Los buenos policías no suelen dudar en poner en riesgo sus vidas para salvar las de otros ciudadanos, pero a veces no hace falta llegar a esos límites para que se conviertan en héroes rescatando a otros. En este caso, un oficial de la Policía de la Ciudad, con una rápida actuación, se convirtió en el ángel de la guarda de un niño de 5 años que se había ahogado mientras comía.
En la tarde del pasado martes, mientras personal de la Comisaría Vecinal 1 F realizaba una recorrida de rutina por el barrio porteño de San Telmo, una mujer los interceptó en la cuadra de Chacabuco al 1300 con un desesperado pedido de auxilio. Su hijo de 5 años no podía respirar.
Según le indicaron fuentes policiales a Infobae, inmediatamente, los uniformados decidieron trasladar al menor al Hospital Argerich, de La Boca. Sin embargo, el tiempo para salvar la vida del niño no alcanzaba.
Al percatarse de la gravedad de la situación y sin dudarlo, el oficial Agustín Martínez le realizó la maniobra de Heimlich al menor, con lo que logró que el pequeño ahogado expulsara un trozo de pizza que obstruía sus vías respiratorias, salvándole la vida.
Luego, con más tranquilidad, se continuó con el traslado. Una vez llegados al hospital, el niño fue revisado por profesionales de la salud, quienes confirmaron que se encontraba fuera de peligro.
La maniobra de Heimlich es una técnica de primeros auxilios que consiste en apretar el bajo tórax para incitar a expulsar el elemento que pueda estar obstruyendo las vías respiratorias. Según le destacaron a este medio desde la Policía de la Ciudad, los oficiales aprenden a realizarla durante su paso como cadetes por el Instituto Superior de Seguridad Pública.
En un video difundido por la fuerza, se observa cómo Martínez y un compañero, tras el dramático episodio, se encuentran con el niño ya completamente recuperado. El chico, con su capucha de Spider-Man, recibió con gusto el regalo de los oficiales: un muñeco de Lionel Messi. Sin embargo, a pesar de su traje del personaje de Marvel y de la figura del campeón del mundo que le obsequiaron, a quien le dedicó un fuerte abrazo sin reparar en el resto fue a su héroe personal, el que le salvó la vida.
Dos gendarmes le salvaron la vida a una beba de 8 meses que no podía respirar
Recién había arrancado el año y la tranquilidad del mediodía del martes 2 de enero, en Villa Soldati, se vio alterada por un grito desesperado. Una madre, con su beba de 8 meses en brazos, pedía auxilio. La niña respiraba con dificultad por una obstrucción y estaba desvanecida. La escena dramática se dio en Chilavert al 2800, frente a la Guardia de la Agrupación “Cinturón Sur” de Gendarmería Nacional, donde dos héroes reaccionaron rápidamente para convertirse en los héroes de la jornada.
Los funcionarios se acercaron raudamente y, tras estudiar en instantes la situación, no vacilaron: le efectuaron la maniobra de Heimlich a la beba y lograron estabilizarla antes de que llegaran los médicos. El diagnóstico de la menor indicó que sufrió ALTE, un evento experimentado por un lactante con una pausa respiratoria por ahogamiento.
Fuentes de Gendarmería Nacional le indicaron a Infobae que, una vez recuperada la calma, la menor y su madre fueron trasladadas por una ambulancia del SAME a la guardia maternal del Hospital Piñeiro para que le realizaran un control más exhaustivo a la pequeña.
Cómo realizar la maniobra de Heimlich
La maniobra de Heimlich consiste en realizar complexiones abdominales. Para ello, nos colocaremos detrás de la persona que está asfixiándose, cerraremos una mano con el pulgar hacia dentro y la colocaremos entre el ombligo y el extremo inferior del esternón (justo donde este acaba). Con la otra mano sujetaremos el puño y, con las dos manos ya juntas, presionaremos bruscamente en movimientos rápidos hacia dentro y hacia arriba.
Para que la técnica sea lo más efectiva posible, pegaremos nuestro cuerpo lo máximo posible a la espalda de la otra persona. Realizaremos estos movimientos hasta solucionar el problema o hasta la pérdida de consciencia. En este último caso, habrá que iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP).
En el caso de los bebés de menos de un año, la maniobra es distinta. Colocaremos el cuerpo del bebé boca abajo apoyándolo en el antebrazo del adulto que va a a realizar la maniobra, de manera que el adulto pueda sostener la cabeza del niño con su mano. Con la mano libre, palmeará cinco veces la espalda del bebé. En este punto, ya es posible que se haya resuelto el problema.
Si el niño sigue atragantado, lo giraremos con cuidado y, usando dos dedos, realizaremos cinco compresiones lentas en el esternón. Lo recomendable es ir alternando las dos técnicas hasta que se solucione el atragantamiento, pero si este persiste y el bebé queda inconsciente, comenzaremos inmediatamente a hacer la reanimación cardio pulmonar (RCP).