A los 81 años, Neale Donald Walsch asegura que todos los días habla con Dios y que todas las personas pueden hacerlo. De la misma manera que él lo hizo, por primera vez, en 1992. El autor de uno de los libros más vendidos en todo el mundo dice que no busca referirse a lo religioso sino a una experiencia espiritual, tal como la experimenta. “Ahora también veo una diferencia entre ‘religión’ y ‘espiritualidad’”, asegura en diálogo con Infobae. El escritor no hace descripciones bíblicas de Dios, o de la entidad que puede llamarse como cada quien prefiera, que le “encargó” escribir Conversaciones con Dios y convertirlo en una trilogía (en 1997 y 1998 publicó las partes I y II). Luego, fue adaptada para el cine y protagonizada por Henry Czerny.
¿Cómo sucedió todo? En un momento de profunda crisis personal -o, como él mismo describe: “en una desesperada necesidad personal de cambiar la vida”- vivió una experiencia transformadora. En 1992 sufrió un accidente de tránsito y lo perdió todo. Al igual que cualquier persona abrumada por un sinfín de sucesos lamentables, se indignó con la vida y como solía hacer cada vez que algo lo enojaba, comenzó a escribir todo lo que sentía. A modo de carta, descargó ese dolor en un reproche airado a ese Dios que lo ponía una y otra vez en esa situación. Cuestionó su existencia y propósito, y comenzó a hacerle preguntas.
Sorprendentemente, cuenta que comenzaron a llegarle “respuestas” a cada una de sus preguntas a través de una voz interior que resonaba en su mente. Anotó todo lo que escuchaba y, a pedido de esa voz, lo convirtió en una serie de conversaciones que lograron transformar su perspectiva sobre la vida y la espiritualidad. Le dio los manuscritos a una amiga para que lo leyera, y lo ayudó a, finalmente, convertirlo en un manuscrito.
“Probablemente piense (o le han enseñado) que eso no es posible. Ciertamente, se puede hablar a Dios; pero no con Dios. Es decir: Dios no va a contestar, ¿no es eso? ¡Al menos no en la forma de una conversación normal y corriente! Lo mismo pensaba yo. Pero luego me ‘ocurrió' este libro. Y lo digo literalmente. No se trata de un libro escrito por mí, sino que me ha ‘ocurrido’ a mí. Y cuando lo lea, le ‘ocurrirá' a usted, ya que todos alcanzamos la verdad para la que estamos preparados”, escribió en la introducción de su primer libro.
El libro, que salió a la venta en 1995 y desde entonces fue reeditado a 37 idiomas, relata el diálogo que mantuvo con esa entidad: explora temas de la existencia humana como la naturaleza de Dios, el propósito de la vida, el sufrimiento, el libre albedrío, la muerte, el amor y la compasión. De todo eso, hablará por primera vez para Argentina en un encuentro exclusivo al que se puede acceder por suscripción. Será el jueves 26 de septiembre y tendrá dos modalidades: formato remoto (vía streaming en vivo a las 18:00) y presencial (con cupos reducidos en OM Botánico, Palermo, CABA. Desde las 16:30).
La experiencia de Neale
“En aquella época era muy infeliz, personal, profesional y emocionalmente, sentía que mi vida era un fracaso a todos los niveles. Dado que, desde hacía años, había adquirido el hábito de escribir mis pensamientos en forma de cartas (que normalmente nunca enviaba), tomé mi fiel cuaderno de papel amarillo tamaño folio, y empecé a volcar mis sentimientos. Esa vez, en lugar de escribir otra carta a otra persona de la que yo imaginaba ser una víctima, pensé que iría directamente a la fuente; directamente al mayor ‘victimizador’ de todos. Decidí escribir una carta a Dios. Fue una carta rencorosa, apasionada, llena de confusiones, deformaciones y condenas. Y un montón de enojosas preguntas”. Conversaciones con Dios. Cap. 1. (1995)
El 10 de septiembre Neale Donald cumplió 81 años. Vive en su casa del estado de Oregon, Estados Unidos. Nació en 1943, en Milwaukee, y creció en el seno de una familia católica, que desde que era un niño lo alentó en la búsqueda de la verdad espiritual. No demoró en comenzar a leer las traducciones al inglés de libros como el Rig-veda (el texto más antiguo de la tradición védica), los Upanishads (cada uno de los más de 200 libros sagrados hinduistas escritos en sánscrito de los cuales los más antiguos y representativos datarían aproximadamente de entre el 800 y el 400 a. C) y la Biblia.
Su vida siempre estuvo marcada por la búsqueda de respuestas espirituales y la experiencia devenida de diversas crisis personales. En 1992, con un divorcio reciente, en medio de una relación tensa con sus hijos y un momento económico difícil, la frustración estaba presente en cada aspecto de su vida. Y, como si todo eso fuera poco, sufrió un accidente que casi lo deja paralítico. No fue eso nada más: el tiempo de recuperación lo llevó a perder el trabajo y, sin dinero, debió dejar la casa que alquilaba. Fue cuando comenzó una etapa de profunda desesperación y soledad en las calles, comiendo lo que podía de la basura cada vez que tiraban los desechos de algún restaurante. Cuando todo parecía lentamente encaminarse (cuando al fin encontró un nuevo empleo en una estación de radio), la pequeña empresa cerró intempestivamente. Los fantasmas de lo que había vivido volvieron a abrir la vieja herida. Fue cuando tuvo esa primera experiencia, en la primavera de 1992, cerca de las Pascuas.
“Fue una experiencia repentina”, le cuenta a Infobae y la relata: “Simplemente me senté un día y escribí una carta enojado a Dios, preguntando: ‘Qué se necesita para que la vida funcione’ y ‘por qué la vida tiene que ser una lucha continua’. Comencé a escuchar respuestas dentro de mi cabeza y las escribí, casi como si estuviera tomando dictado, porque no quería olvidar las palabras exactas que estaba recibiendo en respuesta a mis preguntas desordenadas”.
Luego de terminar con esos escritos, dice que no experimentó obstáculos al registrar lo que le decían en ese diálogo interno. “No estaba intentando escribir un libro, simplemente estaba anotando, para mi propio uso, lo que consideraba una experiencia personal sagrada. Solo más tarde se convirtió en un libro”.
El primer libro de la trilogía, Conversaciones con Dios, Libro 1: Un diálogo poco común, fue publicado en 1995 y pronto se convirtió en un fenómeno editorial, permaneciendo en la lista de los libros más vendidos del New York Times durante 137 semanas.
El libro -o la experiencia a través de éste- lo impactó profundamente. “Me ha llevado a revisar todos mis errores y malentendidos de la vida anterior, y a hacer lo que puedo para corregir y cambiar comportamientos personales y pensamientos previos que, claramente, ya no me beneficiaban de ninguna manera”, admite el escritor con franqueza.
Pensativo, repasa mentalmente cada página y piensa en cuál es el mensaje principal que desea que guarden los lectores: “Considero que el mensaje principal de Conversaciones con Dios es que todos pueden tener un diálogo con Dios en cualquier momento”.
“Dos de sus mensajes más importantes son: La forma de hacer que tu vida funcione es entender que tu vida no se trata de ti. Se trata de todas las personas cuyas vidas tocas, y cómo las toca. Y el segundo: la declaración de Dios de que ‘Me has entendido todo mal’. Dios no castiga eternamente los errores o malas acciones humanas, sino que muestra compasión y comprensión respecto a cómo los miembros de una especie aún en evolución pueden comportarse de ciertas maneras, y brinda oportunidades para que los individuos avancen en su madurez espiritual”, profundiza el autor.
En ese contexto, cuenta también cómo considera ahora a Dios. “Ya no pienso en Dios como un gobernante que juzga, condena y castiga, que emite órdenes y demandas, y exige obediencia ‘o si no’. Ahora también veo una diferencia entre ‘religión’ y ‘espiritualidad’, reconociendo que la primera es un conjunto de dogmas controladores creados por el hombre, y la segunda es una realidad interior experimentada individualmente.
Consultado por Infobae sobre qué consejo le daría a alguien que hoy busca una conexión espiritual más profunda, responde con humildad. “No ofrezco consejos personales a los demás, sino que remito a las personas a los mensajes de los diálogos de Conversaciones con Dios, que son extensos y prestan mucha atención a esta pregunta”.
Al finalizar, el hombre cuya vida y libros inspiraron desde hace casi 30 años a millones de personas en todo el mundo, confía que sigue “hablando con Dios” y puede hacerlo quienes quieran.
“Conversaciones con Dios nos dice que todos estamos hablando con Dios todo el tiempo. Nuestros pensamientos y emociones son nuestras comunicaciones. Y los humanos etiquetan la parte de la conversación de Dios de muchas maneras: las llamamos momentos de ‘inspiración’, o ‘intuición femenina’, o una ‘corazonada psíquica’. O una ‘brillante idea’. O un ‘golpe de genio’. O una ‘profunda percepción’. O una ‘epifanía’... A menudo llamamos a los resultados de esos encuentros ‘providencia’, ‘serendipia’, ‘coincidencia’, ‘casualidad’, ‘sincronicidad’ o ‘suerte’. Pero, como se ha dicho muchas veces: una rosa con cualquier otro nombre...”, finaliza.
Diez frases destacadas del libro
Sobre la vida:
-“La vida es un viaje de aprendizaje, y el propósito de la vida es aprender”.
-“El sufrimiento es una oportunidad para crecer y evolucionar”.
Sobre el libre albedrío:
-“Tienes el poder de elegir tu propio camino y crear tu propia realidad”.
-“La responsabilidad de tu felicidad y tu destino está en tus manos”.
Sobre la muerte:
-“La muerte es solo una transición a un nuevo estado de ser”,
-“El alma es eterna y continúa su viaje después de la muerte física”.
Sobre la compasión:
-“La compasión es la esencia de la verdadera espiritualidad”,
-“El amor y la compasión son las fuerzas más poderosas del universo”.
Sobre Dios:
-“Dios es amor, y el amor es Dios. No hay otra cosa”.
-“Dios no te juzga, no te condena, no te castiga. Dios te ama, siempre”.
*Para más información sobre el evento presencial o virtual con Neale D. Walsch, en el Instagram @conversaciones.enargentina. Las entradas están a la venta en el link de la biografía.