En el fondo de la pileta del Club San Vicente de Pinamar. Allí lo encontraron a Roberto Porretti, de 65 años, ex intendente de esa ciudad -en su momento destituido y luego condenado por extorsión en grado de tentativa junto a su secretario Aldo Leonian-, la trágica mañana del 7 de junio pasado. Había concurrido como siempre lo hacía durante la semana para hacer su rutina de estilos: crawl, subacuático y apnea –modalidad extrema que se basa en la suspensión voluntaria de la respiración debajo del agua-.
Algo fatal sucedió mientras entrenaba, porque cuando lo rescataron y lo sacaron a la superficie ya estaba sin signos vitales. Fue en vano el desfibrilador de la institución deportiva. La médica que llegó del servicio de emergencias en ambulancia tampoco pudo hacer nada pese a que lo intentó todo, como indican los protocolos. Ya estaba muerto. Así lo trasladaron hasta el Hospital de Pinamar.
¿Quién era Roberto Porretti?
Profesor de Biología y militante justicialista, Porretti fue electo intendente de Pinamar y se desempeñó en ese cargo desde el 10 de diciembre de 2007 hasta el 12 de junio de 2008 cuando fue destituido por el Concejo Deliberante luego de ser acusado de pedir coimas a los dueños del complejo Ku-El Alma. Dichos empresarios, Rubén Cameroni y Javier Porjolovsky presentaron una denuncia ante la justicia y aportaron las imágenes de una cámara oculta en la que se lo veía a Porretti y a su secretario de gobierno Aldo Leonian hablando con Cameroni y Porlajovsky en una reunión en la municipalidad donde se les pedía dinero para permitir la habilitación del boliche.
Porretti fue detenido y permaneció preso pocos días en abril de 2008 en la comisaría de General Belgrano. Luego salió en libertad y siguió siendo intendente por un tiempo alegando que todo estaba armado para perjudicarlo. Pese a todo el Concejo Deliberante lo desplazó en junio de ese año a través de un juicio político.
La causa fue y vino en varias oportunidades y hasta cambió de carátula. En 2018 el Tribunal en lo Criminal 2 de Dolores, integrado por los jueces Cristián Gasquet, Emiliano Lazzari y Claudia Castro, lo responsabilizó junto a Leonian por el delito de “extorsión en grado de tentativa”.
La sentencia a dos años y medio de prisión en suspenso quedó firme recién en febrero de este año. El caso llegó a la Corte Suprema que los halló culpables de exigirles a los dueños de la disco 175 mil pesos para que pudiera funcionar. Los magistrados determinaron que el encargado de exigirles el dinero fue Aldo Leonian. Al día de hoy, su hijo Martín Porretti, abogado y político que sigue los pasos del padre en el justicialismo, asegura que su padre era inocente de aquella maniobra donde a su juicio resultó involucrado.
Secretos del expediente de su muerte
En la causa que se tramita con la carátula “Averiguación de causales de muerte” en el marco de la IPP –Investigación Penal Preparatoria- N° que tramita en la UFID N° 6 de Villa Gesell se ordenaron los estudios y pericias de rigor que se encuentran en pleno desarrollo. Para el doctor Jonatan Loza, quien trabaja en el estudio junto a Martín Porretti, hijo de la víctima, y también es abogado de la conviviente de Porretti, Nilda Martínez -particular damnificada y su compañera de la última década-, hay dos testimonios claves para saber más y con mayores precisiones lo que pasó y por qué pasó. Corresponden a las dos personas que ese día se encontraban en el ámbito de la pileta, los guardavidas Eduardo Dotto y Javier Pavón.
Dotto manifestó en el expediente: “que se encontraba entrenando en la pileta, que ingresó primero que el señor Roberto Porretti, que luego de unos minutos empezó a elongar y observó que Roberto estaba nadando en otro andarivel. Que luego sale de la pileta y se queda en un lateral, donde existe un escritorio y se encuentra el guardavidas del lugar que cubre ese sector. Que allí estuvieron dialogando un rato y observando que Roberto nadaba, que en un momento, como siempre lo hacen, se sumerge en el agua para hacer subacuático como siempre para finalizar el entrenamiento. Y es allí cuando comienzan a observar que Roberto no salía a flote, ni a mitad de la pileta ni al finalizar. Que es por ello que Javier, el guardavidas, se pone de pie y se acerca al borde de la pileta, mientras el dicente se seguía secando rodeando por la parte más corta por donde tendría que haber salido Roberto. Es allí cuando le grita al dicente: ‘¡Boludo!’ Que observa que Javier se tira a la pileta para sacarlo ya que estaba en el fondo. Que el dicente lo ayuda a sacarlo, le toman los signos vitales dando cuenta que ya no tenía, y es allí cuando comienzan a realizar las maniobras de RCP que comenzó Javier. Que el dicente aprovecha y corre para dar aviso a la recepcionista del club, Laura, para que llamara a la ambulancia ya que había una persona con emergencia de salud. Que regresa y continúa con la maniobra. Que en ese interín llega otra profesora con el aparato desfibrilador y les menciona que lo haría llamar a Maxi, otro profesor, para que colabore. Que continúan turnándose hasta que logran colocarlo, que no saben por qué motivo, si por estar mojado o por tener mucho vello en el cuerpo no podía conectarse, es por ello que siguen con el RCP. Que luego llegó el personal de Emergencias Pinamar S.R.L quienes toman el mando de la situación y la doctora a cargo les indica que sigan mientras sacaba los elementos. Que luego colocan oxígeno, traen la camilla, lo suben y lo llevan hasta la ambulancia para trasladarlo al hospital...”.
Por su parte. Javier Pavón, el guardavidas que cumplía el turno de 8 a 15 horas en el club, declaró: “Trabajo en el sector de piletas del club por convenio con la municipalidad desde hace siete años de lunes a viernes. Ese 7 de junio, en momentos en que se hace presente a su jornada laboral, ya siendo las 8.45 horas visualiza que se presenta en el lugar el señor Porretti Roberto, con quien tiene trato, ya que este viene tres veces por semana aproximadamente para realizar actividad en la pileta como lo hacía habitualmente. Que en momentos en que Porretti se encontraba realizando estilo crawl por el andarivel número 2 si se toma en cuenta la entrada, haciéndolo ida y vuelta, con descanso en la parte más baja, dejándose asentado que el largo de la pileta es de 25 metros. Que en un momento ve que el señor Porretti comenzó a realizar pasadas de estilo subacuático, y en una de esas pasadas, después de unos minutos, no lo ve salir y empieza a recorrer la pileta por el costado a los efectos de verificar que estuviera todo bien, verificando al llegar a los veinte metros aproximadamente, en el andarivel donde ejercitaba, veo que este se encontraba bajo el agua y no se movía, como así tampoco reaccionaba a los gritos del dicente, por lo que ingresa rápidamente a la pileta pidiéndole ayuda a un compañero, el señor Dotto Eduardo, quien se encontraba en su compañía en ese momento, para que me ayude a sacarlo del agua. Una vez que está fuera del agua con el cuerpo de Porretti verifica que no tenía signos vitales, comienza a realizar maniobras de RCP mientras su compañero se dirige a dar aviso a la recepción del club para que llamaran a la ambulancia. Y cuando vuelve trae un desfibrilador que se encuentra a disposición del club y es aportado por la municipalidad, el cual es colocado, continuando con las indicaciones del aparato (DEA), hasta el arribo de la ambulancia de Emergencias Pinamar, quienes se hicieron presente a las 8.55 horas aproximadamente. Y tomando conocimiento de los hechos continuaron con las maniobras de resucitación, es trasladado por dicha ambulancia hasta el hospital local”.
Respecto a estas declaraciones testimoniales, el doctor Loza ya solicitó su ampliación porque quiere que ambos testigos brinden mayores precisiones en cuestiones de horarios respecto al seguimiento visual y control que se hizo de la actividad deportiva que Roberto Porretti se encontraba practicando esa mañana. A tal efecto y para constatar dichos interrogantes e intentar determinar responsabilidades pidió oportunamente las imágenes de las cámaras de seguridad: “El expediente está en una eta primaria de investigación. Solicitamos las cámaras para ubicarnos en tiempo y espacio y para definir lapso de tiempo y cómo se desarrolló la actividad de Roberto. Se secuestraron las cámaras del lugar, pero las autoridades del club manifestaron que no graban, solo funcionan online. Me parece muy raro, por eso permanece secuestrado y se encuentra pendiente de una pericia para ver si efectivamente es así. Respecto a las testimoniales están las que se prestaron en comisaría, pero tengo algunas preguntas más para complementar lo dicho. También estamos esperando las pericias médicas forenses que están en la División Química de La Plata para determinar por ejemplo cuánta agua tenía en los pulmones y solicitamos ampliación de autopsia para tener más precisiones para ver si se puede determinar cuándo se produjo la muerte, y a partir de allí, el tiempo transcurrido hasta el rescate”, detalló el letrado a Infobae.
El abogado cuenta que tiene y siente la responsabilidad de ir a fondo para saber qué sucedió porque quiere explicárselo a los hijos de Roberto Porretti y a Nilda Martínez, su compañera de los últimos años, martillera pública y responsable del emprendimiento inmobiliario Ivan Renkine, donde él se desempeñaba como gerente luego de haberse apartado de la política.
La mujer no puede entender que el hombre con quien convivía y apostaba al futuro haya muerto por hipoxia hipóxica por asfixia/ahogamiento por sumersión -asfixia respiratoria resultante de la sumersión en un medio líquido- como puede leerse en la letra fría de la autopsia porque era un hombre sano, que gozaba de muy buena salud y no paraba de hacer actividades deportivas para mantenerse en muy buena forma física. Cuentan que está destrozada y que recuerda en cada posteo en sus redes sociales cuánto lo extraña y lo sigue amando.