— Lindas tetas tiene Paula, ¿no? Así que de esto se trataba todo. Nunca se trató de escribir una novela. Se trató de cogértela a Paula.
— Andá a cagar.
Este diálogo forma parte de un texto que fue promovido por el Ministerio de Cultura de Teresa Parodi en 2015, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Se trata del libro “Dos Monstruos”, del escritor Juan Revol, incluido en la colección “Leer es Futuro”, que fue distribuida por el gobierno en escuelas, bibliotecas populares y organizaciones sociales.
Por alguna razón que aún no fue dilucidada, el libro terminó en la biblioteca de una escuela primaria de Santa Fe y provocó un escándalo en las últimas semanas. Infobae pudo averiguar que, por su contenido, los cuentos no fueron pensados para niños.
Diego Solís, reconocido en Progreso, Santa Fe, por ser uno de los primeros entrenadores del jugador Emiliano Sala, descubrió en las últimas semanas que su hija de 10 años leyó este texto con contenido erótico. Lo había encontrado en la biblioteca de la Escuela N° 341 “José María Paz”, ubicada en la misma localidad.
El texto también habla, entre otras cosas, de brownies con marihuana y describe escenas de sexo.
“No era una mujer linda, pero tenía las tetas hechas”, se puede leer en la página 49. Otro párrafo, en la página 93, señala: “Mateo no le contestó. Acercó su cara despacio a la de Ivonne. La besó. La araña volvió a enterrarse, esta vez con más violencia. Con la otra mano le desprendió el corpiño. De las tetas de Ivonne salió un perfume intenso”.
De nuevo, en la página siguiente. “Ivonne gritó. Se incorporó de un salto, con las tetas -esta palabra aparece al menos cinco veces en todo el texto- salidas de la remera, y se golpeó la cabeza contra el estante de libros que tenía encima de su cama”.
“Podrían haber hecho cualquier otra cosa, jugar a ser otros, y solo aprovecharon para coger sin arriesgarse a quedar mal si los fletaban. Porque, en todo caso, Lucas nunca quiso cogerse a Paula, no. En todo caso, solo el personaje Mateo quiso cogerse al personaje Ivonne”, sigue, la página 98.
En las primeras páginas también se describe una situación de abuso. “Estoy muy cerca del monstruo y prendo la linterna. Ahí me doy cuenta de que en realidad no es un monstruo, es un señor apretando con manos como garras a una chica. Los dos tienen los pantalones medio bajados, el señor agarra a la chica por atrás. El tipo tiene los ojos cerrados y levanta mucho la pera, la chica está llorando mucho, le salen muchas lágrimas”.
Solís aseguro que su hija Paula atravesó distintos “episodios” como consecuencia de haber leído “Dos Monstruos”: desde pesadillas, dejar de comer, orinarse encima, llantos intensos. “Son señales. A una amiga mía le contó que estaba triste porque había leído algo que no tenía que leer. Lo mismo le dijo a su profesora de inglés, y a tres o cuatro personas con las que tiene confianza”, relata, en diálogo con Infobae.
Todo comenzó un lunes a la salida de la una actividad en el colegio, cuando un niño le advirtió que su hija estaba leyendo un libro con “malas palabras”. No le dio mayor importancia, pero, esa misma tarde en la plaza, Paula le preguntó a su padre qué eran los ovarios.
Entonces, recordó la advertencia y le preguntó qué estaba leyendo. La respuesta lo dejó helado: “Un libro que dice que hay un nene arrodillado, que se mete el pito en la boca”. Se refiere a una escena en la que un personaje llamado Alonso se arrodilla encima de otro compañero fingiendo esa acción.
“Son atrocidades. Hablan de ‘coger’, cuatro o cinco veces. También de un ‘gordo maricón’. Todo desagradable. No la apabullamos. Yo no indagué, pero para mí lo leyó todo, porque tuvo jueves, viernes, sábado, domingo y el lunes me enteré”, recuenta Solís.
Al día siguiente del hallazgo, se dirigió a la escuela a hablar con la directora, con fotocopias de los textos: “‘Me dejás helada, no puede ser, ¿de donde lo sacaste?’”, me preguntó. El libro tiene el sello de la biblioteca cada tantas hojas. La que puso el sello no miró, no se fijó. Esas fueron todas las palabras que tuve con la directora desde ese momento, hace quince días”.
También se acercó al Ministerio de Educación provincial, en donde lo atendieron “muy bien”, pero todavía no tiene respuestas concretas. “Muchas maestras se enojaron porque lo mostré y lo viralicé. Los padres me agradecieron, pero acá se enojaron, dicen que expuse a las nenas. Yo no quiero que echen a nadie, que suspendan a nadie, solo quiero que cambie el sistema educativo”.
“Leer es futuro”
“En esta oportunidad, convocamos a escritores jóvenes cuya carrera está apenas comenzando, con el objetivo de visibilizar su tarea, contribuir a la difusión de sus obras y democratizar el acceso a la palabra, en continuidad con la ampliación de derechos garantizada por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner”, indica el prólogo del libro de cuentos.
Y añade: “También hay que mencionar la inclusión de los ilustradores de cada uno de estos libros: todos jóvenes y talentosos dibujantes con ganas de mostrar su trabajo masivamente. Y en un formato de bolsillo para que la literatura te acompañe a donde vayas, porque leer es sembrar futuro”.
La iniciativa “Leer es Futuro” tuvo dos ediciones, e incluyó títulos como: “Melancolía I”, de Juan Diego Incardona; “Zonas oscuras”, de David Voloj; “Los curanderos”, de Fabio Martínez; “Música country”, de Leonardo Oyola; “Dos al vuelo”, de Juan Guinot; “Un pequeño tornado llegará desde el mar”, de Matías Amoedo; “2073″, de Félix Bruzzone, y “El adiestrador de peces”, de Denis Fernández.
Según se informó en su momento, los libros de papel fueron entregados a escuelas secundarias o para adultos, bibliotecas populares y organizaciones sociales o proyectos colectivos que trabajen con la promoción de la lectura.
También hay una edición digital a la que se puede acceder en forma gratuita.