Rosh Hashaná es la festividad que marca el inicio del año nuevo judío. Comenzará la tarde del 2 de octubre con la aparición de la primera estrella y finalizará el 4 de octubre. Durante este tiempo, la comunidad judía se dedica a la reflexión y el autoexamen, evaluando acciones y conductas pasadas, para luego rectificarse a través de plegarias de arrepentimiento. El momento central de esta festividad es el toque del Shofar, que simboliza el llamado del pueblo judío a Dios, reconociéndolo como Creador y Rey Eterno.
El rabino Tzvi Grunblatt, director general de Jabad Argentina, cuenta que la festividad se inicia con el encendido de las velas a las 18.42 horas del martes 2 de octubre. “Es un momento que se marca el destino de toda la humanidad para el año entrante, el 5785″, explica el religioso.
Deseos para el año 5785
Rosh Hashaná, que significa “Cabeza del Año”, es uno de los días más relevantes del calendario judío, dando comienzo al 1º de Tishrei. Es un momento en el que se hace balance del año que termina y se planifican acciones para el que inicia. La festividad también es conocida como Iom Hadin (Día del Juicio). Se evoca la creación del mundo y, en particular, de Adán y Eva. Durante este tiempo, se realizan plegarias que piden por la felicidad de la humanidad y la paz universal.
Rosh Hashaná marca el comienzo de los Aseret Iemei Teshuva, un periodo de diez días de autoexamen y contrición espiritual, que culmina en Iom Kipur, el Día del Perdón.
La celebración del toque del Shofar es el principal mandato de Rosh Hashaná. Este instrumento, hecho con el cuerno de un carnero, recuerda el sacrificio de Abraham y su disposición a ofrecer a su hijo Isaac. Durante la plegaria matutina, se toca el Shofar, cuyo sonido simboliza el arrepentimiento y el llanto divino por la humanidad alejada de su camino espiritual. Al mismo tiempo, representa el deseo de la persona de retornar a Dios, algo que las palabras no pueden expresar.
El toque del Shofar
“Es un deber de cada judío escuchar estos sonidos de este instrumento. La noche de Rosh hashaná comemos fruta en signo de abundancia -cuenta Grunblatt-. El primer día vamos a un espacio con agua natural que puede ser un arroyo o río para rezar”.
El Shofar emite tres tipos de sonidos: la “Tekiá”, un sonido largo y sostenido; el “Shevarim” o “Teruá”, una serie de sonidos cortos que simbolizan una ruptura, y otra “Tekiá” final. Estos sonidos se tocaban en el desierto como señal para el pueblo judío, indicando los movimientos del campamento de Israel. Espiritualmente, simbolizan el proceso de convocatoria, transición y establecimiento en un nuevo lugar.
Del mismo modo, el “Shofarot” (sonido del Shofar) libera del sometimiento del pasado y da esperanzas para volver a comenzar una “nueva vida” en el año que comienza. La palabra “Shofar” proviene de la palabra hebrea “Leshaper” que significa “mejorar”.
Durante los festejos, es tradición consumir alimentos como manzana con miel, representando el deseo de un año dulce. Además, se comparten saludos como “Shaná Tová”, que significa el deseo de un año próspero, y la bendición “Leshaná tová tikatev vetejatem”, que significa “Que seas inscripto y sellado para un buen año”. Tras el encendido de velas y las plegarias, se recita el Kidush y se bendice la jalá, un pan trenzado típico de estas festividades.
Tal como ocurre con cada una de las principales festividades judías, después de encender las velas y de rezar, se recita el Kidush (una bendición) y se hace una bendición antes de comer la jalá (pan trenzado que se consume en estas festividades).