El 32 Congreso Internacional de Psiquiatría y Salud Mental de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) se reunió en el Hotel Sheraton de Mar del Plata del 23 al 25 de octubre bajo el lema “Ciencia, Evidencia, Experiencia y Humanismo”. Convocó a 4000 participantes de todo el país y del exterior que pudieron intercambiar conocimientos, experiencias y perspectivas sobre los desafíos y avances en el campo de la psiquiatría y la salud mental.
En sus palabras de bienvenida, el doctor Tomás Maresca, presidente del Congreso, destacó la “calidad científica” que caracteriza a la profesión, “sin dejar de lado el humanismo, componente fundamental de nuestra práctica diaria”. “Es en este delicado equilibrio, entre la evidencia y la experiencia, donde nuestro saber se debe apoyar para poder avanzar en el conocimiento y lograr alternativas terapéuticas más efectivas con nuestros pacientes”, agregó.
También aludió a los rápidos avances de las neurociencias y la importancia de eventos como el Congreso de AAP para el intercambio y actualización de esos conocimientos “en un ámbito de diálogo, debate y reflexión que es absolutamente irremplazable”.
La temática del Congreso -durante el cual hubo 13 simposios, 81 mesas redondas, 5 cursos, 18 conferencias, 26 comunicaciones científicas y 5 presentaciones de libros- giró en torno a los trastornos del ánimo, la ansiedad, la esquizofrenia, las adicciones, la neurobiología, la psicofarmacología y las psicoterapias.
REFORMA DE LA LEY DE SALUD MENTAL
En los últimos años, especialmente a partir de la pandemia, se instaló con fuerza un reclamo de larga data no solo de los profesionales del sector sino también de los familiares de los pacientes: la reforma de la actual Ley de Salud Mental (n° 26657, de 2010).
Por eso generó mucho interés entre los asistentes la charla que dio la diputada nacional Marcela Campagnoli, una de las principales promotoras de la reforma de esta ley en el Congreso.
Dos casos fueron claves en la decisión de esta legisladora de tomar la causa en sus manos: el homicidio del agente de policía Juan Roldán y el incidente que casi le cuesta la vida al músico Chano Charpentier. Fue a partir de ese momento, explicó Campagnoli que, junto con el senador Mario Fiad, convocaron a especialistas y organizaron debates en el Congreso para escuchar todas las voces, “gente que defendía la ley y gente que la padecía”.
También tomó contacto con la madre de Chano, Marina Charpentier -invitada al Congreso-, que con su asociación civil La Madre Lucha, también está bregando por cambios en la legislación.
Explicó sus esfuerzos por desmontar el argumento de que “es una buena ley, pero que no se aplica”. En realidad, dijo, “es una ley de escritorio” que da “demasiada injerencia a los jueces en los tratamientos a aplicar por los psiquiatras”, entre otras cosas.
Su síntesis es que son tres los aspectos de la ley a modificar de modo prioritario: las condiciones de internación involuntaria (cambiar “riesgo cierto e inminente”, por “riesgo grave”), la jerarquización del rol del psiquiatra en el equipo interdisciplinario (hoy está equiparado al psicólogo, al asistente social o al terapista ocupacional) y finalmente derogar el artículo 27 que dispone el cierre de hospitales y clínicas neuropsiquiátricas. “No puede ser que no haya especialización”, sostuvo.
Campagnoli se mostró optimista en cuanto a que puede haber consenso en la Comisión de Salud para un dictamen favorable a esta reforma. Pero subrayó la importancia de que la sociedad civil le comunique a los legisladores su interés por este tema, escribiendo a los responsables de que el proyecto avance o se estanque.
El psiquiatra Andrés Mega alertó a sus colegas sobre el contenido de la ley -de la que es muy crítico- y de cómo esta norma afecta al ejercicio de la profesión. En la ley, señaló, “no existe la enfermedad mental, sólo el ‘padecimiento’”, la salud mental es definida como un “proceso complejo”, una “construcción social”. Dos conceptos que ya dan el tono de la ideología que inspiró esta norma.
Mega enumeró los artículos más polémicos de la ley. El 8° establece que la jefatura de un equipo de Salud Mental puede estar indistintamente en manos del psicólogo, del psiquiatra, del trabajador social o del terapista ocupacional, entre otros; el artículo 12 insinúa que los psiquiatras medican por intereses de terceros o como “castigo” (sic) y además establece que para medicar deben consultar a gente que no es idónea en el tema. El 20° define que sólo se puede internar a un paciente contra su voluntad cuando hay “riesgo cierto e inminente” de daño para sí o para terceros. “Hay riesgo o no hay riesgo”, sentenció Mega.
El artículo 27 dispone el cierre de los centros de psiquiatría en todo el país y la internación de pacientes psiquiátricos en hospitales generales. Para subrayar lo absurdo de esta disposición, que no contempla la abismal diferencia entre un lugar de internación psiquiátrica y uno general, Mega preguntó: “¿Cómo está el paciente general en un hospital? Acostado. ¿Cómo está el paciente psiquiátrico: deambula”.
Finalmente el artículo 39 crea el Órgano de Revisión, integrado esencialmente por personas ajenas a la profesión, y que “sólo sirvió para enjuiciar a profesionales por delito de lesa humanidad por usar terapia electroconvulsiva, algo equiparado a un crimen imprescriptible”, ironizó Mega.
En provincia de Buenos Aires, el órgano de revisión está conformado por integrantes de la Comisión Provincial de la Memoria. ¿Qué vínculo habrán visto los legisladores entre una y otra cosa, salvo el prejuicio ideológico hacia la psiquiatría, tratada casi como un crimen?
CIENCIAS SOCIALES VERSUS BIOLOGÍA
El título de la charla de Claudia Peiró -“Las dramáticas consecuencias sociales de la negación de la naturaleza y del desconocimiento de la ciencia”- estaba en sintonía con el lema del Congreso. La exposición fue coordinada por Ricardo Corral, presidente de la AAP.
Citando al documentalista y sociólogo noruego Harald Meldal Eia (“La paradoja noruega de la igualdad”), la periodista y licenciada en Historia empezó preguntando: “¿Es tarea de las ciencias sociales refutar la biología? Porque ese es el fondo ideológico común a varias leyes, la de Salud Mental entre ellas, sancionadas en los últimos tiempos y que empiezan por negar la biología, la naturaleza humana, en definitiva, la realidad”.
Y enumeró: “Se niega la enfermedad mental; todos los trastornos deben ser despatologizados; se niega el binarismo sexual; se niega el sexo de nacimiento -el sexo se ‘asigna arbitrariamente’ al nacer-; se niega toda diferencia entre los sexos más allá de la genitalidad; se niega que existan límites a la transformación que se le puede imponer al propio cuerpo; se niega la infancia, tratando a los niños como adultos, que pueden decidir transición de género desde los 2 años, etc.; se niega la responsabilidad adulta en nombre de un supuesto ‘adultocentrismo’ a combatir; y hasta se niega la discapacidad, cerrando las escuelas especiales con el argumento de la estigmatización y la segregación”.
En el espectro de consecuencias negativas de este desconocimiento de la ciencia, “está el desamparo de muchos pacientes psiquiátricos y sus familias, lo vemos a diario en las noticias, la epidemia transgénero entre adolescentes, la hormonización de menores, el atropello a la inocencia infantil con algunos contenidos de la ESI, el desconocimiento de los derechos de los padres sobre la educación y la salud de sus hijos, etcétera, etcétera.”
También señaló que es importante tener en mente que todas estas leyes -Salud Mental, Identidad de género, DNI no binario-, y medidas como la obligatoriedad de enviar a los niños con discapacidades mentales o intelectuales a la escuela común o la perspectiva de género y la doctrina queer convertidas en contenido esencial de la ESI, tienen todas una misma concepción, un mismo trasfondo: la negación de la ciencia. Y del sentido común.
En consecuencia, hay también una tarea común a realizar para modificar este statu quo, una tarea de la cual la psiquiatría no puede estar ausente porque tiene mucho para aportar.
Además de la de Salud Mental, la Ley de Identidad de Género es la otra norma que debe ser reformada urgentemente, agregó Peiró, siguiendo las decisiones que en ese sentido ya han tomado países como Suecia, Noruega, Finlandia y el Reino Unido, a partir de la constatación de que los tratamientos de transición de género no han sido lo suficientemente estudiados y que en consecuencia se está experimentando con menores.
ASOCIACION DE AYUDA DE FAMILIARES DE PERSONAS CON ESQUIZOFRENIA
En el marco del Congreso, la Asociación de Ayuda de Familiares de Personas con Esquizofrenia (AAFE) recibió un reconocimiento a su tarea en materia de psicoeducación familiar y ayuda mutua por parte de la AAP. La AAFE fue creada hace 21 años y cuenta con la coordinación del doctor Pedro Gargoloff y de María Delia Michat.
Durante el Congreso, Gargoloff presentó un documento o guía para el acompañamiento de las personas que padecen esquizofrenia. El texto está dirigido a los familiares y allegados de estos pacientes que deben lidiar con un tema que desconocen y para el cual no están en absoluto preparados.
El documento es de acceso libre y gratuito y está disponible en la web de la asociación (www.aafe.org.ar)
Su contenido va desde definiciones sobre la esquizofrenia, datos estadísticos (450.000 personas la padecen en nuestro país), las primeras manifestaciones de la enfermedad, su diagnóstico y sus principales síntomas, las perspectivas de evolución y tratamiento, el mito de la peligrosidad, la influencia de las drogas y el alcohol en su desencadenamiento -tema del que casi no se habla-, etc. Y, sobre todo, cómo pueden los familiares y demás personas cercanas ayudar a la persona con esquizofrenia.
Invitados extranjeros y conclusiones
Fueron ponentes extranjeros del Congreso: Christoph Correll (USA), Christina Dalla (Grecia), Carlos Zárate (USA), Robert McCutcheon (Reino Unido), Jehannine Austin (Canadá), Carolyn Rodríguez (USA), Diego Hidalgo Mazzei (España) y Daria Smirnova (Rusia).
Durante el congreso se presentaron los últimos avances en tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos para diversos trastornos mentales. También se discutieron estrategias para mejorar la atención en salud mental en la comunidad y reducir la estigmatización con la participación de asociaciones de familiares de personas con enfermedades mentales y se abordaron los desafíos específicos de la salud mental en la población infanto-juvenil.
En cuanto a las conclusiones y perspectivas futuras, el 32° Congreso Internacional de Psiquiatría y Salud Mental reafirmó la importancia de la investigación, la formación continua y el trabajo en equipo para mejorar la calidad de vida de las personas con trastornos mentales.