora y el Presidente., tal como ella lo dejó en claro en cada oportunidad que puede.
También recordó las imágenes de lo vivido el pasado 22 de octubre, en momentos en que el presidente cumplió 54 años y lo pasaron juntos, con un festejo íntimo y una torta roja con detalles en blanco.
Tras su ingreso, los gestos cómplices, las miradas compartidas, evidenciaban la evolución de un vínculo que había germinado ante los ojos de todos y crecido tras bambalinas. Los espectadores, testigos involuntarios de una historia que había comenzado con piropos y comentarios en tono distendido, veían ahora a una pareja que compartía el escenario con la naturalidad de lo cotidiano.
“Algo que veo a mí me lleva a la diaria, que esa convicción, esa coherencia, esos valores, no quedan en un discurso, son todo el tiempo, que es algo que me enamora de este hombre, que no es que encontrás tanta gente con valores, con honestidad que no está pensando qué ventaja va a sacar, y lo agradezco también como argentina”, destacó ella.
El principio de la nota atravesó la coyuntura política, por lo que no se pasó por alto el despido intempestivo de Diana Mondino como canciller, ante lo que el Presidente ratificó esta mañana su decisión y adelantó que no será la única salida que habrá en el área diplomática. Por caso, también consideró que votar a favor de Cuba y quedar en la vereda de enfrente de los Estados Unidos e Israel fue “un error imperdonable que le costó el puesto en 30 minutos” a la ex funcionaria. “No sólo le costó el puesto a Mondino, todos los responsables de esto van a ser sumariados y echados”, adelantó con tono vehemente.
Luego arremetió sin contemplaciones contra los diplomáticos de carrera que integran la Cancillería: “Entiendo que ellos están enamorados de la burocracia internacional, viven una vida parasitaria, es la agenda woke dentro de la agenda 2030, que busca avanzar sobe las libertades individuales; es un conjunto de imbéciles y arrogantes que se creen que le pueden manejar la vida al resto, pero si quieren manejar un país, que vayan y ganen las elecciones”, los desafió.
Incluso, en medio de una conversación que mezclaba lo íntimo con lo público, Milei, con su tono pausado y reflexivo, se aventuró a compartir un fragmento de su rutina diaria que reflejaba la intensidad y ternura de su relación con Yuyito. “Hay días que me levanto a las 6:30 de la mañana y mando mensaje a alguien”, confesó, haciendo alusión a esos momentos matutinos en los que la conexión con Amalia parece imprescindible. Por su parte, ella, con una sonrisa que escondía la complicidad de sus madrugadas compartidas, ya había mencionado en otras ocasiones que desde las 6 de la mañana se encontraba despierta, delineando lo que sería su jornada laboral.
La anécdota, aparentemente simple, revelaba un trasfondo emocional que no dejaba a nadie indiferente. González, en su estilo espontáneo y apasionado, se permitió un comentario que entrelazaba humor y verdad: “Yo le digo que quede durmiendo, pero él es muy atento. Pero si no lo manda, es puñalada al corazón, me autoflagelo”, bromeó, arrancando risas de la audiencia y del propio Presidente. La frase, mitad en serio y mitad en broma, retrataba la dependencia emocional que, lejos de lo superficial, pintaba de cuerpo entero la dinámica entre ambos.
La periodista no perdió la oportunidad de girar la conversación hacia un terreno más personal y le preguntó a Milei, con la mirada fija y una mezcla de afecto y curiosidad: “¿Yo te cuido?”. La respuesta del mandatario fue inmediata y rotunda, rompiendo por un instante su figura pública y revelando al hombre detrás del líder. “Absolutamente, como una madraza”, afirmó con un destello de vulnerabilidad en sus ojos. Esa declaración, más allá de las palabras, dejaba entrever la confianza y el refugio que había encontrado en Yuyito, una figura que trascendía lo romántico y se acercaba al arquetipo de la cuidadora, la compañera incondicional.
Además, se soltó para compartir recuerdos de su juventud marcados por el inconfundible ritmo de los Rolling Stones. “Me fascina Brown Sugar”, confesó con una chispa de entusiasmo que iluminó su semblante. La canción, una de las más icónicas del legendario grupo británico, había sido la banda sonora de innumerables momentos de su vida.
La devoción de Milei por los Stones no se limita a la escucha casual; su admiración lo llevó a presenciar 14 veces sus conciertos, pero la historia no termina ahí. En un sorprendente giro que mezcla política, economía y rock, el Presidente reveló un detalle de su pasado poco conocido: su tiempo como vocalista de una banda de tributo a los Rolling Stones. “Tuve una banda con un tributo Stone y los recitales empezaban con ese tema. Yo cantaba, la banda se llamaba Everest”, contó, dejando entrever su lado más rebelde y bohemio.
El diálogo continuó con la revelación de su profunda admiración por Elvis Presley, el rey indiscutido del rock and roll. “Suspicious Minds”, mencionó Milei, fue la canción que abrió la puerta a un mundo nuevo para él. En su tono habitual, que mezcla precisión y emoción contenida, describió cómo había tropezado con un documental sobre Elvis mientras navegaba canales de televisión. La pantalla proyectaba un fragmento de su icónico recital en Hawaii de 1973, un espectáculo que el tiempo consagró como una de las cimas en la carrera del músico.
“Quedé muy impactado con Elvis”, aseguró, la voz baja y las palabras pesadas de significado. Aquel primer encuentro con el Elvis en su máximo esplendor, enfundado en su traje blanco y rodeado de un fervor que trascendió generaciones, fue el detonante de una nueva pasión, de quien también escucharon -e incluso cantaron- fue Let it be me. Pero no solo quedó allí, sino también que se tomó un minuto para referirse a Nino Bravo y el fuerte significado de la canción Libre, que el propio Presidente explicó.
Un llamamiento a la libertad con connotaciones políticas es Libre, una canción dedicada a Peter Fechter, un joven de 18 años que fue la primera víctima que murió al tratar de cruzar el muro de Berlín. En su intento de huir del Berlín Oriental, al escalar la valla que daba al otro lado, los guardias dispararon y quedó gravemente herido entre los dos muros, en tierra de nadie, en la Zona de la Muerte. Y allí se quedó desangrándose porque nadie se atrevía a socorrerlo. Luego de ello, lo trasladaron hasta el centro de la plaza, “lo dejaron agonizar para que sepan los que quieran escapar del comunismo”, expresó.
En el último tramo del programa, el Presidente se hizo un espacio para presentar a quienes estaban con él en el estudio de televisión y los describió de manera individual: Demian Reidel, físico con doctorado en Harvard, fue descripto como una de las mentes más brillantes de la Argentina y responsable de introducir la inteligencia artificial en el país. Macarena Jimena, colaboradora junto al cineasta Santiago Oría, fue mencionada con humor por hacer que Milei luzca mejor ante las cámaras.
Manuel Adorni, economista y divulgador, fue elogiado por su capacidad retórica y compromiso en la “batalla cultural”. Lilia Lemoine, reconocida por su labor en teatro y por haber transformado la imagen de Milei al estilo de Wolverine, fue descrita como una defensora apasionada de las ideas de libertad. Magalí Bianco, asistente personal de Milei desde hace 20 años, recibió elogios por su lealtad y eficiencia en la coordinación de sus tareas.
Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, fue valorada como una figura clave en el diseño de políticas innovadoras y por su valentía en eliminar los piquetes, un logro compartido con Patricia Bullrich. Finalmente, Mario Suli, colaborador cercano, hizo una breve aparición detrás de cámaras sin hablar.
Para el final, la producción del ciclo les tenía preparados sendos regalos: una campera de cuero para cada uno, entrevistadora y entrevistado. De hecho, sobre el tema, el Presidente aclaró que se pueden prestar la ropa “porque lo que yo tengo de espalda, vos lo tenés de...” y ella entre risas completó “de adelante”.
“Te amo, te adoro. Hace un año, contra gente que te decía que venir no te iba a convenir. Decirte gracias porque meses más tarde nos encontramos”, cerró ella entre lágrimas antes de sellar esas palabras con un beso. “Una vez más cumpliste la palabra”, destacó sobre la promesa que había realizado hace u año de volver al ciclo, pero esta vez, claro en otro contexto.