Operación Cielorraso: la verdadera historia detrás del caso Coppola que apuntaba a Diego Maradona y otros famosos

A 28 años de la detención del entonces representante de Maradona que encabezó el entonces juez federal de Dolores Hernán Bernasconi y un grupo de policías que investigaban presunto tráfico de estupefacientes y luego terminaron condenados y presos. Todo empezó en aquella temporada del 96 en Pinamar cuando se hablaba de la llegada del éxtasis: la droga del verano

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Guillermo Coppola pasó 60 días en la cárcel de Dolores y luego otros 37 en la de Caseros
Guillermo Coppola pasó 60 días en la cárcel de Dolores y luego otros 37 en la de Caseros

“Esto es como en la rula Coppola, tenés que distribuir el juego sobre el paño, repartir culpas ¿entendés? Tiranos un par de nombres polenta de famosos así todo este bolonqui de venta de falopa no te lo comés solo vos”. Sugerencias como ésta y otras tantas escuchaba aturdido Guillermo Coppola aquella tarde del 9 de octubre de 1996 cuando los policías a cargo del comisario Emilio Azzaro lo trasladaban rumbo a la comisaría de Castelli, distante 188 kilómetros de Buenos Aires, por orden del ex juez federal de Dolores Hernán Bernasconi, acusado por “tenencia de estupefacientes para su comercialización”.

La noche anterior los investigadores por orden del por entonces magistrado habían allanado en su ausencia su departamento del décimo piso de avenida Libertador 3540 y hallado en un jarrón 403 gramos de cocaína de pésima calidad. Coppola estaba alertado de que eso iba a suceder y por eso hasta le había dejado las llaves al encargado del edificio “para que no rompieran ni violentaran nada”.

La mañana previa a su traslado a Castelli habló con el periodista Néstor Ibarra para el programa Investigación X. El operativo para concretar la nota fue de película. Ambos cruzaban llamados telefónicos mientras circulaban alrededor de El Rosedal de Palermo frente a la vivienda del representante de Diego Maradona en aquellos tiempos. A Coppola lo llevaban en un Fiat Uno bordó con vidrios polarizados, mientras Ibarra viajaba en un Fiat Duna gris con su camarógrafo a quien previo a la nota no le funcionaba la cámara. Finalmente se encontraron, Guillermo subió al Duna, la grabadora comenzó a andar y pudieron hacer la charla mientras circulaban. Coppola reconoció que habían encontrado droga en su casa, pero aseguró que no era de él ni sabía cómo había llegado hasta ahí. Instantes después aparecieron los policías a bordo de una 4 x4 roja doble cabina, le hicieron señas y le pidieron que se bajara del vehículo. “Me vinieron a buscar”, exclamó en la transmisión en vivo mientras lo invitaban a subir a la camioneta.

Guillermo Coppola reconoció que habían encontrado droga en su casa, pero aseguró que no era de él ni sabía cómo había llegado hasta ahí
Guillermo Coppola reconoció que habían encontrado droga en su casa, pero aseguró que no era de él ni sabía cómo había llegado hasta ahí

En la comisaría de Castelli lo metieron en un calabozo mientras hicieron los trámites de rigor. Cuando intentó bañarse se le acercó el suboficial principal Gustavo Daniel Diamante, otro de los responsables del operativo. Primero se rió en su cara y luego cuando estaba enjabonado le arrancó el caño de la ducha. Coppola observaba como caía un mínimo chorro de agua fría y tuvo que arreglárselas con eso. Entretanto el policía lo chicaneaba: “Gil, ahora nosotros movemos la fafafa”.

Hasta que llegó el momento de viajar a Dolores. Allí lo esperaba Bernasconi, en su despacho de la calle Buenos Aires. Luego de las formalidades existió un mínimo diálogo, luego del cual el juez lo miró a él, también a los policías que lo acompañaban y dijo con el mismo tono de voz que hasta ese momento: “Unidad 6″. Coppola no entendía nada, estaba confundido. Había viajado pensando que se presentaba en el juzgado y después se iba a su casa. Pero lo estaban llevando a la cárcel de Dolores. Luego, con el correr del tiempo, contó que el juez le sugirió que involucrara a Diego Maradona. “En el expediente figuraban otros nombres famosos a los que apuntaban, desde Tinelli a Luis Miguel, una locura de esta gente”, le confirmó Guillermo a este cronista.

La verdadera historia de lo que fue su calvario y él mismo reconoció como el peor momento de su vida comenzó en una temporada caliente en las playas de Pinamar donde se insistía con que había desembarcado en la costa atlántica la droga vedette de ese verano del 96: el éxtasis. Un derivado de las anfetaminas que provoca excitación y efectos alucinógenos. Y entonces a las órdenes del ex juez federal de Dolores Hernán Bernasconi se creó lo que se llamó un “grupo de élite” al comando de Gustavo Daniel Diamante y conformado por Antonio Gerace, Carlos Gómez y otros suboficiales de la policía de la provincia de Buenos Aires. Por supuesto a los operativos se sumó lo que fue “la pata local”, conformada por agentes de la misma fuerza que se desempeñaban en las comisarías de Pinamar, Cariló y Valeria del Mar, entre los que se encontraban los oficiales Sergio Camaratta y Gustavo Prellezo, años más tarde implicados y condenados por el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas.

Carátula del expediente
Carátula del expediente

Camaratta por entonces al frente de la comisaría de Valeria del Mar venía investigando a un personaje local de nombre Daniel Pla, conocido en la zona con el apodo de Flipper, en la causa nº 554, caratulada “Daniel Pla s/infracción Ley 23.737″ (ley antidrogas), casualmente con intervención del Juez Federal Hernán Gustavo Bernasconi. Y dijo que a través de tareas de inteligencia que había realizado, a lo que se sumaron “manifestaciones de una persona, cuya identidad reserva”, se enteró que el mencionado Pla, presuntamente se hallaría prófugo en Paraguay y estaría directamente vinculado con personajes de la farándula que le enviarían droga en temporada estival a la costa atlántica”. Destacó que los datos que le proporciónó el informante o buche eran tan precisos que decidió aportar números telefónicos“ de los cuales podrían surgir distintas conexiones de comercialización de estupefacientes, como así también otros tipos de delitos”.

Para Camaratta Flipper resultó clave porque lo venía persiguiendo, ya que como residía en forma permanente en Pinamar, lo conocía como un vecino más y lo tenía en la mira desde hacía tiempo señalándolo como consumidor y proveedor. En el expediente puede leerse cuando declara y lo señala como “puntero en la comercialización de la droga de estos personajes, que a los fines de profundizar la investigación, el que habla considera que sería necesario contar con la intervención de los números telefónicos mencionados y que continúa con las tareas de inteligencia”. En su declaración mencionó por primera vez entre otros, los nombres de Guillermo Coppola y Gustavo Palmer Mustoni, a quien definió como “uno de los propietarios del boliche Ku de la ciudad de Pinamar y Las Leñas”.

Con este testimonio Bernasconi decidió poner manos a la obra y abrió la causa N° 575 el 11 de marzo de ese año bajo la carátula “Presunta infracción a la Ley 23.737″. Antes su “grupo de élite” ya había estado al frente de algunos en allanamientos en la propia casa de Pla, ubicada en Pinamar...

El 18 de febrero del 96 los detectives de Bernasconi realizaron un operativo que los enfervorizó y los inspiró a ir por más. Ocurrió en el supermercado “El Gran Marco Polo”, en la esquina de Del Melgacho y avenida Shaw, propiedad de Juan Odriozola, quien se encontraba durmiendo en el subsuelo del local. Al comando de los policías Diamante y Gerace y con la participación del secretario del juzgado Roberto Schlagel realizaron un allanamiento que según ellos mismos había arrojado excelentes resultados: el secuestro de 68 pastillas de presunto éxtasis –que luego se comprobó que no lo era-.

 Imagen del allanamiento al supermercado El Gran Marco Polo donde encuentran publicaciones relacionadas con la campaña "Sol sin droga" que protagonizaba Diego Maradona
Imagen del allanamiento al supermercado El Gran Marco Polo donde encuentran publicaciones relacionadas con la campaña "Sol sin droga" que protagonizaba Diego Maradona

Mientras revolvían todo lo que podían, les llamó la atención que el cuarto estuviera decorado con cajas vacías de champagne pegadas a las paredes. Entonces decidieron comenzar a arrancarlas. La sorpresa fue que detrás de una aparecieron fotos de una campaña que por entonces Diego Maradona llevó a adelante y se llamó Sol sin drogas. Lo que los entusiasmó fue que en una imagen Diego aparecía abrazado nada menos que a Guillermo Coppola. Y entonces entre ellos murmuraron: “hacia ahí vamos”. Era evidente que la operación Cielorraso, llamada así por la cabellera canosa de Coppola estaba apuntada también a su representado, Diego Armando Maradona.

La esquina de avenida Shaw y Del Melgacho en Pinamar donde antes estaba el supermercado El gran Marco Polo y ahora hay un terreno vacío
La esquina de avenida Shaw y Del Melgacho en Pinamar donde antes estaba el supermercado El gran Marco Polo y ahora hay un terreno vacío

Los policías y el propio juez y su secretario seguían entusiasmados porque habían detenido a Carlos Ferro Viera en el sector vip la disco Ku, hasta ahí un personaje habitué del boliche Macondo conocido como el Rey de la noche en la ciudad de La Plata. Charly, como se lo conocía hasta ahí bebía champagne rodeado de amigas y amigos cuando se le acercaron Diamante y Gerace y le sugirieron que los acompañara hasta el baño. De allí salió detenido y la poca información que brindaron habló de que le habían encontrado cocaína y pastillas de éxtasis. Al otro día lo presentaron esposado ante Bernasconi que ordenó su traslado al penal de Dolores. Cuando Coppola llegó a esa cárcel en octubre, Ferro Viera ya llevaba varios meses tras las rejas y fue quien le hizo un poco más fáciles las cosas adentro. Allí conoció a Maradona en el momento que Diego visitó a su manager en prisión. Primero no le permitieron entrar el 12 de octubre de aquel año, día del cumpleaños de su representante. Se fue furioso, pero con el correr de los días gestionó la autorización y pudo verlo. Guillermo le presentó a Charly y Diego lo rebautizó. Al principio lo llamaba Fierrito, cariñosamente. Se hicieron inseparables cuando salió en libertad y El 10 adicionó a ese apodo el “cento per cento” por su “efectividad”.

Guillermo Coppola le presentó a Carlos Fierro Viera a Maradona y se hicieron inseparables. En la foto, en una visita a Fidel Castro
Guillermo Coppola le presentó a Carlos Fierro Viera a Maradona y se hicieron inseparables. En la foto, en una visita a Fidel Castro

En Pinamar siguieron los operativos y como era obvio allanaron el chalet de Daniel Pla que no se encontraba en el lugar. Incautaron más pastillas de presunto éxtasis que finalmente otra vez no fue tal. La que terminó detenida fue María Solange, su compañera, que estaba aterrada por el despliegue y los movimientos que realizaban los policías durante el operativo.

La próxima víctima de los “investigadores” fue Carlos Fazzari, habitual veraneante de Pinamar, a quien los policías tenían “marcado” como conocido de “Flipper”. Entonces decidieron interceptarlo de regreso de la costa, requisaron su coche y hallaron según ellos una cantidad increíble de pastillas: “80 mil” dijeron sin inmutarse y agregaron que eran de éxtasis, semejantes a las que aparecieron en la casa de Pla.

El policía Gustavo Daniel Diamante, quien comandaba el grupo de élite, durante los operativos
El policía Gustavo Daniel Diamante, quien comandaba el grupo de élite, durante los operativos

Fazzari la pasó mal porque además le allanaron su vivienda en Capital Federal y decidieron llevarlo preso como a todos. Luego se comprobó que esos comprimidos eran para tratar la osteoporosis y recuperó su libertad, pero mientras tanto el ruido mediático continuaba. Y explotó aún más cuando en junio detuvieron a Palmer, luego a Yayo Cozza, Claudio Coppola y Paco Simonelli. El 6 de octubre el que cayó fue el Conejo Alberto Tarantini, y el 9 Guillermo Coppola, en medio del operativo cinematográfico ya relatado en medio del Rosedal de Palermo.

Gustavo Daniel Diamante fue condenado y a prisión bajo los cargos de “falsedad ideológica, adulteración de documentos públicos y asociación ilícita”
Gustavo Daniel Diamante fue condenado y a prisión bajo los cargos de “falsedad ideológica, adulteración de documentos públicos y asociación ilícita”

Cielorraso como lo llamaban los policías de “élite” pasó 60 días en la cárcel de Dolores y luego otros 37 en la de Caseros, donde la pasó mal al principio y mejor después. Salió en libertad el 15 de enero de 1997 porque la justicia estableció infinidad de irregularidades en la investigación, la más grave, que se plantaba droga para incriminar a los apuntados y luego detenerlos. En junio del 99 Coppola resultó absuelto.

Los que terminaron condenados y presos fueron el ex Juez Hernán Bernasconi –en dependencias de Gendarmería-, y su secretario Roberto Schlagel y los policías de “elite” en la Unidad 16 de Caseros bajo los cargos de “falsedad ideológica, adulteración de documentos públicos y asociación ilícita”.

El policía "de élite" Antonio Gerace durante el traslado a Comodoro Py para declarar
El policía "de élite" Antonio Gerace durante el traslado a Comodoro Py para declarar

Una anécdota para el final que describe la impunidad con la que se manejaban. En una oportunidad, mientras una de las víctimas mencionadas, Carlos Fazzari, resolvía su situación procesal en la causa lo sentaron frente a un escritorio de la comisaría de Pinamar. Pese a estar indignado y bastante nervioso porque se sabía inocente observó sobre la mesa un reloj que le llamó la atención. Siguió mirando más detalles y de inmediato se dio cuenta de que era el suyo, que le había faltado entre otras pertenencias cuando requisaron su casa. De pronto un oficial se sentó frente a él y entonces se lo reclamó. Ante la evidencia el policía se hizo el desentendido, aclaró que no le pertenecía y dijo que si era suyo podía llevárselo. Fazzari estaba en la oficina de Gustavo Prellezo, quien al año siguiente mató sin piedad al fotógrafo José Luis Cabezas con dos disparos en el cráneo.

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